El desarrollo más significativo de la economía capitalista mundial, desde la última plenaria de nuestra Conferencia, es sin duda la intensificación de los síntomas que prueban la evolución hacia un nuevo período de recesión en todos los terrenos, después de un cierto auge en el segundo trimestre de 2009, seguido de un período de estancamiento. Pese a la evolución hacia el crecimiento a partir del segundo trimestre, la producción industrial mundial registró un retroceso de 6.6% en 2009, y un crecimiento del 10% en 2010. Esta producción industrial de junio de 2010 rebasó su nivel al alza anterior a la crisis de 2008. Pero a partir del primer trimestre de 2011, el crecimiento perdió fuerza y bajó al 0,4% en el último trimestre del mismo año. En 2011 la producción industrial mundial descendió la mitad (5.4%) ha continuado con relación al año anterior. En el primer trimestre de 2012 después de un débil auge, el crecimiento decayó. El crecimiento fue de un 1,8% en el primer trimestre, 0% en el segundo y, 4% el último trimestre de 2012.Todos los datos prueban que persiste, pese a las fluctuaciones, una disminución que empezó en el primer trimestre de 2011que ha llegado a nivel cero a mediados de este año y que va a un nuevo período de retroceso.
La producción industrial de la Unión Europea que es una entidad económica mayor que la de los EE.UU; la de Japón tercera potencia económica mundial; de la India, una de las mayores economía de Asia, han tenido retrocesos consecutivos en el tercer trimestre de 2011 y en los dos primeros trimestres de 2012 en relación al mismo período del último año. La producción industrial de la mayor economía de América Latina, Brasil, ha entrado también en un proceso de crecimiento negativo en los dos últimos trimestres. Los países de África del Norte como Túnez y Egipto, así como otros países como Argentina, Colombia, Perú, se encuentran en similares condiciones.
La tasa de crecimiento de la producción industrial de China, en el primer y segundo trimestre de 2012, es de 11,6% y 9,5%, mientras que era de 14,4% en 2010 y 13,8% en 2011. La tendencia regresiva ha continuado en los meses de julio, 9,2%, y agosto, 8,9%. China que tuvo un crecimiento de 12,9% y 12,3% en los años de la crisis (2008 y 2009), era, junto con India uno de los elementos que impidieron una mayor agudización de la crisis y que permitió- a la economía mundial entrar en un nuevo período de crecimiento. La situación de este país ha cambiado considerablemente. Ahora es un país que acumula stocks, en el sector siderúrgico, que se enfrenta a un frenazo en el sector de la construcción, que tiene importantes agujeros en el sector financiero. Esos países que ven cómo bajan su tasa de crecimiento pese a las medidas de estimulación para reanimar el mercado interno, no están hoy en condiciones de desempeñar el mismo papel que antes. La producción industrial de México y de la Unión de Estados Independientes (UEI), con Rusia, sigue creciendo. Empero, mientras que la producción industrial de los principales países y el volumen de comercio internacional desciende, para esos países también, es de esperar un decrecimiento.
A diferencia de la producción simple de mercancías, un crecimiento más rápido de los sectores de bienes de producción, en relación con los de bienes de consumo, es una condición para la reproducción ampliada. Pero con el modo de producción capitalista llevada a cabo para un mercado desconocido, con el único fin de obtener beneficios, un desarrollo coherente de los dos sectores es imposible y esto es uno de los factores que hace inevitable las crisis. En los tres últimos años, al igual que anteriormente, esos dos factores no se han desarrollado coherentemente. En el primer sector, la demanda ha descendido, el volumen de crecimiento ha caído, los stocks se acumulan y la capacidad de utilización ha retrocedido. La siderurgia, componente importante del sector productor de bienes de producción, creció- en 2010 y 2011 más rápidamente que los sectores productores de bienes de consumo. Según los datos de la Unión Mundial de la Siderurgia, la velocidad de crecimiento de la producción era de un 15% en 2010 en relación al año precedente, pero en 2011 la cifra retrocedió al 6,2%. La producción de acero bruto tuvo en enero un violento descenso al 8%, se ha mantenido en el 0,8 en período de enero-mayo de 2012.La producción de acero bruto bajó en agosto de 2012 un 1% en relación al 2011. En el mismo período la producción de acero bruto aumentó un 3.3% en Japón (aumento comprensible si se tiene en cuenta el importante retroceso debido al tsunami). Y un 2,6% en India. Ha retrocedido un 1,7% en China; 3,8% en Estados Unidos; 4,4% en la Unión Europea; 7,1% en Alemania; 15,5% en Italia y 3,8% en la Unión de Estados Independientes (UEI). Los stocks de hierro en los puertos chinos llegan a 98,15 millones de toneladas (lo que representa un aumento de 2,9%) que pertenecen a los complejos siderúrgicos. Y los stocks Chinos de carbón se encuentran en su más alto nivel de los tres últimos años.
