sábado, 22 de junio de 2024

EDITORIAL JUNIO 2024

Tratar de determinar los posibles escenarios del futuro no es un acto adivinatorio, sino un proceso científico que utiliza leyes y categorías dialécticas para valorar objetivamente el posible desenvolvimiento de los hechos.

Aun cuando se determinen los posibles cursos de acción de los acontecimientos y las probabilidades de su transformación de Posibilidad en Realidad se requiere también comprender que los enemigos y sus socios, o nuestros aliados, así como las fuerzas auxiliares y de reserva de la revolución, como de la reacción, son activas, que están conformadas por seres pensantes, lo que puede desviar el posible curso de acción esperado y llevar a otros resultados, muchas veces no previstos o menospreciados. 

Es vital comprender la diferencia entre el triunfo del FASCISMO representado por MCM (con la fachada de un nuevo títere "democrático") o el triunfo de la socialdemocracia representada por Maduro. No es necesario explicar ni debatir las consecuencias del triunfo fascista para cada país, para Venezuela o para el proletariado internacional, porque existen muchas expresiones de derecha en Venezuela, pero la encabezada por MCM y sus secuaces es indiscutiblemente antinacional, entreguista y fascista, representación de la derecha más extrema, violenta y agresiva...

Las categorías dialécticas de Posibilidad, Probabilidad y Realidad juegan un papel fundamental en el análisis de los escenarios. Si entendemos cada una de ellas se nos hace más fácil llevar a cabo la tarea política de definir y ejecutar la política tomando siempre en cuenta las leyes de la dialéctica, previendo los mejores caminos para el avance del proletariado revolucionario. 

En relación con la coyuntura del 28 de julio de 2024 y las elecciones presidenciales de ese día en Venezuela debemos ver las implicaciones, las situaciones previas, lo que puede pasar durante y especialmente la nueva fase del largo proceso revolucionario venezolano que puede abrirse a propósito de ese acontecimiento. 

Los escenarios nos vislumbran la posibilidad que no se den las elecciones, por razones legales o de fuerza mayor, después también es posible que triunfe Maduro o que pierda.

Partiendo de esto es necesario pensar y ver seriamente que puede pasar en cada uno de estos escenarios, cuál debe ser nuestro aporte para que se haga realidad el que más conviene a los intereses del proletariado y en general de los explotados y qué hacer si eso no ocurre. Cómo organizar nuestras fuerzas propias ante cada escenario.  

Es muy importante poder ubicarse en las posibilidades de avanzar hacia un gobierno Obrero, Campesino y Comunal en cada uno de esos escenarios y en general en la nueva fase, dentro de la etapa democrático burguesa del proceso revolucionario venezolano, fase que se abre a propósito del 28 de julio. ¿Qué sucedería en corto, mediano y largo plazo? ¿Cómo debemos abordar esas posibilidades? ¿Cómo orientarnos junto al proletariado, la militancia, los amigos, aliados y las masas populares ante escenarios de agudización de la lucha? ¿Qué hacer para defender nuestros principios, tesis, línea y programa? ¿Cómo avanzar en la línea estratégica de la liberación nacional rumbo al socialismo?

Lo primero es el trabajo con nuestro pueblo y defender la línea revolucionaria marxista leninista ante la influencia de las tendencias burguesas y pequeño burguesas. 

En relación con la campaña electoral, es bueno precisar que es un proceso para tratar de atraer votos, que, dentro del sistema político burgués, donde impera la demagogia, la mentira y la promesa vacía, queda lo programático limitado, echado a un lado.  

Siendo lo programático elemento esencial de nuestra acción revolucionaria, debemos obligarnos a abrir espacios para llevar a las masas nuestra propuesta de clase. 

Es claro que no es cosa fácil, ya que los grandes medios de manipulación arropan el escenario y se impone la propaganda vacía, donde el psicoterror, los jingles, slogan y el marketing electoral definen las consignas. La manipulación mediática juega un papel más protagónico que las propuestas de fondo, siendo este otro obstáculo a vencer para la verdadera acción revolucionaria, ya que para ganar elecciones los contendientes ocultan y manipulan planteamientos esenciales de su verdadero programa y exacerban elementos presentes en el "sentido común" que actúan como sostén del modo de producción capitalista generando una gran confusión entre las masas que quisieran una acción revolucionaria, pero que son frenadas con el objeto de mantener el "juego democrático" que se basa en una idea de "democracia en general", por lo cual no debemos olvidar que estamos inmersos en la democracia burguesa que tiene como finalidad mantener la ficción de la igualdad y con ella la opresión de clase. 

Estos sistemas de democracia burguesa con sus elecciones y sus campañas, son una forma más de lucha concreta dentro del capitalismo, también son una forma de frenar al proletariado y a los oprimidos cuando no se usan para difundir el verdadero programa revolucionario pudiendo arrastrar a sectores del movimiento popular al pragmatismo electorero. 

