domingo, 16 de mayo de 2021

BURÓ POLÍTICO DEL PCMLV - Articulo publicado en la revista Unidad y Lucha Nº 42

El desarrollo de la sociedad moderna, es decir la sociedad capitalista en su fase imperialista, va dándose de una manera que nos permite, de forma general, corroborar que el método de análisis y las interpretaciones del marxismo-leninismo han sido acertados en sus planteamientos teóricos y en la práctica. Si lo valoramos en un sentido histórico general y no sólo en una circunstancia particular el avance de las ideas revolucionarias ha llegado a todas las capas de la sociedad, incluso quienes atacan o reniegan del marxismo se ven obligados a leer y analizar a nuestros clásicos, al punto que durante las crisis “El Capital” se transforma en el libro más leído y ninguna facultad de economía o escuela del pensamiento económico, político o social puede pasarse sin analizar, distorsionar o tratar de rebatir los postulados del marxismo.

Por otra parte la clase obrera y su vanguardia toman para sí y difunden entre las masas los postulados del marxismo, que es ciencia e ideología, ya que por una parte da explicaciones racionales sobre los diversos fenómenos, con un objeto de estudio, una teoría y práctica concreta, con un acumulado histórico verificable que la sustenta, pero además de esto, asida por las masas se transforma en poderosa herramienta de lucha que da al proletariado un ariete para desarrollar su instinto de clase y avanzar hacia la conquista del futuro, armado de la certeza de su accionar, con las respuestas acertadas a muchas de sus interrogantes.

Gracias a sus sólidas bases, al contrario de lo que algunos dicen, el método marxista sí permite definir el rumbo de la sociedad e identificar los posibles escenarios, los cuales se van confirmando sobre la prueba de los hechos. Es evidente que al referirnos a procesos sociales el tiempo de ejecución se mide por décadas y no se mueve en una linealidad perfecta, ni siempre en la inmediatez.

Es necesario acotar que el tránsito de un modo de producción a otro, hasta llegar al capitalismo, se producía de una forma totalmente desconocida y sin una idea clara de hacia donde se movía la sociedad, apenas sueños vagos sobre el paraíso o ideas de algún reformador del mundo, caudillo o mártir, esto cambió a partir de los aportes del marxismo, el cual ha generado un forma tan clara y completa de evaluar el movimiento de la sociedad que visualizó las vías del tránsito de un modo de producción a otro, e incluso descubre sus leyes y los actores requeridos para llevar a cabo tan importante transformación.

La lucha por la construcción de la nueva sociedad ya no se basa sólo en los impulsos espontáneos de los oprimidos, ni se explica en la metafísica o el misticismo, sino que tiene su base teórica, además de las formas de organización y lucha adecuadas, lo mismo que experiencias exitosas, capaces de orientar a los pueblos por diversas etapas hasta llegar a la sociedad sin clases sociales, ciertamente con avances y retrocesos en un proceso histórico que va descubriendo y utilizando las leyes del movimiento social en una acción concreta que da sustento al quehacer revolucionario en la teoría y en la práctica.

En la actual etapa de la lucha revolucionaria el proletariado requiere recuperar fuerzas y romper el cerco al que ha sido sometido después de la traición del revisionismo, esto constituye un requisito para pasar a la preparación de la ofensiva, por lo tanto es una tarea muy importante desarrollar la lucha contra el imperialismo y también contra las desviaciones de izquierda y derecha, unificar criterios, corregir debilidades  y  consolidar  una  táctica  común, abrazar la crítica y la autocrítica, lo que requiere desechar lo que denomina Raúl “pereza ideológica”, para esta tarea el camarada Marco nos ha dejado una herencia invaluable que debemos aprovechar, no sólo con sus diversos aportes a lo largo del tiempo, sino especialmente con sus dos últimas obras: “Ráfagas y retazos de la historia del PCE(ML) y el FRAP” de 2018[2] y “El ayer ayuda a situar el hoy” de 2019, obras que contienen un visión de las experiencias de los marxista-leninistas, en especial la última en lo relacionado al desarrollo de lo que hoy es la CIPOML, dejándonos las bases para una importante evaluación y por qué no, para la realización de un balance, que está allí esbozado para mejorar nuestro accionar.

