jueves, 15 de agosto de 2013

Editorial Acero Revolucionario N° 23, agosto de 2013

Órgano interno del Comité Central del PCMLV


La ofensiva imperialista persigue modernizar el capitalismo para explotar más

El modo de producción capitalista se ha venido consolidando en la sociedad latinoamericana, en una primera etapa por medio de gobiernos autocráticos y después por medio de la democracia burguesa.

La democracia burguesa se caracteriza por una cobertura democrática que esconde la opresión burguesa y el control del imperialismo sobre los países dependientes, utilizando a sectores de la burguesía, que enmascaran su dominio con la realización de elecciones, en las que se justifica y garantiza el poder económico de los grandes dueños del capital, las empresas transnacionales, en definitiva al imperialismo y sus socios.

El lento desarrollo de las fuerzas productivas, su condición de dependencia y la obsolescencia del parque industrial de la región ha generado, que de época en época se den saltos para la modernización, especialmente cuando los precios de las materias primas son altos, éstas son necesitadas por los países imperialistas o los países de nuestra región tienen capacidad de endeudamiento.

Debido a ese proceso de consolidación del capitalismo, su modernización, y la progresiva disminución de los rezagos pre-capitalistas, el imperialismo, no sólo estadounidense, sino también Chino, Ruso y Europeo consolidan su dominio real por medio de su presencia directa: económica, ideológica y militar, a través de la burguesía y la pequeña burguesía, logrando estructurar un discurso y una práctica destinada a confrontar al proletariado en todos los terrenos.

La consolidación de una clase obrera industrial con importantes potencialidades revolucionarias, las luchas campesinas, el impacto de la crisis del capitalismo, los planteamientos de lucha por el socialismo, poco a poco se consolidan en la región como expresión de la confrontación de la clase obrera y los pueblos contra las burguesía y el imperialismo, enseñándonos a utilizar las diversas formas de lucha, priorizando una u otra de acuerdo a las situaciones concretas.

Este planteamiento marxista leninista se expresa en la región, vista en su conjunto, conjugándose la lucha política “pacífica” en Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia, con la existencia de organizaciones armadas, y una sólida insurgencia en Colombia, permitiendo por una u otra vía, la acumulación de fuerzas de carácter revolucionario que se expresan en la combinación de un discurso de avanzada, con movilizaciones sociales, y grandes expectativas de las masas.

Las fuerzas imperialistas se apoyan en la burguesía y la pequeña burguesía nativas, logrando estructurar un cuerpo destinado a confrontar al proletariado en todos los terrenos, tratando de anular nuestras expresiones de lucha que emergen por doquier, y tratan de ahogarlas por la acción reformista y la represión.

En la región se libra entonces una intensa lucha económica, ideológica, política y militar, que requiere de los marxistas leninistas grandes esfuerzos para orientar a las masas explotadas, en especial a la clase obrera y al campesinado por el camino de la revolución, para esto se cuenta con importantes antecedentes de lucha y una organización combativa que se va fortaleciendo. 

En América Latina la burguesía y sus ideas siguen dominando, Incluso en los países donde se desarrollan planteamientos progresistas, porque sin dudas, la dominación capitalista mantiene la base económica y todas sus relaciones de producción, apenas generando cambios en su forma, especialmente de tipo democrático burgués bajo la conducción de la pequeña burguesía en ascenso, que en algunos lugares se hace llamar socialista, con discursos patrióticos que reivindican consignas de la burguesía revolucionaria del siglo XIX, que avanzó en la constitución de repúblicas y establecimiento de las bases capitalistas, pero en la realidad consolidan y modernizan el capitalismo para adaptarse a los requerimientos del imperialismo que necesita un proceso de modernización para facilitar la extracción de materias primas, colocación de mercancías y capitales.

Gracias a esta modernización la burguesía tradicional se sigue enriqueciendo a la sombra del Estado y pasa a consolidar, junto con la burguesía emergente, una clase que hábilmente se adapta y saca provecho de esos procesos “progresistas”, donde se reparten las ganancias producto del manejo del aparato de Estado.

En Colombia la confrontación entre la burguesía y el proletariado se da de forma más violenta, donde el ejército imperialista de los Estados Unidos y sus títeres colombianos han desarrollado las técnicas de represión más sofisticadas para tratar de acabar con el movimiento popular, no sólo de Colombia sino también pretenden ser punta de lanza reaccionaria en la región, lo que se les ha dificultado por la decisión férrea de los pueblos y su vanguardia.

Como forma de respaldo a esa lucha de nuestros hermanos, rechazamos la presencia de asesores militares y combatientes yanquis, en el hermano país, y exigimos al gobierno Venezolano la Libertad y otorgamiento de asilo a Julián Conrado, de la misma forma como lo habían ofrecido al sr. Snowden, que a pesar de haber denunciado el carácter represivo y autoritario del gobierno de los Estados Unidos, no deja de ser un agente del imperialismo.

De igual forma enviamos nuestro apoyo a los partidos hermanos de Benín, Túnez, Marruecos, Turquía, Irán, Grecia, España, Francia, Colombia, Ecuador, Brasil, que luchan en estos momentos contra una oleada represiva aguda, denunciada por la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista Leninistas (CIPOML), expresión del internacionalismo proletario y del fortalecimiento de las estructuras necesarias para derrotar al capitalismo e iniciar, de verdad, la construcción del socialismo.