Los gobiernos que son producto de la democracia burguesa, y no de una revolución, están obligados a someterse al sistema burgués y con él a todas sus estructuras, incluyendo la más importante para la burguesía: La explotación del trabajo asalariado y la propiedad privada sobre los grandes medios de producción, que no se tocan ni nombran, sirviendo las campañas electorales a la burguesía para frenar el impulso revolucionario popular en tiempos de agitación, llenando al proletariado de ilusiones pequeño burguesas, propias de la socialdemocracia, de una posible transición pacífica del capitalismo al socialismo que hasta en las experiencias más "pacíficas y democráticas" como la República Española o la de Allende terminaron  en una violenta acción represiva de la burguesía fascista contra el proletariado con miles y miles de muertos, torturados y exiliado bajo la mirada cómplice de la "comunidad internacional". 

En este marco general debemos comprender que en algunas circunstancias, cuando la ofensiva del imperialismo y del fascismo es fuerte, se hace necesario establecer planes propios y niveles de acuerdo con otras tendencias políticas avanzadas para enfrentar al enemigo común, es allí donde cobran un papel central las tesis de Lenin sobre el problema nacional y colonial, ratificando que no se debe dejar nunca de levantar el programa comunista, menos aún el Partido Comunista debe fusionarse o ponerse a la cola de la socialdemocracia, más bien debe aprovechar esos espacios para difundir el programa de los marxista leninistas y educar a las masas en la teoría y acción revolucionaria aprovechando esas grietas del sistema en lugar de dejar que se aprovechen de nosotros para confundir al pueblo. 

Los planteamientos del Frente Único del proletariado y el Frente Popular fueron desarrollados por la Internacional Comunista para enfrentar la ofensiva del fascismo y tienen hoy plena vigencia, por lo que debemos estudiar con rigor los trabajos sobre este tema, especialmente los de Dimitrov. 

Con estos elementos podemos ubicar la realidad actual y caracterizar la situación nacional e internacional, que es muy compleja y expresa una avance de la extrema derecha, fascista en los últimos años a nivel mundial, señalado por: La toma del Capitolio por fuerzas de extrema derecha de Trump, el armamento de grupos abiertamente fascistas en Ucrania y otros países por parte del bloque EE.UU. - U.E., el genocidio de la población Palestina en Gaza por parte del sionismo Israelí y Estadounidense, el avance electoral de la extrema derecha en Europa y posiblemente en EE.UU., los gobiernos de Milei, Bukele y Noboa, también Bolsonaro o Duque, las reuniones internacionales de partidos de extrema derecha para coordinar sus acciones ya de forma pública y retadora. 

Todos esos hechos, no vistos en décadas de sometimiento al fascismo, nos indican la existencia de un proceso de reanimación, tal vez una ofensiva mundial de la burguesía de extrema derecha que debemos frenar.  

Es necesario derrotar las iniciativas fascistas y avanzar después con toda nuestra capacidad, unida firmemente a las expectativas populares de los oprimidos y explotados, del proletariado y el campesinado, de los comuneros revolucionarios, para construir el único sistema que ha demostrado tener la decisión y bases para derrotar al fascismo: El socialismo científico, bajo la conducción de los Partidos Comunistas Marxista Leninistas y el respaldo de las amplias masas. 

Ante las también inminentes amenazas del fascismo en Venezuela, ya vividas con un alto grado de violencia y sabotaje en años pasados, los marxista leninistas consideramos como una acción revolucionaria aportar nuestras fuerzas para frenar su avance en nuestro país, en la región y en el mundo, ya que los crímenes no serían solo contra los revolucionarios venezolanos, sino que esto tendría repercusiones internacionales, lo que nos indica la necesidad de mantener nuestra política de apoyo crítico con exigencias, que se expresa en estas próximas elecciones en Apoyo a la candidatura de Maduro como candidato capaz de enfrentar en estos momentos la llegada del fascismo al  gobierno en Venezuela, Crítica a políticas marcadas por la complacencia con la burguesía y Exigencia de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, expresadas en mejoras salariales y de servicios públicos. 

Los comunistas marxista leninistas de Venezuela consideramos que este complejo momento de la política puede conducir fácilmente a la confusión y fragmentación de las fuerzas democráticas por influencia de: 

1. Las tendencias trotskistas más degeneradas que no ven la realidad internacional ni la necesidad de una política de Unidad, Alianzas y Acuerdos con otras fuerzas, llevándolos  a derrotas permanentes a través de la historia, ubicándose hoy en Venezuela en la oposición al gobierno; llamando a la abstención, voto nulo e incluso a votar por la derecha, haciendo el juego al fascismo que asoma sus garras claramente. 

2. En el otro extremo está el apoyo incondicional, que no ve los defectos ni desviaciones del gobierno y se pliega detrás de la burocracia gubernamental, sin propuestas ni programa, aplaudiendo, sin criticar ni proponer opciones al pueblo. 

Quedando para la verdadera izquierda revolucionaria la propuesta de los Comunistas Marxista Leninistas de Venezuela que sostenemos la política de Apoyo Crítico con Exigencias, que implica defender el programa propio, promover los cuadros y símbolos marxista leninistas en confluencia con las amplias masas populares y trabajar con otras fuerzas de izquierda, populares y democráticas para evitar la consolidación de la derecha extrema.

¡El socialismo solo se construye con la alianza Obrero Campesina 

en el poder y el pueblo en armas!

 

 

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