El movimiento de los centros imperialistas en el marco de su reacomodo.
Acelerados acontecimientos se desarrollan en el contexto económico, político, social, militar a nivel mundial. Los mismos se caracterizan por dejar de manifiesto un ascendente proceso de fascistización de la sociedad, como respuesta de las élites del capital financiero ante la multiplicación de escenarios de movilización de los pueblos en defensa de sus intereses.
El proceso de fascistización que vive el mundo tiene en el genocidio contra el pueblo de Palestina un capítulo muy particular. Las instituciones internacionales han demostrado su inutilidad y, en cierta manera, su complicidad disimulada tras resoluciones que se quedan sin efecto alguno en la realidad concreta, atrapadas en el marco de una democracia burguesa que es a todas luces ineficiente al enredarse en sus marañas legales, que solo sirven para emitir declaraciones, y que finalmente terminan sirviendo la escena para que los criminales imperialistas ganen tribuna y hagan declaraciones, llegando al atrevimiento de priorizar la exaltación personalista, mientras continúan las masacres contra el pueblo de Palestina. Ejemplo de esto lo tuvimos recientemente con el anunciado acuerdo de “paz” en el Medio Oriente, que sirvió de espacio a Trump y Netanyahu para que estos aprovecharan los servicios de muchos medios de comunicación, a los que utilizaron como pista de competencia para ver quién hacía mejor lobby con el objetivo de ganar el mal llamado premio Nobel de la “paz”. En este marco se alcanzaron unos acuerdos, los cuales se anunciaron con bombos y platillos al mundo, pero, sin embargo, los mismos han sido violados constantemente desde su implementación por el ejército sionista de Israel, bajo cualquier excusa.
Así mismo, podemos observar el escenario de la guerra en Ucrania en su desarrollo, con múltiples intentos fracasados de lograr la paz, pues las altas sumas de dinero y ganancia material en juego para los imperialistas que controlan las actividades del complejo industrial militar, por los momentos, han impedido que se implementen iniciativas que contribuyan a detener el conflicto. Las posiciones de los diferentes agentes del imperialismo involucrados han puesto de manifiesto cómo la capacidad militar de los EEUU y sus socios de la OTAN, aunque mantiene un poderío muy alto, tiene que lidiar en terrenos donde particularmente tiene desventajas, como en el caso de la tecnología hipersónica.
La capacidad del ejército de Rusia de desplegar tecnología militar hipersónica, superando en este terreno particular a EEUU, al mismo tiempo que China, por los momentos socio estratégicos de Rusia, también avanza con su poderío económico como bandera que le permite colocar tras de sí a una cantidad de países que otrora eran socios de primera línea de los EE.UU. Ha estado modificando el mapa geoestratégico internacional, con sus expresiones particulares en el terreno de las contradicciones propias de la época imperialista; nos expone en la actualidad el carácter del reacomodo imperialista.
En este sentido, EEUU ha dado giros tácticos buscando lograr el mejor posicionamiento en el marco del reacomodo imperialista, cambiando en su actitud ante sus socios europeos, imponiendo a Europa y Ucrania la “tarea” de ser más beligerantes y colocar más recursos para su defensa, mientras EEUU privilegia su papel de proveedor de armas. Esto además es un punto central de la política gringa; ellos ponen dinero y recursos para llevar el pulso de los negocios y sus aliados y socios ponen los muertos mientras ellos se concentran en asegurar el incremento de las ventas de tecnología militar, cualificar la extracción de recursos de los territorios ocupados y seguir obteniendo grandes ganancias.
EE.UU. a lo interno también vive una agitación; el reacomodo no es solamente en el plano de la lucha interimperialista, sino en los choques internos con otros grupos del capital financiero en los EE.UU, al mismo tiempo que también factores del pueblo de los EE.UU se movilizan contra algunas políticas de la administración Trump. Entre estas ha tenido particular rechazo las actividades de EE-UU contra el pueblo de Palestina; igualmente ha producido rechazo la política antiinmigrante, que ha mostrado la visión racista y fascista de la administración Trump.
Los resultados de las últimas elecciones significaron un revés para los republicanos en estados importantes como New York, y esto se suma a las contradicciones acumuladas con gobernadores y alcaldes de otros estados del país, que, defendiendo sus intereses particulares, hacen frente a las políticas de Trump.
La administración del gobierno de Trump afronta además un alto índice de conflictividad institucional y en otros aspectos; por ejemplo, le costó mucho poder concretar un pacto entre demócratas y republicanos que terminara con el cierre del gobierno, situación que en este periodo en particular se prolongó más que en otros años y cada día iba sumando más y más trabajadores afectados por la pérdida temporal de sus empleos y, por ende, de sus salarios. Es la agudización de la contradicción capital-trabajo en uno de los centros imperialistas, que además es protagonista en situaciones de exacerbación de las contradicciones interimperialistas y en las contradicciones entre el imperialismo y los pueblos.
