viernes, 27 de septiembre de 2013

Organicemos a la joven generación

Por: Fabiola Mejías.
Acero Revolucionario 23.



El capitalismo se encuentra en la etapa imperialista que se caracteriza por ser su etapa superior, donde las potencias dominantes y las grandes corporaciones transnacionales, pugnan por repartirse el mundo (ya repartido) para generar un nuevo proceso de dominio capitalista mundial. Actualmente se desarrolla una crisis, la cual mantiene desfavorecidas a las clases explotadas y oprimidas, esta crisis cíclica de superproducción relativa, se expresa de distintas formas en cada continente.

A nivel mundial se han venido generando una serie de descontentos populares, procesos en el cuales, los jóvenes de todos los sectores han salido a manifestar su desacuerdo contra las políticas neoliberales, muy a pesar de ser vulnerables ideológicamente ante la crisis general del capitalismo por sus características de fácil dominación a través de la cultura y moral burguesa. En países de Latinoamérica, Europa y Medio Oriente, se han generado climas de conflicto, producto de que los pueblos sufren el pago de la crisis que generan los capitalistas. Ante esta situación, se favorecen las condiciones para elevar el nivel de conciencia de las amplias masas juveniles, pero esto debe ir concatenado con la unificación de fuerzas bajo la línea de la vanguardia proletaria, del Partido marxista leninista quien direcciona la lucha contra el imperialismo en todos los frentes.

Es preciso destacar que en Venezuela se han generado condiciones donde la derecha ha adoptado políticas fascistas como forma de frenar el avance revolucionario. Si bien es cierto que el gobierno ha servido de espacio para seguir avanzando en el fortalecimiento de los revolucionarios, se hace necesario resaltar que la juventud se viene organizando contra políticas de conciliación que ha dado fuerza a la burguesía venezolana y a su vez han afectando a los jóvenes trabajadores, campesinos, estudiantes, mujeres y otros. Es por ello que en nuestro país se están unificando a las fuerzas de la juventud en un frente único, donde se generen políticas para el debate ideológico como una escuela que forme a la generación de relevo con conciencia de clase en la lucha día a día contra el fascismo y contra el capitalismo. 

De esta manera debemos asimilar las palabras del Camarada Lenin en su discurso Tareas de las Juventudes Comunistas, donde dice: “Ser Comunista significa organizar y unir a toda la joven generación, dar ejemplo de educación y de disciplina en esta lucha” esta es la tarea necesaria de los comunistas con la herramienta científica más avanzada que es la Marxista Leninista para interpretar los fenómenos de manera dialéctica y combatir al imperialismo. 

La juventud de Venezuela y el mundo se levanta con su espíritu emprendedor contra el fascismo y el imperialismo, alzando sus banderas de lucha por una sociedad sin clases. 

“¡Debemos aprender luchando! ¡Sed luchadores ejemplares, firmes y audaces, contra el fascismo contra el capitalismo!” J. Dimitrov.

La nacionalización socialista durante la dictadura del proletariado



Por: Pedro Meléndez.
Acero Revolucionario 23.


El desarrollo del capitalismo creó las bases fundamentales para la socialización socialista de la industria, tanto maquinizada, de transporte, medios de comunicación, bancos, etc. El estado proletario desde el inicio del período de transición, es decir, luego de la toma del poder por la clase obrera y el partido marxista leninista, nacionaliza la gran producción capitalista.

La nacionalización socialista, es la abolición revolucionaria por parte del Poder obrero campesino, de la propiedad de las clases explotadoras y transformación en propiedad estatal, socialista, en patrimonio de todos lo explotados y oprimidos. La nacionalización socialista elimina, suprime la contradicción fundamental del capitalismo, que es la contradicción entre el carácter social de la producción y la forma privada de apropiación de la misma. La nacionalización elimina las trabas de las viejas relaciones de producción y permite un amplio desarrollo de las fuerzas productivas.

La nacionalización socialista, en primer lugar, elimina la propiedad capitalista sobre los medios de producción, con lo que destruye la dominación económica de la burguesía del país en cuestión. En segundo lugar, suministra una base económica a la dictadura proletaria, les entrega a los trabajadores las posiciones dominantes de la economía nacional. Se reafirma con esto, la propiedad social sobre los medios de producción como base de las relaciones socialistas de producción.

La nacionalización de la gran industria, que es la rama más importante de la economía, tiene una importancia decisiva para construir el socialismo. Paralelamente se debe dar la expropiación de los bancos, transporte, medios de comunicación, grandes empresas del comercio interior y exterior, cadenas de intermediarios, etc. Al llevarse a cabo la nacionalización de la banca, la burguesía pierde una de sus grandes fortalezas que le sirven de dominación económica sobre el pueblo trabajador y el Estado revolucionario obtiene un aparato económico centralizado y ramificado que, después de pasar internamente por una transformación revolucionaria, se usa para construir el socialismo. La nacionalización del comercio exterior es fundamental para asegurar la independencia económica del país con respecto al mundo capitalista.

Importante es acabar con las supervivencias del feudalismo, es decir, con la propiedad de los grandes terratenientes. Para ello, el Estado proletario confisca de manera inmediata las tierras de los grandes terratenientes con todo su ganado y explotaciones. Una parte de las tierras se entregan a los campesinos trabajadores; la otra parte se usa para organizar grandes empresas agrícolas del Estado.

El programa del Partido Comunista Marxista Leninista de Venezuela expresa que todas las expropiaciones de los medios fundamentales de producción se harán sin indemnización alguna y, en casos comprobados, se llevará a cabo la confiscación de los bienes y las fortunas de los antiguos dueños de los mismos.

