domingo, 2 de mayo de 2021

EDITORIAL ABRIL 2021

Cada día se comprueba con más argumentos la necesidad de enfrentar al enemigo común de todos los explotados del mundo: el imperialismo. Este enemigo que es expresión del capitalismo en su fase superior, lleva a la mayoría de la población del mundo a sobrevivir en difíciles condiciones, golpeada por los efectos de la crisis general del capitalismo, por la crisis cíclica actual que avanza hacia la depresión, todo esto agravado por la presencia de la actual pandemia que aniquila principalmente a los más pobres.

La lucha contra el enemigo común, contra el capitalismo monopolista, además de representar en cada país el enfrentamiento contra la burguesía nativa, los monopolios y las corporaciones que exportan capitales a los países dependientes para extraer la plusvalía amasada por medio de la explotación de la clase obrera y el robo de las riquezas naturales de las naciones dependientes, representa también la lucha de clases en su más alto nivel.

El proletariado como verdadero productor de las mercancías que son comercializadas en todo el mundo y que son la base de la opresión de las masas populares, representa también el centro de esa lucha y por tanto, de la unidad internacional de los explotados.

Entender esto, en la dinámica nacional e internacional puede evitar a los revolucionarios muchos fracasos y puede ser la base de una política unificadora.

La lucha contra el imperialismo sin duda alguna representa una forma concreta de llevar a cabo el internacionalismo proletario al enfrentar al enemigo que nos afecta a todos pero que además explota a la clase obrera, los campesinos y pueblos en todo el mundo.

Independientemente de cómo se llamen los representantes del imperialismo en cada país lo cierto es que son los administradores de los negocios de los grandes monopolios, explotadores de los pueblos, por eso es tarea de primer orden luchar contra estos y producirles derrotas que los debiliten a pesar que esas derrotas de ellos no sea inmediatamente nuestro triunfo definitivo.

En la lucha general contra el imperialismo, como expresión del capitalismo monopolista uno de nuestros triunfos es aglutinar fuerzas bajo premisas revolucionarias, democráticas y populares para desarrollar el trabajo organizativo partidista así como el trabajo de masas, lo que abre espacios importantes para los marxista-leninistas que debemos estar en la primera línea de combate contra el imperialismo.

En ese proceso de acumulación de fuerzas, según refiere Stalin es importante reconocer al enemigo común, el peligro principal así como las fuerzas auxiliares y de reserva necesarias para avanzar con éxito.

En los procesos dirigidos a aglutinar y construir el Frente Popular nos orienta Dimitrov la suficiente amplitud para avanzar hacia objetivos comunes con otras expresiones progresistas, enfrentando con claridad al fascismo y al imperialismo.

En las actuales circunstancias debemos trabajar por optimizar la política, ajustar la táctica y utilizar de la mejor manera los medios a disposición aprovechando para unificar los criterios y atacar al enemigo común debilitando su base material e ideológica.

Neutralizar a los enemigos, atraer a los indecisos y organizar a los que quieren luchar manteniendo un perfil propio es una tarea importante para nosotros en esta coyuntura, para esto consideramos la política más apropiada el apoyo crítico con exigencias.

Incentivar la construcción del frente popular antiimperialista, establecer nexos con las fuerzas avanzadas, clarificar y defender nuestra política y colocarnos en la primera línea de combate contra el imperialismo son orientaciones que nuestro partido ha tenido desde su origen y que defiende con entereza.

Denunciar los ataques directos del imperialismo, el bloqueo, las agresiones y llamar al pueblo a prepararse para situaciones más complejas es una tarea importante que se complementa con el trabajo organizativo para resistir y luchar contra la agresión.

Criticar los errores teóricos, de planificación, la corrupción y las que debemos cumplir con entereza. Exigir mejora de las condiciones de vida de las mayorías populares, aumento de los ingresos, mejoras salariales, defensa de la seguridad y salud en el trabajo son reclamos que debemos tener siempre presentes.

Creemos que dar nuestro aporte al debilitamiento del imperialismo y de cada una de sus expresiones es un logro, elevar la conciencia y la disposición de enfrentar al imperialismo yanqui era impensable en otras épocas y por eso seguimos comprometidos en aprovechar las condiciones de la democracia burguesa para verificar esa situación.

Es necesario recordar que toda política genera consecuencias, por eso para los marxista-leninistas no existe la posibilidad de "ser neutrales" ni de cerrar los ojos ante una situación. Los anarquistas, trotskistas o cualquier otra tendencia puede diseñar una táctica de avestruz pero el Partido marxista-leninista está obligado a analizar las posibilidades estratégicas, valorar su realidad local tomando en cuenta la realidad nacional e internacional en su conjunto para golpear al enemigo común del proletariado en una concepción internacionalista proletaria.

Las últimas amenazas y enfrentamientos ocurridos en Apure con saldo de muertos y heridos pensamos puede ser otro paso más en la preparación de una agresión militar por lo que alertamos a estar en disposición de combate para repeler cualquier agresión, no por nacionalistas, sino por la necesidad de visibilizar nuestro accionar.

 

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