En estos trabajos ha cumplido Raúl una tarea muy importante sobre la cual hubo insistencia, y por eso, consciente de su papel, se dedicó a ella los últimos años, poniendo su gran capacidad, experiencia y disciplina para dejarnos de una forma muy apropiada, observaciones que mucho pueden ayudar a la optimización del accionar de cada partido y en especial de la CIPOML.

Tomando en cuenta esos aportes, así como otras experiencias; vividas, leídas y oídas, entendemos la necesidad de tratar de aprender y mejorar nuestra práctica, buscando asimilar la esencia del marxismo-leninismo y las experiencias del movimiento revolucionario en general, que en muchos casos ha debatido algunos de los temas que hoy nos interesan, evidentemente en otras circunstancias y condiciones.

Consideramos que en medio de esa lucha ideológica necesaria y permanente, tenemos que avanzar con algunas premisas que puedan sustentar el inmediato accionar y hacer más ágiles los procesos, entre otras cosas se requiere como decía Lenin, basado en un revolucionario francés, “audacia, audacia y más audacia”.

La conocida agudización de las contradicciones, que es desde todo punto de vista innegable, exige de nosotros acelerar la marcha, avanzar en lo organizativo, a lo interno y en el encuentro con las amplias masas populares, creemos que sustentados en los planteamientos de la Internacional Comunista y de nuestros clásicos es importante apoyar a las fuerzas que combaten contra el imperialismo, que luchan por la liberación nacional, ratificando las tesis sobre el problema nacional y colonial así como las orientaciones de Dimitrov en relación a la política de Frente.

En esta lucha es importante desenmascarar las ideas trotskistas que aíslan al proletariado, lo tratan de separar de las masas y por ende de las luchas de carácter democrático- burgués, nacional-revolucionario o de liberación nacional en los países dependientes, boicotean la posibilidad de que la clase obrera se transforme en vanguardia y dirigente de toda la sociedad incluyendo otras capas no proletarias y se transforme en una secta autosuficiente. Por otro lado la teoría de los tres mundos establece, entre otras perlas antimarxistas, la necesidad de subordinación a una fracción del imperialismo para enfrentar a otra, representa también una desviación que debemos enfrentar.

Algunas de esas ideas llevan al aislamiento y contribuyen a la derrota del movimiento popular revolucionario, ya que para ellos no hay acuerdos posibles, sólo entrismo, una desviación trotskista que lleva a boicotear y destruir las posibilidades del Frente Popular. La línea oportunista que es expresada en la teoría maoísta de los tres mundos asume como base colocar en primer lugar las maniobras y jugadas con alguna fuerza imperialista, dejando en segundo lugar la fuerza propia del proletariado, que debe ser siempre para los marxistas consecuentes el centro de la acción revolucionaria. Esta política oportunista también atenta contra la unidad del proletariado y contra el Frente Popular ya que conduce a abrir las puertas del partido a la burguesía.

Estas situaciones, planteadas en medio de un aceleramiento de todas las contradicciones, con el entrecruzamiento de la crisis general del capitalismo, una nueva crisis cíclica y los efectos de la pandemia de Covid19 implican un gran reto, que es mayor para los revolucionarios y en especial para los marxista-leninistas, que debemos combatir en el terreno de la práctica y en el teórico, en primer lugar contra los imperialistas: desnudando su condición de enemigo común de toda la humanidad, los socialdemócratas que juegan un papel vacilante y que al final terminan del lado del capital, contra los fascistas que pretenden levantar cabeza en medio de la desesperanza; toca además denunciar al revisionismo; a las tendencias trotskistas que confunden y entraban el movimiento proletario, contra el revisionismo y reformismo, socios de todos los demás, mientras que nos sumamos al torrente popular que en sus inicios no es dirigido por nosotros y allí nos toca ir ganando las masas para apoyar nuestras posiciones como forma de seguir avanzando en experiencia, organización y número.

La única forma de llevar adelante tan compleja tarea es aplicando la táctica adecuada, y eso nos dicen los clásicos se hace dando respuestas concretas a las situaciones concretas, Stalin lo define de forma muy clara: “La táctica consiste en determinar la línea de conducta del proletariado durante un período relativamente corto de flujo o de reflujo del movimiento, de ascenso o de descenso de la revolución; la táctica es la lucha por la aplicación de esta línea de conducta mediante la sustitución de las viejas formas de lucha y organización por formas nuevas, de las viejas consignas por consignas nuevas, mediante la combinación de estas formas, etc., etc .