En la industria manufacturera, elemento muy importante del sector de bienes de producción, la producción y los pedidos han descendido en muchos países. Este descenso ha sido una de las razones del enfriamiento de la producción industrial de Alemania, por ejemplo. En el modo de producción capitalista, el sector agrícola, por su nivel de desarrollo y su base técnica, va siempre detrás de la industria. La producción agrícola, se ve en buena parte, afectada por las condiciones de la naturaleza, la evolución climática, sequías, tormentas y otras catástrofes naturales. La producción agrícola está cada vez más bajo el control de los monopolios y las maniobras especulativas del capital financiero. La producción agrícola mundial, incluida la producción de cereales, se ha restringido en 2010 debido a diversos factores como las malas condiciones climatológicas o la ampliación de las parcelas reservadas a la producción de biocombustibles. En cambio, en 2011, la producción agrícola ha progresado gracias a mejores condiciones climatológicas, y también por la demanda creciente y los precios elevados debido a la especulación. Por ejemplo, la producción de trigo ha aumentado cerca del 6%.
El volumen de comercio mundial, se ha retraído en 2009 un 12,7%. Según los datos de la Organización Mundial de Comercio (OMC), ese volumen ha registrado un crecimiento de 13,8% en 2010, y sólo un 5% en 2011 (según las cifras de CPL, el crecimiento ha sido de 15,2% en 2010, y un 5,8% en 2011). El volumen de comercio mundial ha crecido 0,5% en el último trimestre del último año, y respectivamente en 0,9% y 0,5% en el primer y segando trimestre de 2012. Durante los dos primeros meses del tercer trimestre (junio y julio), el volumen de comercio mundial ha registrado un crecimiento negativo de -1,5% y -0,2% con relación a meses precedentes.
La producción industrial mundial ha alcanzado y rebasado el nivel anterior a la crisis de 2008, el mes de junio de 2010, mientras que el volumen de comercio internacional no se ha logrado hasta noviembre de 2011. Si comparamos los datos de julio de 2012 con el nivel alcanzado antes de la crisis de 2008 (es decir, abril de 2008), compromisos un progreso de 9,5% en la producción industrial mundial y un progreso de 5% en el volumen total de crecimiento del comercio mundial.
Los datos sobre la progresión del volumen de comercio mundial es una de los más importantes que muestra la tendencia evolucionista, aunque no refleje exactamente el volumen de crecimiento del comercio mundial. Estos datos muestran que durante los tres últimos años, la producción capitalista mundial ha progresado rápidamente y que el mundo capitalista se encuentra, una vez más, frente al problema de la sobre producción que es fuente de todas sus crisis. Disminución de la producción, cierre o disminución de la capacidad de trabajo de las empresas; aumento del paro y de la pobreza; necesidades en la abundancia y estrechamiento de los mercados, son las consecuencias inevitables de la sobre producción. El fuerte frenazo de la producción industrial mundial se concreta en lo anterior. Los acontecimientos en África del Norte y las medidas de austeridad tomadas en países como Grecia, España, Italia, Portugal, etc., son factores que agravan este proceso y sus consecuencias.