Ante las guerras de agresión en África del Norte, el Medio Oriente y las amenazas al pueblo sirio


La crisis del capitalismo sigue avanzando, allanando el camino para guerras y revoluciones, que abren la posibilidad de una tercera etapa de la crisis general del capitalismo. La crisis va creando un deterioro de la base económica del imperialismo, con sus raíces en la producción, que es obstaculizada por la contradicción entre la gran capacidad de producir bienes y la imposibilidad de las mayorías de acceder a estos, lo que impide la realización de las mercancías, generándose la superproducción relativa con todas sus consecuencias.

Como es conocido, las crisis no se expresan al mismo tiempo en todas las regiones y países, ésta en particular se ha iniciado en los países imperialistas y posteriormente avanza hacia los dependientes, en relación con sus realidades económicas.

Los países de África del norte y medio oriente han sufrido en esta crisis una forma de impacto agresiva, por la lucha de intereses económicos entre los países imperialistas de Europa y Estados Unidos (EEUU), Rusia y China que han actuado como depredadores, dispuestos a usar todos los medios para mantener un férreo control del petróleo, los oleoductos y las riquezas naturales existentes en esa región. EEUU ha centrado su política en una ofensiva militar, por medio de la cual persigue también, salir de la crisis controlando territorios ricos en petróleo y otros recursos naturales, garantizando su preeminencia en áreas y rutas estratégicas, para reactivar su economía de la mano del complejo militar industrial. 

Los EEUU y la UE, de forma independiente, o por medio de la OTAN, han decidido utilizar las guerras de agresión para consolidar su control de los recursos energéticos y las rutas de petróleo en África del norte y el medio oriente , mientras que en otras regiones han tenido un papel menos violento, pero sin dejar de expresar la intención de proteger los intereses económicos y estratégicos de los monopolios y sus gobiernos, que poco a poco van confrontando con gobiernos de los países dependientes, con otras corporaciones, o con otras potencias imperialistas como Rusia y China.

Además de la contradicción interimperialista (EEUU-UE versus China-Rusia), de los imperialistas contra los países dependientes (EEUU contra Siria), no podemos dejar atrás la contradicción capital-trabajo (burguesía en el poder versus la clase obrera y los pueblos oprimidos) por lo que como partido marxista leninista priorizamos nuestro apoyo hacia la clase obrera, los campesinos y los pueblos, expresados en sus organizaciones clasistas, que luchan contra la opresión de clase, nacional y contra el imperialismo. 

En el proceso de consolidar su control, EEUU-UE han desplazado a la fuerza gobiernos no sumisos como el de Saddan Hussein en Irak, Muahmar al Kadaffi en libia y ahora se proponen hacerlo contra el gobierno de Bashar Al Assad en Siria, apoyándose en una coalición de grupos integristas islámicos vinculados a Al Qaeda, los hermanos musulmanes, derechistas europeos, turcos, de arabia saudita, Emiratos Árabes unidos, Túnez, Qatar y todos los países árabes gobernados por sus socios proyanquis, además de Israel, que aportan hombres, armas y dinero con el objeto de tomar el poder en ese país.

Por otra parte Irán, Rusia, China, Venezuela y Cuba, más hezbolla y las fuerzas progresistas del mundo respaldamos al pueblo Sirio, independientemente de afinidades ideológicas, políticas, o del carácter de este gobierno, para impedir que avance el poder de Estados Unidos, con su política de tierra arrasada. 

Como ocurrió durante la comuna de París de 1871, la revolución Rusa de 1917, en Vietnam y muchas otras revoluciones de liberación nacional o socialistas, sólo el proletariado (con su partido) pueden transformar la lucha de resistencia en revolución triunfante, la burguesía y pequeña burguesía terminan en la derrota o en la negociación, dejando sus alardes de valentía en el camino, por lo que asumimos nuestro apoyo definitivo a los marxistas leninistas, a los verdaderos revolucionarios Sirios, y de todo el mundo

La estrategia de los gobiernos Iraquí y Libio de basar la resistencia en el ejército regular y las castas en el poder fue derrotada, es hora que la clase obrera y los pueblos oprimidos del medio oriente y del mundo demostremos cómo se organiza un ejército de todo el pueblo, un ejército rojo de millones de hombres y mujeres, de los ciudadanos oprimidos, que con las armas en la mano enfrenten al imperialismo con métodos proletarios. 

En Egipto podemos observar como los hermanos musulmanes expresan confusión por la acción agresiva del gobierno, que a pesar de haber defenestrado a la fuerza un gobierno electo, y ser de corte militar, no es atacado por Estados Unidos, al ser por muchos años recipiente de una inmensa ayuda económica y militar de éste, con un ejército formado en el cobijo de este país; posiblemente con este golpe, los Estados Unidos persiguen mantener bajo control a los hermanos musulmanes, por lo que los siguen utilizando en Siria contra Al Assad, pero los golpean en Egipto, evitando así su crecimiento fuera de control, ya que tienen el gobierno en Libia, Túnez, avanzaron en Egipto y luchan en Siria, lo que podría hacerlos dueños de esa región saliéndose del control de su amo imperialista.

En el extremo oriente China ratifica su papel dirigente por el peso de su economía, su ejército y su influencia política, lo que se consolida cada día a pesar de los esfuerzos de Estados Unidos, la UE y Japón por hacer un contrapeso, muy visible es la situación de la península de Corea, donde las secuelas de la guerra fría se manifiestan en las pugnas entre Corea del Norte apoyada por China y Corea del sur por los EEUU y la UE, conflicto que ha pasado a un segundo plano, al trasladarse el epicentro coyuntural al medio oriente y norte de África.

¡SOLIDARIDAD CON LA CLASE OBRERA Y EL PUEBLO DE SIRIA EN LUCHA!

CC del PCMLV
Septiembre de 2013.