 Elementos de la actual coyuntura en Venezuela

Ante los elementos que marcan la actual coyuntura nuestro partido considera necesario ajustar la táctica y optimizar el uso de los recursos para superar el fuerte impacto que se ha producido por la confluencia de elementos externos en la población y en la militancia, así mismo asume la necesidad de preparase para enfrentar los retos del futuro inmediato.

En el caso de Venezuela es evidente que el pueblo avanza en su proceso de resistencia y lucha contra la agresión imperialista, proceso que ha generado un profundo impacto en los modos de vida, en las ideas y en la forma de entender el combate, al punto de provocar debates en las organizaciones, muchas de las cuales han desaparecido o modificado su posición, esto también tiene ecos en el movimiento revolucionario a nivel internacional, donde el debate sobre la táctica correcta de los marxista-leninistas y en especial sobre la política de apoyo crítico con exigencias al proceso bolivariano, política que aplicamos mientras otras organizaciones, especialmente de corte revisionista se ubican en la oposición e incluso en medio de su confusión llegan a ataques armados contra un gobierno bloqueado, amenazado y agredido por el bloque imperialista de los EEUU-UE y sus lacayos.

Así pues abordar el problema ideológico es ineludible, como dilucidar la táctica nacional e internacional a asumir en torno a esta situación, esto es central y determinante en la lucha política en la actual coyuntura.

En relación a esto es conveniente volver a citar a Stalin quien ante la pregunta de si hay esperanza de convertir a los países dependientes y a las colonias, de reserva de la burguesía imperialista, en reserva del proletariado revolucionario, en aliado suyo, nos dice: “El leninismo da a esta pregunta una respuesta afirmativa, es decir, reconoce que en el seno del movimiento de liberación nacional de los países oprimidos hay fuerzas revolucionarias y que es posible utilizar esas fuerzas para el derrocamiento del enemigo común, para el derrocamiento del imperialismo.”

En el marco de estas situaciones y especialmente a propósito de los enfrentamientos armados que se han presentado en la frontera con Colombia en los últimos días, el BP de nuestro partido ha emitido un comunicado sobre la apreciación de la situación acaecida en la zona del estado Apure, donde damos continuidad a la valoración que hemos hecho desde hace varios años sobre los posibles escenarios para el desarrollo de la política en Venezuela.

Allí valoramos que el ataque realizado por bandas de hampones armados contra la comandancia de la Guardia Nacional en Caracas y los enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas Bolivarianas de Venezuela (FANB) con grupos que se presume pertenecientes a alguna de las fracciones en que se disgregaron las FARC-EP, las cuales valga decir tienen enfrentamientos y diferencias entre ellos mismos en muchos aspectos y en especial esos hechos de armas.

Independientemente de las causas que originan esos enfrentamientos armados y las razones de sus dirigentes, es claro que serán de gran utilidad para la campaña de agresión que se propone llevar a cabo el bloque imperialista EE.UU. - U.E. y sus lacayos, en especial para justificar una acción de mayor violencia.

Nos preguntamos sobre el origen de clase, tácticas aplicadas y objetivos que persiguen las fuerzas en pugna, lo que nos lleva a serias dudas en relación a su acción en la zona de Apure ya que sería de esperar que la frontera sirviera de retaguardia y aliviadero para una fuerza que combate en territorio colombiano, y por lo tanto sería lo común evitar todo enfrentamiento en Venezuela, menos aún llegar a la reivindicación de territorio, en una especie de lucha de posiciones, en la cual han incluso volado edificios con explosivos.

Concluimos en ese documento: “Podríamos hacer muchas conjeturas, pero lo cierto es que el inicio de una intervención armada cobra fuerza debido al reconocimiento por parte de instituciones los EE.UU. que el bloqueo y sanciones contra Venezuela, a pesar de afectar directamente a las mayorías populares, no han dado el resultado esperado por ellos de sacar al presidente Maduro, más bien han unificado al pueblo en los mecanismos de resistencia y lucha, como en la conciencia de su enemigo, y que Guaidó, según algunos senadores de EE.UU. y Almagro  (O.E.A),  requiere  ayuda  directa  porque “no puede sólo”, lo que explicaría las actuales acciones y haría suponer que estamos a las puertas de otra intervención violenta, la cual puede desarrollarse con la confluencia de acciones bélicas y no BÉLICAS...”