Hacia una nueva crisis financiera
La crisis de 2008 estalló como una crisis financiera, al mismo tiempo que profundizaba la crisis de otros sectores como, la industria y el comercio, se desarrolló con contactos en el sector de la finanza que tuvieron graves consecuencias para el período siguiente. Consecuencias más destructoras para los monopolios y un eventual hundimiento del sector de finanzas, fueron evitadas mediante la transferencia por los Estados capitalistas de miles de millones de dólares a las cajas de los monopolios. Esa operación de salvamento, sólo fue posible aceptando un endeudamiento con los mercados financieros mediante intereses muy elevados, y la emisión de dinero hacia los mercados. El resultado es un endeudamiento extremo de los Estados, incremento del peso de la deuda e intereses, subida del pre cio del oro y pérdida de valor (devaluación) de casi todas las monedas.
Los países, a diferentes niveles, han entrado en un círculo vicioso que con tienen elementos de nuevas crisis monetarias y financieras, en la cual pueden financiar su, déficit presupuestario, sus deudas e intereses, volviendo a endeudarse. El mundo capitalista ha empezado un período de crecimiento iniciado en el segundo trimestre de 2009, con el peso heredado de la crisis de 2008. A pesar de ello, este período de crecimiento ha permitido a los países beneficiarios, respirar un poco, hacer girar la rueda que estaba al borde de la asfixia. El crecimiento de la economía mundial detuvo e incluso hizo bajar durante un momento, el precio del oro. En algunos países, como en China que tuvieron una tasa de crecimiento importante, la tasa de endeudamiento público en relación al PIB, retrocedió. Pero otros países, como Japón o los EE.UU., han continuado con importante deuda pública, incluso durante el período de crecimiento de la economía del mundo capitalista. La deuda pública de EE.UU. representa la suma de 16 billones (la deuda de Alemania que han crecido hasta la segunda mitad de este año), es de 6 billones. Otros países capitalistas se encuentran en parecida situación. El creciente endeudamiento es casi la condición de la perennidad financiera y del crecimiento económico. Y este es el camino que lleva directamente hacia una nueva crisis financiera que puede afectar profundamente a todos los sectores de la economía.
Los países muy endeudados que no han tenido la posibilidad de lograr un período de crecimiento después de la crisis financiera y la caída de la producción industrial mundial que tuvo lugar entre el segundo trimestre de 2008 y el segundo de 2009; este periodo ha supuesto una crisis financiera que ha afectado a los demás sectores de la economía que les ha llevado a la bancarrota. El primer ejemplo de este proceso tuvo lugar en Grecia, donde la debilidad era tal que la industria, muy débil, estaba en gran medida liquidada cuando entró en la UE. Después de la crisis de 2008, en 2009, la economía de ese país no creció, y a finales de año estaba al borde de la bancarrota. Este país, seguido por otros como Portugal, España, Hungría, etc., no ha logrado salir de la crisis y estancamiento. Empero, hay que precisar diferencias importantes sobre sus deudas en relación con el PIB.
Se ha impuesto a los países endeudados medidas de austeridad nunca vistas, excepto en períodos de guerra o de crisis tan profunda como la de 1929. El resultado de esas medidas ha sido el de empobrecer a los pueblos, destruir la economía, reducir el mercado interior y el comercio exterior. Esos planes de austeridad, se aplican (pese a la oposición y la lucha de la clase obrera y de los pueblos) bajo el control de las potencias imperialistas acreedoras, las instituciones internacionales como el FMI, el Banco Mundial, la Unión Europea, y sobre todo con el apoyo de la burguesía monopolista colaboradora y sus representantes, esos enemigos de los pueblos que han transferido millones de dólares hacia los bancos extranjeros traicionando totalmente los intereses nacionales. El orgullo nacional de los pueblos, el derecho a la soberanía y la independencia han sido pisoteados. Un país como Gran Bretaña que tenía un fuerte sector financiero, pero que desde mediados de 2011 ha visto reducirse su producción industrial y su economía, se ha visto obligado a marchar con los países que aplican medidas de austeridad.
