Por: S. Gutierrez
En Venezuela, a consecuencia del recrudecimiento de la Crisis General del Capitalismo, las acciones de boicot y bloqueo por parte de una fracción del imperialismo, y en general ante la ofensiva del Bloque Imperialista EEUU-UE en la región, se ubica cada vez más a la orden del día la necesidad de superar los efectos de esta crisis, de manera que se despliegan sobre el tablero de juego las cartas de la burguesía y de los sectores reformistas y socialdemócratas, así también la de los sectores revolucionarios especialmente la de los marxista-leninistas.
Haciendo el análisis de los efectos de esta crisis se ubica dentro de las causas principales el precario nivel de desarrollo de las fuerzas productivas lo que evidencia con mayor fuerza el nivel de dependencia al imperialismo y al mercado internacional, la cual, lejos de erradicarse, aún persiste en la formación económica y social de nuestro país. Así también, ubicamos que más del 90% de los medios de producción están en manos de la burguesía, por lo cual se mantiene el predominio de la propiedad privada sobre los medios de producción en nuestro país. Este dato nos ratifica que la burguesía, teniendo casi total hegemonía en la propiedad de las empresas, no ha desarrollado las fuerzas productivas y actualmente es incapaz de contribuir al desarrollo de las mismas, por el contrario la burguesía tradicional representada en FEDECAMARAS, VENANCHAM y CONSECOMERCIO viene apuntando a la destrucción de estas fuerzas.
A este cuadro se le suma la creciente deserción de fuerza de trabajo de los centros laborales a consecuencia de que en muchos casos sale más costoso movilizarse a la empresa que lo que se devenga por concepto de salario diario, en el entendido de que se le suman los gastos por concepto de alimentación y salud. En consecuencia, la respuesta que ofrece la burguesía ante los efectos de una crisis de superproducción relativa es el cierre de los medios de producción, en algunos casos logrando la anuencia de las autoridades gubernamentales, en otros casos realizan cierres ilegales, y en algunos otros ocurre “una causa de fuerza mayor” en la cual se genera algún daño irreparable a la infraestructura (incendios, entre otros). Cuando se ha presentado estos casos existen muy pocas experiencias que terminan tomando control los trabajadores y en las que sí ha sido el mismo estado ha contribuido a colocar trabas para el desarrollo de experiencias de Control Obrero Revolucionario.
En la mayoría de estos casos interviene el estado y toma control de las mismas (control estatal) e imponen una dirección en las empresas que desplaza a la representación de los trabajadores y sus organizaciones naturales subordinándolas al absoluto control estatal (lo que ha dificultado incluso el desarrollo de la lucha reivindicativa por expresarse niveles importantes de represión de los trabajadores en estos centros de trabajo, dirigidos en su mayoría por militares), obteniendo en vez de control obrero y efectividad en la producción y distribución, han tenido resultados deplorables incluso algunas han llegado al completo fracaso dejando por el piso esas empresas.
Algunos sectores dentro del Gobierno declaran y manifiestan que dichas empresas fueron entregadas a los trabajadores para que fuese administrada, cuestión que es falsa, lo que en realidad existe no es una empresa bajo control obrero sino unos obreros bajo control de la empresa, bajo control estatal. Esto lo denominan de manera demagógica y fuera de la realidad “Control Obrero” y estas mismas corrientes socialdemócratas y reformistas dentro del gobierno en la actualidad pretende endosar el fracaso de las empresas, de su producción, de su planificación, y de su rendimiento al supuesto “Control Obrero”, evidenciando el cinismo que pueden llegar a expresar los reformistas y socialdemócratas para ocultar el fracaso de sus tesis y así enmascarar su papel de colaboradores de la burguesía por medio de pactos y acuerdos.
Ante estas aseveraciones vale resaltar algunas de las Tesis Aprobadas en el IV Congreso de nuestro Partido Comunista Marxista Leninista de Venezuela (PCMLV) en la cual se afirma lo siguiente:
“90. Sólo bajo la dictadura del proletariado es posible el pleno control de la producción. Este se expresa en la organización de la producción y distribución por parte de los consejos obreros y campesinos. Mientras persista el Estado burgués, la propiedad privada sobre los medios de producción, el poder de la burguesía, es imposible el control obrero revolucionario, la planificación y la construcción del Estado socialista.”
No es posible alcanzar y control obrero real sin desplazar por completo a la burguesía del poder e imponer el criterio de las grandes mayorías, explotadas y oprimidas. A su vez no basta con ejercer control solo en algún eslabón de la cadena únicamente, es fundamental asegurar el control obrero en toda la cadena productiva, desde la producción, distribución comercialización y consumo, y este control debe ser ejercido directamente por las organizaciones obreras y campesinas alcanzando niveles superiores de conciencia y organización
En este mismo orden de ideas, se afirma también:
“91. La abolición de la propiedad privada sobre los medios de producción, el control obrero revolucionario de la misma y la planificación centralizada son las acciones para construir el socialismo. Para esto se requiere la supresión del poder de la burguesía mediante la dictadura del proletariado, único camino que permite llevar a cabo la independencia nacional y la construcción del socialismo."
Se levantan las banderas del socialismo, pero este sólo será posible en la medida que se apliquen medidas revolucionarias, que pasan por la toma del poder político por parte de la clase obrera y el campesinado en conjunto con los diversos sectores populares que forman parte de las capas explotadas y oprimidas por el capitalismo y la burguesía, la aplicación de control obrero revolucionario de todas las cadenas productivas, para lo cual es fundamental abolir la propiedad privada sobre los medios de producción, y de la mano con estas medidas, la centralización de toda la producción en un solo plan económico que priorice la satisfacción de las necesidades de la población por encima del lucro particular y la apropiación del trabajo humano.
Finalmente, es pertinente ratificar que en Venezuela no existe Socialismo ni mucho menos control obrero, por el contrario se mantiene el sistema capitalista cada vez más dependiente, no existe una clase obrera ejerciendo control sino por el contrario un Estado Burgués ejerciendo medidas de control sobre la clase obrera y estableciendo acuerdos y pactos (algunos públicos y otros a puerta cerrada) con la burguesía emergente organizada en nuevas instancias empresariales como FEDEINDUSTRIA, entre otros, y con una fracción del imperialismo expresado en los capitales del Bloque imperialista China-Rusia. Por consiguiente, es deber de los marxista-leninistas combatir las tesis expresadas por la socialdemocracia y el reformismo de que el fracaso de las empresas estatizadas obedece al supuesto “control” ejercido por los trabajadores.
¡La Clase Obrera y el Campesinado no piden el poder… Se organizan y lo toman por asalto, desplazando totalmente del poder político a la burguesía!
¡El Socialismo solo se construye con la alianza obrero-campesina en el poder y el pueblo en armas!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario