viernes, 13 de junio de 2025

EDITORIAL JUNIO 2025

Las crecientes protestas en EE.UU. contra las políticas xenófobas, racistas, autoritarias y violentas que la tendencia burguesa ultra reaccionaria encabezada por Donald Trump viene aplicando, así como los avances de la extrema derecha en la U.E. junto a los movimientos de oposición que existen en Francia y Alemania ante la militarización de la sociedad son expresión de su descomposición. Esos conflictos internos, más las provocaciones a Rusia y China, así como las agresiones de los sionistas a sus países vecinos, son expresiones de la crisis social y política que atraviesa el capitalismo, especialmente el bloque imperialista EE.UU - U.E. pero también el bloque Rusia - China. 

Además de esos fenómenos visibles es importante valorar la causa de todas esas situaciones en la crisis económica cíclica, parte de la más amplia crisis general del capitalismo, que avanza y amenaza con desbancar el modelo de opresión de la democracia burguesa, instaurado después de la Segunda Guerra Mundial.

Ante su declive económico las potencias imperialistas dirigidas por la burguesía financiera tratan de reanimar el ciclo económico para no llegar a la depresión y para eso recurren a la guerra, mecanismo que como ya hemos dicho en otros escritos, garantiza la activación del aparato industrial en el corto y mediano plazo: Primero, aumentando el gasto militar y reorganizando el aparato industrial para la producción de armas y logística de guerra, después, financiando y ejecutando la reconstrucción de las fuerzas productivas destruidas. Ese método, para tratar de salir de la crisis capitalista, es bien conocido, porque fue aplicado en el pasado y será aplicado cada vez que el modo de producción capitalista esté en riesgo grave.

Las acciones económicas para tratar de superar la crisis se acompañan de un programa político que es típicamente fascista, expresión de la revancha de la burguesía contra el proletariado. Ese intento de sometimiento total del proletariado hasta la eliminación de todos sus derechos, tratando llevarlo casi a la esclavitud y la explotación extrema, es el proceso de fascistización, que de lograr instaurarse conduciría propiamente al fascismo.

Aquí podemos identificar una diferencia importante entre el proceso de fascistización que es el período de disminución de derechos, desaplicación de leyes, persecución y exclusión del proletariado de la vida social común de una sociedad, y el fascismo que es la expulsión total, represión directa, modificación de normas para legalizar la eliminación de derechos, el asesinato y opresión extrema del proletariado por parte de la fracción más reaccionaria del capital, que instaura para eso la dictadura extrema, abierta y legalizada, eliminando todas las formas y apariencias de la democracia burguesa.

La actual crisis capitalista no se desarrolla solo en EE.UU. o La U.E, se expande como una epidemia por todo el mundo y abarca países imperialistas o dependientes, pero ciertamente se expresa de formas diferentes.

La actual crisis que tiene su epicentro en la principal potencia imperialista arrastra de forma inmediata a sus socios más directos cómo son la U.E, Canadá y México, pero buscando salvarse, Trump lanza una serie de medidas desesperadas que en lugar de alejar la recesión y posible depresión la acercan, ya que al romper los acuerdos previos con sus socios genera desconfianza que repercute en los mercados y puede provocar la huida de los capitales en lugar de atraerlos como dice querer hacer.

El bloque China - Rusia tampoco está en las mejores condiciones, dada la integración de la economía mundial cualquier desequilibrio en las principales economías arrastra a la inestabilidad a las otras y desencadena una serie de hechos que necesariamente terminan trasladando a la clase obrera todas las pérdidas mientras los grandes burgueses se hacen más ricos a expensas de la pequeña burguesía y principalmente del proletariado que se ve totalmente pauperizado.

Como se ha dicho "El capital no tiene patria" lo que nos indica que se moverá hacia donde tenga las mejores condiciones para crecer, para explotar, por lo tanto, ha de huir de lugares donde por razones económicas, políticas o sociales tenga mayores riesgos o limitaciones.

En estas condiciones, que necesariamente llevan a la agudización de las contradicciones fundamentales, el proletariado no tiene más opción que prepararse para verse arrastrado a la lucha inter imperialista (actualmente entre el bloque imperialista EE.UU - U.E. y el China - Rusia) debiendo mantener su denuncia contra ambos por imperialistas actuales e imperios en el pasado, responsables de opresión nacional y explotación de clase; asumiendo la lucha antiimperialista y por la liberación nacional en los países dependientes; estimulando la lucha del trabajo contra el capital en todas partes donde esté presente.

Con estas premisas los partidos comunistas marxista leninistas deben orientar su política nacional e internacional, colocando en primer lugar su condición de vanguardia del proletariado y asumiendo la consigna:

"Proletarios del mundo uníos" para respaldar las luchas contra el imperialismo y el fascismo, por la revolución proletaria, la liberación nacional y el socialismo.

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