La considerable disminución del volumen de crecimiento de la producción industrial mundial, que empezó en el segundo trimestre de 2011, desarrolla los elementos de una nueva crisis financiera a nivel internacional y contribuye a la degradación de la situación de países grandemente endeudados y que no han podido entrar en un período de crecimiento paralelo al proceso de crecimiento de la economía capitalista mundial a raíz de la crisis de 2008-2009.Mientras que el debate sobre el futuro del Euro y de la Unión Europea se agudiza, los comunicados sobre las tendencias económicas de los países capitalistas avanzados y la de los países endeudados, han sembrado el desconcierto en las Bolsas, barómetro de la economía capitalista Aunque la producción industrial y agrícola mundial y el volumen de comercio inter nacional han rebasado el nivel más alto de antes de la crisis de 2008, los índices de las plazas bursátiles. Determinantes, siguen por debajo de ese nivel.
Aunque todavía no nos encontramos frente al estallido de una crisis financiera de grandes proporciones, todo indica que el proceso avanza hacia tal eventualidad. El Banco de Reserva Americano (FED), ha anunciado que no aumentará las tasas de interés y que empezará un proceso de compra de obligaciones por una cantidad de 2 mil millardos de dólares, a razón de Cuarenta mil millones por mes. Japón ha anunciado una medida similar y ha empezado un programa de compra de obligaciones por una suma de 695 millardos
Alemania ha debido flexibilizar la rigidez de su política hacia los países endeudados y el fondo europeo destinado a la intervención de los países con dificultades ha aumentado. China, junto a medidas de reanimación que ya aplicaba, anuncia un nuevo paquete de inversiones para renovar su infraestructura. El precio del oro sube de nuevo. En 2008, la intensa intervención de los Estados capitalistas empezó después del estallido de la crisis. Ahora, por el contrario, los Estados capitalistas han entrado en acción antes de que las sacudidas y quiebras al mismo nivel que en 2008, comiencen en los principales países capitalistas y mundialmente. Empero, esas intervenciones que pueden ejercer alguna influencia en el proceso de desarrollo, no tienen la capacidad de cambiar la orientación y la inevitable salida.
Agudización de las contradicciones interimperialistas y el creciente peligro de conflictos.
El desigual desarrollo, no equilibrado, es la ley absoluta del proceso de desarrollo capitalista. Este proceso después de la crisis de 2008, no fue equilibrado, profundizó las contradicciones antagónicas en la evolución y desarrollo de las relaciones entre los sectores, los países, las regiones, la producción y los mercados, etc. La producción industrial de los países capitalistas avanzados, incluidos los EE.UU. y Japón, salvo Alemania, (dejemos de lado el alto nivel de 2008) no alcanzó el nivel de 2005. Alemania que ha rebasado el nivel anterior a la crisis y qué ha tenido un crecimiento de su producción industrial de un 11,5% en 2010, y un 9% en 2011, ha consolidado su posición en el seno de la Unión Europea y de la zona Euro. Sin separarse del bloque dirigido por los Estados Unidos, ha penetrado en nuevos mercados, nuevos campos de inversión, en las fuentes de materias primas, apoyándose en su fuerza económica y financiera, y sobre todo, en su superioridad técnica en la industria de construcción de maquinaria.
Como en años anteriores, China, tanto por du producción industrial como por su economía en general. Fue el país que tuvo el crecimiento más importante entre las grandes economías. Moderniza, y progresa, la base técnica de su industria, y continúa reduciendo la diferencia de nivel de desarrollo con las otras potencias imperialistas. Rusia vive un proceso parecido. Para los Estados Unidos y sus aliados, esos dos países uno considerado como un vasto mercado y zona de producción con una mano de obra formada y barata, y el otro como un país sólido, aparecen hoy como los principales rivales a combatir.
El inevitable resultado del cambio en las relaciones de fuerza, es una exigencia más grande de la parte de pastel para las fuerzas emergentes, utilizar todos los medios para conseguirlo y un nuevo reparto del mundo conforma la nueva relación de fuerzas. El reciente desarrollo de la economía mundial es otro factor que agudiza las contradicciones y las luchas entre las principales fuerzas imperialistas. El pasado año en el Próximo Oriente, en África y en todo el mundo, la rivalidad y la lucha por ampliar su campo de influencia se ha acelerado. La producción de armas, la carrera armamentista, se intensifica. China y Rusia han renovado la base técnica de su industria de armas. Según un informe del Congreso de los Estados Unidos, la venta de armas de esos países se ha triplicado en 2011.