Al no llegar a un acuerdo para evitar el cierre del gobierno en los EE.UU millones de empleados de operar. Según algunos analistas, este cierre implicó pérdidas de hasta 7 mil millones de dólares por semana. Una cifra muy significativa, sobre todo en momentos donde libra una batalla en el plano económico con los aranceles, donde, lejos de ganar apoyo, ha obtenido como resultado que más países se van sumando a las iniciativas económicas promovidas por sus competidores (Bloque China-Rusia). En este sentido, hay que destacar también el encuentro entre Xi Jinping y Donal Trump, un escenario donde se iban a enfrentar las dos principales potencias económicas en la actualidad, con una agenda que contemplaba abordar el tema sobre las tierras raras, que comportan elementos esenciales para la tecnología militar en la actualidad, y en la que China es el mayor tenedor en la actualidad. El encuentro fue relativamente corto y, al igual que la cumbre entre Putin y Trump, una cantidad de acuerdos se desconocen, lo que deja en el terreno de la incertidumbre y la especulación parte de los posibles impactos que las conclusiones de este encuentro tendrán sobre lo económico, político y militar a nivel mundial.
Es decir, a lo interno y externo, el imperialismo yankee experimenta resultados negativos significativos, lo que afecta y trastoca su poder y dominio sobre los países, no pudiendo ejercer su dominio de la misma forma que solía hacerlo hace algunos años atrás. Sin embargo, aunque decadente, el poderío económico y militar de los EE.UU sigue siendo inmenso, por lo que no se puede bajar la guardia.
La ofensiva en el Mar Caribe un paso peligroso para los pueblos de América Latina.
Los EE.UU han desarrollado un despliegue militar en el Mar Caribe, de importantes proporciones. Una movilización de tropas y arsenal militar que incluye el portaviones Gerald Ford, el más sofisticado y equipado del aparato militar de los EE.UU y que ha cumplido múltiples funciones en las guerras libradas en diferentes partes del mundo, se ha posicionado en aguas del Mar Caribe y se encuentra listo para operar en cualquier acción militar de gran envergadura.
La amenaza es directa a los pueblos de América Latina, en un momento donde la retórica guerrerista de Trump ha experimentado un giro estratégico a América Latina. La excusa para desarrollar esta operación militar ha sido una vez más la llamada “guerra” contra las drogas. En algunos episodios de esta ofensiva se han perpetrado ataques contra embarcaciones, aniquilando a todos sus tripulantes, acto que por demás abre suspicacias al no procederse de una manera que permita la captura de los supuestos criminales, situación que parece lógico, al poder así recabar más informaciones acerca de las actividades de estos supuestos carteles.
Sin embargo, no es difícil adivinar que lo que menos interesa a los gringos es la información, que en realidad el centro de las operaciones tiene el objetivo de afectar el tránsito comercial con países como Venezuela, lo que a su vez es una forma de profundizar el bloqueo, provocar mayores penurias al pueblo de Venezuela, en una apuesta por seguir su agenda de cambio de gobierno.
Pero los ataques también han afectado a pescadores colombianos, en el marco del aumento de las agresiones del imperialismo de los EE.UU contra Colombia, caracterizada esta reciente ofensiva además por ataques directos de Trump contra el presidente Gustavo Petro, quien ha denunciado en diversos escenarios y ocasiones recientes el genocidio contra el pueblo de Palestina, el peligro que comporta para los pueblos la agresión contra Venezuela, además de exponer que la operación en el Mar Caribe no es más que una artimaña para seguir agrediendo a los pueblos. Trump además quiere proyectarse como el personaje que siga dando impulsos a las organizaciones de ultraderecha en el continente; su apoyo a Miley, Bolsonaro, Uribe y a la maltrecha ultraderecha de Venezuela así lo demuestra.
Por otro lado, si hemos hablado del reacomodo imperialista y asumimos además que una de las actividades que más dividendos da a los círculos del capital financiero es el narcotráfico y el contrabando, no es difícil darse cuenta de que esta operación también ha servido para reacomodar sus fuerzas y sus socios del crimen y del narcotráfico en el continente. Es por eso que ubica a factores ligados a este negocio al frente de esta operación: el cartel de los carteles, la DEA y como jefe temporal de esta operación, Marco Rubio, cuyos vínculos con la actividad narcótica han sido denunciados en varias ocasiones. En resumen, el imperialismo reorganiza sus actividades financieras y la “operación en el Caribe” es parte de su reacomodo.