El primer mes del presente año 2024 ha estado marcado de una manera acentuada con las contradicciones propias de la época imperialista, experimentando altos niveles de agudización en lo económico, político y social. Particularmente el comportamiento del imperialismo Yankee y el de sus aliados muestran una inclinación hacia seguir generando las condiciones para que la guerra continúe su comportamiento expansivo lo que explica su decisión de impulsar una estrategia de tensar al máximo las contradicciones económicas, políticas y sociales en diversos puntos geográficos del planeta, los cuales son de mucho interés para sus propósitos y a su vez son de gran importancia para países como China y Rusia que siguen avanzando en sus objetivos de mermar las capacidades y fortaleza de los EEUU, para socavar así su hegemonía en el escenario mundial requisito indispensable para desplazarlo y ocupar su puesto de hegemonía.
Mantener grandes conflictos cercanos a las fronteras de China y Rusia ha sido parte del objetivo de los EEUU, y la UE, con esto logran mantener ocupados a sus competidores y hasta el momento lo han logrado, por un lado, utilizando como carne de cañón al pueblo de Ucrania, que ha venido pagando un alto precio como consecuencia directa de una política belicista, totalmente sumisa a los intereses de los halcones de la guerra, política adoptada por el gobierno títere de Zelensky, que obedeciendo órdenes de sus amos imperialistas, sometió a este país al dominio de organizaciones fascistas, las cuales han contado con el apoyo de los EEUU y UE para desarrollar una agenda que pretendía la reactivación y fortalecimiento del complejo industrial militar, y vaya que lo han logrado, pues, según reportes este registró ganancias fenomenales en los últimos meses gracias a los múltiples conflictos que exigen el empleo de inmensos arsenales de armamento.
Por otro lado, sigue su presión sobre la zona del llamado mar meridional, hostigando directa o indirectamente con la ayuda de sus aliados posiciones cercanas a Taiwán, territorio que China reclama para sí, pero que por desarrollo histórico ha decantado en una trinchera que se ofrece a operar en contra de los intereses del gobierno chino en la actualidad.
Otro escenario es el desarrollado en tierras palestinas y con particular horror en Gaza, aquí utilizando como excusa un ataque del grupo Hamas, llevado a cabo en octubre del año 2023, el ejército sionista de Israel puso en marcha una operación exterminio contra el pueblo de Palestina. Ya son decenas de miles de los asesinados, incluyendo gran cantidad de niños, durante las operaciones militares terrestres y los intensos bombardeos sobre la población civil.
Ante estos abominables hechos, las instituciones internacionales, como la ONU, por ejemplo, se han dedicado a adoptar resoluciones que quedan supeditadas al terreno de la inutilidad al ser ignoradas de una manera descarada por parte de Israel y sus aliados.
Los EEUU, en apoyo decidido a esta operación de exterminio contra el pueblo de Palestina ha movilizado contingente de fuerzas especiales, equipos militares, incluyendo portaaviones, lo que a su vez devela su intención para consolidar sus posiciones en la zona, la cual es un punto clave para construir rutas económicas que puedan frenar el avance que China viene experimentando con el impulso de su iniciativa de la franja y ruta, la cual se percibe cómo una amenaza directa a la hegemonía de los EEUU, y la UE, y no han escondido su interés de frenarla a costa de lo que sea, pues aquí está en juego quién y cómo domina el mundo.
Recordemos incluso un hecho muy particular, Netanyahu en una sesión de la ONU, mapamundi en mano, expuso un plan "alternativo" a la franja y ruta, demostrando con esto la esencia de la guerra, llevar a cabo el reparto del mundo, modificar las rutas económicas según los intereses de las asociaciones imperialistas que están disputándose el control en la zona.
La guerra se va expandiendo y al pasar de los días más factores se involucran, como lo demuestran las confrontaciones en territorio de Líbano, Irak, Siria. Un papel muy particular lo desempeñan en la actualidad los Huties, en Yemen, los cuales han marcado la pauta, al sustituir los discursos por acciones concretas.
Las operaciones militares de Yemen contra intereses vinculados al sionismo, fiel aliado y ejecutor de los planes del imperialismo Yankee en la zona, constituye un paso más a una confrontación de mayores dimensiones en este punto geográfico, cuyo valor estratégico lo convierte en centro de las disputas de los halcones imperialistas. Los EEUU, con algunos de sus aliados y la propia China, han lanzado la advertencia a Yemen que debe parar. Una especie de Ironía, pues, ante el genocidio perpetrado por Israel contra el pueblo de Palestina, se ha asumido un comportamiento cómplice de las instituciones internacionales, para estas, nada preocupan los miles de asesinados por los sionistas y sus cómplices, pero las pérdidas económicas provocadas por los ataques del ejército de Yemen a embarcaciones vinculadas a intereses sionistas suscitan las más iracundas reacciones de los círculos Imperialistas.
A todo lo antes expuesto se suman declaraciones de algunos personeros de la política burguesa que han manifestado que el mundo debe prepararse para la guerra, dejando en claro hacia dónde quieren ir los imperialistas. Las declaraciones de algunos congresistas de los EEUU luego de un ataque a una base gringa en Jordania manifiestan la voluntad guerrerista de estos personajes que ven en la guerra un gran negocio, la multiplicación de sus fortunas.
Ante este panorama también preocupa, y mucho, que quiénes enfrentan hoy al imperialismo no lo hacen por destruir la base económica que lo sustenta, el modo de producción capitalista, sino que lo hacen sobre la idea religiosa, desplazan los intereses de clases por los religiosos, dejando así las contradicciones que realmente determinan la participación de los grupos y asociaciones imperialistas en estos conflictos.
Pero la lucha de clases está presente, aunque traten de ignorarla o se vea opacada por la línea editorial de las grandes cadenas de información que obedecen los lineamientos signados por los intereses del imperialismo. Ahora mismo, en Francia se desarrolla una huelga de trabajadores agrícolas, lo que es muy significativo si tomamos en cuenta que Francia ocupa el primer lugar en cuanto a la producción agrícola se refiere. Pero además, la solidaridad de clase se ha hecho presente en estas manifestaciones, cuando los trabajadores del volante, urbanos, se han manifestado bloqueando carreteras como forma de solidarizarse con los trabajadores agrícolas.
Estas movilizaciones son de gran importancia, pues, su desarrollo demuestra el movimiento que se vive en la actualidad en el marco de una de las contradicciones fundamentales de la época imperialista, la que se vive entre el capital y el trabajo.
Hay que recordar que algunas de las grandes revoluciones en la historia, como la Bolchevique, se llevaron a cabo en momentos donde las calamidades del hambre, la miseria y la guerra hacían estragos en el seno de los explotados y oprimidos.
En este sentido, es siempre oportuno recordar la importancia de que el Proletariado en particular y las fuerzas populares y democráticas en general logren cohesionarse, identificando siempre al enemigo principal de los pueblos, el imperialismo, orientándose en la construcción de una agenda común, donde los diferentes sectores obreros, campesinos, mujeres, jóvenes, comunas, logren aglutinar sus fuerzas fortaleciendo espacios cómo el frente popular, para alcanzar logros de gran importancia en el marco de la lucha por la liberación nacional y el socialismo.
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