China, que necesita cada vez más materias primas, energía y campo de inversión para su economía creciente; y Rusia que se recupera poco a poco, intensifican su afán expansionista y obtener su parte de pastel. Por eso impedir a China, en tanto que fuerza imperialista joven, en pleno desarrollo, y a Rusia en el terreno de la energía, de materia prima, de lograr nuevos mercados, es para los EE.UU. y sus aliados una prioridad absoluta. Cuando la administración de Obama precisa que a partir del próximo año el objetivo estratégico prioritario para los Estados Unidos será Asia, y que el despliegue del ejército estadounidense se renovará conforme a la nueva situación, no hace más que afirmar esa realidad. La crisis de los archipiélagos muestra el nivel de tensión existente entre Japón y China; Japón ha declarado su propósito de mejorar su capacidad de guerra. Las maniobras militares en esa región se han intensificado.
Las consecuencias de la modificación de las relaciones de fuerza en el mundo, son claramente visibles desde el año pasado. Rusia y China se vieron obligadas a aceptar la intervención occidental imperialista en Libia, aunque esa intervención era contraria a sus intereses. La intervención acabó con el régimen de Gadafi, la casi desintegración del país, la destrucción de su economía, la degradación de las condiciones laborales y de vida, el paso de las riquezas del país hacia los Estados imperialistas occidentales, etc. Rusia y China perdieron en buena parte sus posiciones incluidos los acuerdos petroleros. Después de la caída del régimen de Gadafi, Malí ha sido arrastrada a la guerra y dividido. Mas el objetivo prioritario es Siria. Los intentos de las fuerzas imperialistas occidentales por derribar el régimen sirio y colocar un gobierno marioneta para controlar totalmente el país se intensifican. Los Estados Unidos y sus aliados han movilizado todas sus fuerzas en Siria y externas en Turquía, en Jordania, en Arabia Saudita, en Catar. Atizan las contradicciones religiosas, utilizan y manipulan el descontento del pueblo hacia el régimen y tratan de preparar el terreno para una intervención militar como en Libia. Mientras tanto Rusia sigue armando a Siria, refuerza su base militar que se encuentra en ese país y envía más navíos de guerra al Mediterráneo.
Derribar el régimen sirio, situar un gobierno fantoche, dominar el Próximo Oriente rico en petróleo, controlar el Este mediterráneo, bloquear la expansión de China y de Rusia en la región, expulsarlos como hicieron en Libia, rodear Irán y debilitar su influencia y liquidar a sus más próximos aliados, son objetivos muy importantes. Siria es el único país del Próximo Oriente y del Este mediterráneo en donde Rusia dispone de una base militar. Ese pequeño país se ha convertido en un lugar de intensa lucha entre Rusia y China por una parte, y los Estados Unidos y sus aliados, por otra. El Próximo Oriente es un polvorín al borde de conflictos religiosos.
Al contrario de lo que hicieron en Libia, Rusia y China se oponen a una intervención militar que modificaría el equilibrio en el Próximo Oriente y vería el dominio de los Estados Unidos y sus aliados sobre Siria. Mas han dejado la puerta abierta para un eventual compromiso que garantice sus intereses y renovaría el régimen sirio que tiene de más en más dificultades para sobrevivir.
Como prueban los casos de Afganistán, ex Yugoslavia, Iraq, Costa de Marfil, Libia, las intervenciones imperialistas que han tenido el apoyo de los liberales «defensores» de la libertad y la democracia, de los pseudo socialistas surgidos de los antiguos partidos revisionistas, se han saldado por el aumento de los presupuestos militares sufridos por los trabajadores, por la destrucción de las fuerzas productoras de esos países, por numerosos desastres, el empobrecimiento y retroceso sobre todos los aspectos sociales. La aspiración de los pueblos al derecho de soberanía e independencia nacional, a la democracia y la libertad, no ha sido nunca la preocupación de los ocupantes. Su objetivo era el de prolongar más su sistema mantenido gracias a la derrota infligida a la clase obrera a mitad del siglo pasado, derrota que garantizaba los superbeneficios, la ampliación de sus esferas de influencia y debilitar a los rivales. Las fuerzas imperialistas que utilizan todos sus medios para alcanzar este objetivo, no carecen de demagogia y bajas maniobras para desorientar la cólera de los pueblos.