Después de valorar las informaciones obtenidas en la zona y los pronunciamientos de las partes planteamos que: “Ante esta situación de gran peligro y complejidad llamamos a los revolucionarios del mundo, a los demócratas y anti- imperialistas a respaldar los esfuerzos del pueblo de Venezuela que resiste y lucha contra la agresión imperialista, con prácticas para sumar aportes a una política internacional sustentada en las premisas del marxismo-leninismo, las decisiones de los congresos de la Internacional Comunista y la acertada política de apoyo a los procesos de liberación nacional y antiimperialistas en países dependientes, llamando a rechazar cualquier guerra fratricida y a apuntar los cañones contra el imperialismo y la burguesía, siempre en defensa de los intereses de los explotados y oprimidos de ambos países.”

Cualquiera de las opciones militares sólo implicaría la activación de los dispositivos de la guerra, cuyos preparativos están en curso y que poco a poco tratarán de hacerlos avanzar hasta llegar al enfrentamiento directo en amplias áreas del territorio nacional si quienes le hacen frente no pudieran contenerlos.

Muchos teóricos se ocupan de explicar el carácter especial de la guerra moderna y describir la “nueva generación” pero las guerras nunca han comenzado sin preparativos ni acciones de ablandamiento, tal vez sin la tecnología ni los medios que hoy existen, pero no es nada innovador ni de asombrarse que se recurra a las amenazas, a la propaganda, a la infiltración, destrucción de los medios del enemigo o al bloqueo. En el pasado, en el presente y en el futuro eso es parte de los preparativos para la acción bélica. Ocurrió en las últimas guerras de agresión en Siria, Libia e Irak. Como también había ocurrido antes contra Vietnam y Corea, contra la China Revolucionaria y también contra la URSS.

Realmente aún no ha llegado la guerra, pero estamos en la fase de preparativos, en las acciones de posicionamiento de las fuerzas contendientes y en el ablandamiento por parte de las fuerzas agresoras, nacionales e internacionales, ciertamente las fuerzas agredidas también se preparan, la frontera de Venezuela se ha tornado en un sitio estratégico o tal vez en un señuelo.

La guerra psicológica, electrónica, informática, económica tiene su objetivo, pero no son la guerra en total, sino que son parte de esta, particularmente hoy en Venezuela son parte de los preparativos para la guerra abierta.

La ofensiva militar que se está preparando desde el bloque EEUU-UE tiene como fin reafirmar su control, pero en el caso de Venezuela se ha encontrado con un pueblo dispuesto a resistir y luchar, que lo ha venido haciendo y que cuenta con aliados, como el movimiento popular, revolucionario y antiimperialista, así como con los verdaderos marxista-leninistas del mundo.

Para la cúpula monopolista de los EE.UU. esto no culminará hasta posicionar al bloque imperialista EEUU–UE en toda América como la única fuerza dominante, desplazando de los espacios conquistados al bloque China-Rusia y a las diversas tendencias nacionales. El objetivo del Estado imperialista de los EE.UU. Independientemente de cualquier tendencia burguesa en el gobierno, para Trump o Biden, para republicanos o demócratas, el objetivo es idéntico: recuperar de manera absoluta el control de la región, basando su accionar es la tesis del destino manifiesto, la doctrina Monroe y la utilización de la fuerza bruta, lo que los lleva directamente hacia una tendencia a la fascistización para eliminar toda resistencia de la clase obrera y de la izquierda, dentro y fuera de su país, incluso para aplastar a otras fracciones de la burguesía que cuestionen sus políticas.

El bloque China–Rusia ha demostrado hasta ahora estar dispuesto a defender sus inversiones y el posicionamiento estratégico que han alcanzado en América, pero sin entregarse a fondo, utilizan un método diferente. Las tendencias antiyanquis de carácter popular y de izquierda han cultivado la decisión de los pueblos a resistir y luchar lo que da un ingrediente muy importante a la posibilidad de que las contradicciones fundamentales den paso a la lucha revolucionaria, si la dirección marxista-leninista es capaz de entender el fenómeno para avanzar, identificando el enemigo en cada etapa, así como las fuerzas auxiliares y de reserva que pueden movilizar.

