En esta
realidad que va pasando progresivamente de una ingenua defensa de derechos a la
ofensiva política, con formas de lucha de masas y el involucramiento de una
nueva dirigencia, es necesario resaltar el papel protagónico que va asumiendo
la clase obrera, los campesinos y comunidades contra los opresores, contra los
gobiernos de la burguesía y terratenientes, en especial contra las políticas
neoliberales y fascistas impuestas por los imperialistas.
Las contradicciones se expresan también entre los intereses nacionales de pueblos con elevada conciencia de clase, entre sus sectores más avanzados por una parte, contra los representantes de los monopolios y el imperialismo que quieren mantener el "estatus quo" de dominación.
De igual
forma es innegable la confrontación entre los dos bloques imperialistas:
tradicionales versus emergentes, entre las cuales China y Rusia, los EE.UU. y
la U.E. juegan un papel dominante.
A pesar que
el discurso generacional, étnico, religioso o de género ha estado al frente en
la escena comunicacional y que las reivindicaciones de estos sectores sociales
juegan un importante papel en la movilización, en muchos casos aupados y
promovidos por los grandes medios, es evidente que la confrontación que vivimos
tiene un inocultable componente de clase, colocando en lugar privilegiado la
lucha entre los dueños de la riqueza; la burguesía, y los que no somos
propietarios de medios de producción; la clase obrera, que junto con los
campesinos pobres y comunidades nos encontramos frente a frente.
Otras capas
como la pequeña burguesía, los campesinos medios y la intelectualidad
reformista pretenden ubicarse en un punto intermedio, estando una veces a favor
de un discurso y otras veces movilizándose en otro, atacando las políticas
neoliberales y la hegemonía de los grandes monopolios tradicionales en algunos
momentos y promoviendo la misma explotación pero con nombres nuevos en otro.
Producto de
la actual situación mundial y de la lucha concreta, en muchos países las capas
medias toman para sí reivindicaciones populares y asumen en algunas coyunturas
un papel de dirección llevando adelante su propuesta mediadora, pacifista y de
conciliación que se sustenta en cultivar ilusiones de salidas democráticas y en
el marco del Estado burgués sin alterar las bases de explotación e injusticias
capitalistas.
Más allá de
esas ilusiones de búsqueda de la armonía entre explotadores y explotados cada
vez es más claro que el mundo está dividido entre los que son propietarios de
grandes medios de producción y los que apenas poseemos nuestra fuerza de
trabajo. Este es el centro de las actuales luchas, aunque pretendan ocultarlo:
La exigencia de quienes estamos obligados a vendernos cada día para poder comer
y alimentar nuestros hijos, la cual choca con los intereses de clase de quienes
acumulan riquezas inmensas gracias a la explotación de las mayorías populares.
Cómo hemos
evidenciado la confrontación va en aumento por lo que se auguran tiempos de
enfrentamiento por los 4 puntos cardinales y en todos los continentes.
Para las
fuerzas revolucionarias y en especial para los marxista-leninistas esta
situación plantea un reto inmenso en el sentido teórico y práctico: Fortalecer
nuestra organización a nivel internacional y colocar el programa del
proletariado como referencia de lucha entre las amplias masas apoyando las
iniciativas populares mientras en cada país se amplía nuestro campo de
influencia entre la clase obrera, el campesinado y las comunas para generar un
avance hacia sectores democráticos, patrióticos y revolucionarios de la
sociedad.
Marx,
Engels, Lenin y Stalin, la Internacional Comunista así como Dimitrov y otros
consecuentes marxista leninistas del mundo nos han enseñado, en la teoría y en
la práctica que en momentos como estos el sectarismo, el oportunismo de derecha
y el infantilismo de izquierda son puntos de vista nocivos para los avances del
proletariado en su conjunto.
La
necesidad de valorar la situación concreta, la correlación de fuerzas y las
potencialidades revolucionarias son la base para definir la táctica en cada
período de flujo o reflujo.
De igual
forma nos orientan a valorar las fuerzas propias, las auxiliares y de reserva,
así como las del enemigo para determinar el sentido del golpe principal así
como los objetivos en cada coyuntura.
Definir la
táctica a seguir es un elemento fundamental para el partido Marxista Leninista
y allí se juega el futuro. Por eso manejar la información precisa y objetiva,
valorar las condiciones de vida de los explotados como el estado de ánimo de
las masas, no desesperar, acumular fuerzas para avanzar hacia el objetivo
estratégico son recomendaciones que en especial Lenin y Stalin han puesto en
nuestras manos al analizar los sucesos que llevaron al triunfo de los
bolcheviques durante la gran revolución socialista de1917.
Valorar
siempre las posibilidades de acumulación de fuerzas y la política de Unidad,
Alianzas y Acuerdos es muy importante, a nivel nacional e internacional para
avanzar en el sentido progresivo y revolucionario de las luchas consolidando la
conciencia proletaria entre la militancia y otras capas sociales susceptibles
de nuestra influencia.
De igual
forma para aplicar el internacionalismo proletario es necesario valorar el
movimiento mundial en su conjunto definiendo igualmente el sentido avanzado y
revolucionario para impulsar la política de Frente Popular Antiimperialista y
Antifascista junto a las fuerzas más avanzadas de otros países.
Nos
encontramos en momentos de lucha intensa en algunos países y regiones del
mundo, el proletariado está moviéndose aceleradamente dentro de unas masas que
incluyen otros sectores sociales de la pequeña burguesía, en algunos casos de
la burguesía media que por diversas motivaciones se oponen a las políticas
aplicadas desde los centros monopolistas dominantes que empujan acciones de
corte fascista y de extrema derecha ante lo cual las personas con algún nivel
de conciencia democrática se oponen. Seremos los marxistas capaces de
colocarnos a la cabeza de estas luchas y aprovechar las condiciones para
demostrar nuestra disposición de combate al frente de lo más avanzado de la
sociedad?.
Esta es una
pregunta a la que debemos responder afirmativamente y actuar en consonancia
ajustando la táctica y dirigiendo las masas en un sentido transformador y
revolucionario.
Audacia,
Audacia y más Audacia dijo Lenin recordando a Robespier.
Nosotros
ratificamos que "El socialismo sólo se construye con la alianza obrero
campesina en el poder y el pueblo en armas".
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