Se abre ahora un período de agudización de las contradicciones interimperialistas, en el que se multiplicarán intervenciones de carácter económico-financiero y político-militar. Luchar contra esas injerencias, desarrollar el combate unitario de los trabajadores y los pueblos, de países avanzados y también atrasados, tiene una importancia creciente.
Organizar la resistencia de los trabajadores cuando se anuncia un nuevo período borrascoso
Crece el ejército de parados a nivel internacional, sobre todo- en países en plena crisis de deuda, en países en los que la economía disminuye, se estanca, está en crisis. En Grecia y España el paro alcanza el 25%. En esos países el desempleo entre los jóvenes, incluidos los diplomados, llega al 50. En la zona Euro, en el segundo trimestre de 2012, el nivel de paro o desempleo llega al 11,2%, según cifras oficiales. En países como Egipto o Túnez en los que la industria manufacturera ha retrocedido del 9,6% al 7,5% en el primer trimestre de este año (2012) el número de parados sigue creciendo. En África del Sur, el país más desarrollado del continente, el nivel de paro rebasa el 25%.
En el actual, período, en casi todos los terrenos, desde la enseñanza a la sanidad, se han tomado drásticas medidas; la edad de jubilación se ha retrasada, las pensiones han bajado. Las conquistas de la clase obrera mundial son objeto de recortes o eliminación. Mientras que se aumentan los impuestos directos a los trabajadores, ninguna medida tomada inquieta a los monopolios locales e internacionales, cuando sin salirse del marco del sistema es posible aumentar los impuestos a los bancos y monopolios locales y extranjeros. Los salarios continúan a bajar... Muchos países sufren un proceso de empobrecimiento absoluto.
En los últimos años se imponen a nivel mundial prácticas como la del trabajo aleatorio, el trabajo en precario y a medio tiempo, retroceso de la edad de jubilación, etc. En Alemania, por ejemplo, uno de los países más desarrollado del mundo que ha tenido tasas de crecimiento importantes de su producción industrial, según la Administración Federal de Estadísticas, el 15,6% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, cifra que se eleva al 26% entre la población inmigrante.
El año-pasado, a escala mundial y de cada país, el movimiento obrero y popular se ha desarrollado con diversas reivindicaciones, con diferentes formas y a niveles también diferentes. Las luchas llevadas a cabo en esos países en «crisis de deuda» han destacado por su amplia base social, por sus respuestas y experiencias acumuladas. La huelga de los mineros de Sud África, el movimiento de la juventud y las huelgas en Chile, los movimientos populares en Túnez y Egipto… son ejemplos contundentes de las luchas obreras y populares.
Empezando por Grecia, España e Italia, en varios países en «crisis de deuda», huelgas, huelgas generales, manifestaciones gigantescas han tenido lugar. En Grecia y en España centenares de miles de personas han manifestado su cólera ante los parlamentos los días en los que estos votaban las medidas de austeridad. Mas el movimiento obrero y popular, pese a algunos intentos más avanzados, se ha mantenido en el marco de manifestaciones pacíficas, de huelgas generales de uno o dos días y de resistencia limitada. Las huelgas de larga duración, de resistencia o de ocupación de fábricas se han limitado a una empresa o un sector.