En el mediano o largo plazo pasaremos de las amenazas, cada día más violentas, a la concreción de una confrontación directa, las acciones del gobierno o de otros actores lo pueden acelerar o postergar, pero es inevitable que los intereses de los grupos monopólicos imperialistas traten de definir el control de los inmensos recursos naturales con que cuenta la región para superar la actual crisis económica que los afecta y no dejarán tranquilamente que su contrincante haga uso de ellos sin oponerse, por eso el bloque EE.UU - U.E. ha venido tratando de retomar algunos gobiernos por vías de la agresión legalizada, golpes de Estado, golpes palaciegos o la violencia paramilitar, habiendo conseguido más o menos oposición de los pueblos y una “inusual y extraordinaria” resistencia del pueblo de Venezuela y del gobierno bolivariano, lo que los lleva a amenazas, robos y bloqueo, preparando lo que se define como “la política por otros medios”, es decir a la guerra abierta: Guerra entre potencias, guerra de resistencia de un pueblo que enfrenta la agresión, guerra civil, guerra irregular o guerra de baja intensidad que se prolongue en el tiempo entre escaramuzas y atentados.

El bloque imperialista EEUU-UE necesita el llamado “patio trasero”, como fuente de materias primas, mercado y mano de obra barata. Así mismo requiere de las industrias nacionales en su propio territorio, para poder pasar a la ofensiva y tratar de recuperar el espacio de dominación mundial, en el cual es acosado, en lo económico por China, en lo militar por Rusia, en lo político-ideológico por tendencias antiestadounidenses que en América latina y el caribe son tan fuertes como diversas con una larga y heroica historia de lucha.

En este entramado la lucha de clases se expresa, unas veces solapada y otras claramente, pero en todo caso el proyecto de las masas populares, representado en el programa del proletariado, que le da un perfil estratégico revolucionario, alienta a las mayorías a la lucha contra el programa de los explotadores, principalmente de la burguesía que limita derechos y tiende al fascismo. Entre estos extremos se mueven cientos de variantes y discursos, con velos y matices que enarbolan las banderas de la democracia, la justicia social y la igualdad tratando de esconder la respuesta: ¿Democracia, justicia, igualdad, para quién? ¿Libertad, igualdad y solidaridad para los opresores y en particular para los dueños del capital, a cambio de esclavitud, marginación y abandono para el proletariado? Es un debate abierto en todos nuestros países por eso la posición común y la unidad de acción cobra vigencia y abren inmensas oportunidades de desarrollo.

La región latinoamericana ha enfrentado la agresión de los gobiernos de EEUU de diversas formas y en diversos períodos. En este momento, se expresa en la lucha por la retoma del control, principalmente en la confrontación con Venezuela que se encuentra en un nivel tan alto que necesariamente irradia hacia otros países con pronunciamientos a favor o en contra, incluso de gobiernos y de la vanguardia, en todos los continentes, ante lo cual es imposible la neutralidad, al contrario es momento de unificar fuerzas y enfrentar al peligro principal reconocido por los pueblos de la región.

Las expresiones de la lucha entre la burguesía y el proletariado, entre los imperialistas y las fuerzas de resistencia en un país dependiente nos llevan tener coincidencias con los que están dispuestos a luchar contra el enemigo común, mientras mantenemos nuestra posición de denuncia y acción contra el peligro principal y sus aliados, en primer momento contra el imperialismo, la burguesía y contra todos los explotadores entendiendo las prioridades de cada escenario en el marco de un plan que tiene como objetivo la toma del poder político en lo estratégico, la acumulación de fuerzas en lo táctico por medio de una política de apoyo crítico con exigencias repitiendo con Lenin: “De lo que se trata es de apoyar los movimientos nacionales encaminados a debilitar el imperialismo, a derrocarlo, y no a reforzarlo y mantenerlo.”

 “El socialismo sólo se construye con la alianza obrero – campesina en el poder y el pueblo en armas”

Buró Político del Partido Comunista Marxista Leninista de Venezuela

Venezuela marzo 2021.