El funcionamiento óptimo de los
organismos internos del partido, así como sus organismos de masas que son sus
correas de transmisión debe ser una constante preocupación para una militancia
que entiende lo fundamental que es para un partido revolucionario, la vitalidad
de estos organismos en consonancia con los objetivos planteados.
Particularmente para los diferentes organismos de dirección el hecho de lograr
la concatenación dialéctica del funcionamiento interno al tiempo que se
desarrollan los organismos de masas como espacios capaces de atraer y mantener
la atención de buena parte de estas, cosa que es fundamental para poder
orientar su accionar de manera efectiva y eficaz con perspectiva revolucionaria
es tarea de primer orden.
Lenin como uno de los grandes
maestros del proletariado nos dejaron un gran legado conformado por numerosas e
importantes obras en la que demuestra con magistral sencillez como la labor de
organización y funcionamiento del partido constituye una importante columna
sobre la que se apoya la posibilidad de las futuras victorias del proletariado
contra su enemigo principal, el capitalismo en su fase imperialista.
En este sentido resalta Lenin la
categoría de revolucionario profesional, como una cualidad a ser alcanzada en
el seno del partido proletario y cualificada en la labor de que este dispone
para cada uno de sus cuadros.
En su obra ¿Qué Hacer? Lenin
habla sobre la necesidad de que el partido proletario supere los métodos
artesanales de lucha. Aquí es preciso recordar lo que menciona Lenin en el
aparatado donde hace una diferenciación entre la organización de los obreros y
la organización de los revolucionarios. Lenin afirma: ... La organización de
los revolucionarios, debe agrupar, ante todo, a personas cuya profesión sea la
actividad revolucionaria".
Esto nos lleva obligatoriamente a
una pregunta: ¿Qué significa ser un revolucionario profesional? Debemos
respondernos sin muchas vacilaciones que un revolucionario profesional es aquel
militante, hombre o mujer, niño, joven o adulto que tiene como primera
prioridad en su vida el llevar a cabos las tareas de diversas índoles que ha
orientado el partido en el marco de los objetivos trazados por el partido en
cumplimiento de su papel de destacamento de vanguardia.
Esta labor requiere ser asumida
con disciplina consciente, no solo de palabra, sino en el calor de la práctica
diaria. Un revolucionario profesional constantemente piensa y actúa conforme a
los requerimientos del movimiento revolucionario que impulsa el proletariado.
Un revolucionario profesional, piensa día y actúa constantemente en favor de
lograr los objetivos trazados por el partido. Su cerebro y sus fuerzas están
básicamente en disposición permanente para la labor revolucionaria que orienta
el partido
Para un revolucionario
profesional, la tarea revolucionaria está en un primer orden de prioridad;
entiende que de las acciones que va a desarrollar en favor de la causa
revolucionaria va a depender la vitalidad, la fortaleza particular del Partido.
Pensar en la revolución permanentemente, ver la forma de aplicar de la manera
más efectiva la tarea revolucionaria en las diferentes áreas y diferentes
sectores donde se puede desarrollar, tal es la tarea de un revolucionario
profesional.
En este sentido asimismo a la
medida que el partido nos va cualificando como un revolucionario profesional
debemos asumir la importancia de la especialización en el partido, fenómeno que
comporta la necesidad de atender de manera dedicada cada responsabilidad que el
partido nos designe, buscando lograr la mayor efectividad y eficacia posible,
combinando el ímpetu y sentido práctico revolucionario en el terreno de lo
concreto.
Pero siguiendo en la senda de las
orientaciones del marxismo leninismo esta labor debe ser asumida con fortaleza
en la praxis revolucionaria, esto implica estudiar de manera científica los
elementos componentes que exige llevar a cabo una responsabilidad que nos haya
confiado el partido, buscando siempre la mayor eficacia y efectividad en la
tarea encomendada. La especialización nos invita a superar las formas
artesanales de organización y sustituirlas por la comprensión y abordaje
científico de nuestra labor. Por ejemplo, un propagandista marxista leninista
no sólo necesita hacer panfletos, periódicos o revistas donde se exponga
nuestra política a las amplias masas y en particular al proletariado este
además debe ser un estudioso de la propaganda, los métodos científicos de
abordarla, de llegar a las masas; de perseguirlas y convencerlas de la justeza
y viabilidad de nuestros planteamientos, buscando siempre alcanzar la
comprensión más completa, exacta de parte de quienes tienen contacto por
diferentes vías de nuestra propuesta.
Un dirigente marxista leninista
debe ser un estudioso de la realidad económica y política del país, como es el
comportamiento de la distribución, del consumo, la población que interviene en
la producción, como es el comportamiento de las clases sociales, su influencia
en las diferentes ramas de la producción, entre otros elementos por ejemplos.
Al mismo tiempo, debe ser un estudioso de la realidad internacional,
identificando en ella los eslabones que la concatenan con nuestra realidad y
así identificar también las formas y vías de desarrollar las respuestas ante
una determinada realidad. Esto requiere organismos en funcionamiento óptimo,
activos, trabajando en torno a su realidad concreta, pero con la capacidad de
elevarse más allá de las circunstancias inmediatas y ver los puntos del
horizonte de la lucha que el común no ve, ahí está parte de la labor de la
vanguardia.
Ahora bien, insistimos en que
esto tiene que funcionar, a un ritmo adecuado con las exigencias de la
realidad. Un partido cuyos organismos centrales vayan retrasados con respecto
al curso de los acontecimientos económicos y políticos que marcan la vida del
proletariado, quedará relegado de una dirección pertinente de las masas y de
sus propios militantes.
La realidad actual, con sus
fenómenos acelerados, impactante y determinantes, nos ha puesto al frente
la necesidad de cualificar y aprovechar de la mejor manera nuestro tiempo, No
se trata solo de cuánto tiempo nos reunimos, sino qué tanto avanzamos, si el
contenido de nuestras conclusiones alcanzadas al final de cada encuentro
orgánico va dejando resultados que nos permiten identificar algunos avances y
el carácter de los mismos.
Estudiar estos elementos
aplicando la herramienta marxista leninista nos permite alcanzar una alta
comprensión sobre el contexto que nos ha tocado vivir y que queremos
transformar, detectando con precisión militante cuales son los elementos que
deben defenderse en favor de la causa proletaria. Pero he aquí uno de los
elementos a superar con urgencia, la falta de una mayor y mejor dedicación
desde el punto de vista orgánico a la investigación de los fenómenos, lo cual
no debe ser visto como mero ejercicio intelectual, sino como parte de la
ofensiva que debemos desarrollar en el plano de la lucha ideológica, en un
momento donde el diversionismo ideológico, el revisionismo y el reformismo
pululan proletariado. corrompiendo parte del espíritu de lucha revolucionaria
del Partido.
Ninguna tarea es demasiado
pequeña como para hacerla a un lado, toda responsabilidad asignada es una pieza
del rompecabeza orgánico del partido, es un instrumento que debe ser tocado de
manera armoniosa según la necesidad de la orquesta, está a su vez está dirigida
bajo los preceptos del centralismo democrático lo que hace posible alcanzar los
objetivos previstos en favor de seguir avanzando en la lucha por la revolución
proletaria.