Las medidas de austeridad no han afectado únicamente al proletariado y las masas semiproletarios de las ciudades y del campo, han afectado también a la pequeña burguesía y capas burguesas no monopolistas. Incluso las capas menos dinámicas, base tradicional de los partidos burgueses, se han movilizado ante la actual situación. Se ha ampliado la base social de la lucha contra la burguesía en el Poder y, contra el imperialismo hasta el punto de que en algunos países dependientes la movilización ha tomado el carácter de un movimiento de toda la nación, salvo un puñado de monopolistas. Las condiciones maduran para que la clase obrera y sus partidos revolucionarios, en tanto que representantes y vanguardia de la nación, se empeñen en organizar y hacer avanzar el movimiento y el frente unido del pueblo.
Pero a pesar del gran movimiento, los grupos del capital financiero internacional y las burguesías monopolistas locales no han cedido, (salvo en el reciente retraso de las medidas de austeridad en Portugal). Han decidido aplicar esas medidas incluso al precio de degradar la imagen de los parlamentos y debilitar su base social. Sin embargo, las masas se dan cuenta con su propia experiencia de la imposibilidad de rechazar los ataques con huelgas de uno o dos días y en el marco de manifestaciones pacíficas. Formas de lucha más aguda y la huelga general ilimitada empieza a ser tenido en cuenta por las capas más avanzadas.
Se ve claramente que la burguesía en el Poder, al lado de su carácter hostil hacia el pueblo, se sitúa en situación de traición nacional. Los partidos tradicionales de la burguesía y los parlamentos han perdido credibilidad y se debilita el apoyo de masas hacia esos partidos (sobre todo hacia los que están en gobiernos que aplican las medidas de austeridad). La base social del capital monopolista se debilita. Entre las masas que han sentido herido su orgullo nacional por los imperialistas, se desarrolla el descontento, la rabia y el ansia de luchar contra las grandes potencias imperialistas, empezando, por los Estados Unidos y Alemania, y contra instituciones como el FMI o la UE, y contra la burguesía monopolista local que colabora con ellos.
La burocracia sindical y los partidos y corrientes sociales reformistas, siguen una línea atrasada y de la «menor resistencia», no sólo en las formas de organización y de lucha, sino también a nivel de las reivindicaciones y de plataforma política. Es evidente que esa actitud contribuye a debilitar su influencia entre los trabajadores. Los ataques y la dureza de las condiciones sociales afectan también a capas inferiores de la aristocracia y burocracia obrera y agudiza las contradicciones en su seno.
Las luchas en los países con «crisis de endeudamiento» se desarrollan con una plataforma de protesta contra los gobiernos y los partidos burgueses, contra las instituciones como el FMI y la UE que imponen la aplicación de medidas draconianas y por la retirada de las mismas. Al principio esto era natural y comprensible en el marco de un movimiento espontáneo. Mas el no poder rebasar esos estrechos límites, es una de las más importantes debilidades del movimiento. Esta debilidad se hubiera podido rebasar con un trabajo de agitación que mostrase a las masas el camino para salir de esta difícil situación en la que se encuentra el pueblo y el país; denunciar las fuerzas sociales que son un obstáculo para esa salida. Ese trabajo de agitación reforzado con la propaganda entre las masas, las reivindicaciones, formas de lucha adecuadas, y el planteamiento de reivindicaciones y de consignas adecuadas.
Sobre todo en el caso de Grecia, ciertos pequeños grupos (que tenían también debilidades) han propuesto reivindicaciones y plataformas relativamente avanzadas. Pero las fuerzas con capacidad de influenciar el movimiento, ni siquiera se preocuparon en organizar ese trabajo necesario para impulsar la lucha en todos los terrenos. La ausencia de un partido revolucionario de clase, su gran debilidad se ha dejado sentir fuertemente, y no permite influenciar el movimiento.
Ligada a la evolución de la economía mundial, el período que comienza será de mayor degradación de las condiciones de vida y de trabajo para los obreros y los pueblos, un período de intensos ataques económicos y políticos, de descontento, cólera y de combatividad entre los trabajadores, así como de agudización de las contradicciones y de los conflictos inter imperialistas. Debemos sacar lecciones y conclusiones de la reciente evolución y de la experiencia histórica de la clase obrera y de los pueblos, debemos avanzar, renovar nuestro trabajo, reorganizar nuestros partidos.
Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas (CIPOML)
Túnez, Noviembre de 2012
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