viernes, 24 de noviembre de 2023

LOS MARXISTA LENINISTAS Y LA GUERRA. Buró Político del PCMLV (Revista Unidad y Lucha Nº47 Nov. 2023)

Históricamente, el marxismo ha plantado posición en relación con todas las cuestiones de la sociedad, nunca ha sido neutral o indiferente, ya que siempre el estudio de los problemas con el método marxista genera respuestas de clase ante cualquier interrogante y lleva obligatoriamente a tomar partido, porque el marxismo implica asumir la posición del proletariado, siempre obliga su análisis a tomar partido, por más complejidades que deban ser valoradas y resueltas.

Un tema de gran importancia y actualidad en el mundo de hoy, que por eso exige avanzar en las valoraciones y análisis para llegar a conclusiones prácticas y orientarnos en un mundo convulsionado, es la guerra.

“En realidad, la guerra es un fenómeno histórico-social, surgido en una etapa determinada del desarrollo de la sociedad humana y vinculado a condiciones de la vida social transitorias y pasajeras. 

Con la aparición de la propiedad privada, las clases y el Estado surgió la necesidad de destacamentos especiales de hombres armados, es decir, del ejército. La guerra se convirtió en un medio de la conquista de tierras ajenas y de la subyugación de los pueblos más débiles.

En base al estudio de la historia de las guerras, particularmente de las guerras de la época imperialista, Lenin llegó a la clasificación científica de las guerras. La teoría marxista-leninista parte del hecho de que hay dos tipos de guerras: las guerras justas, que no persiguen fines de conquista, liberadoras, y las guerras injustas, de conquista. Los objetivos de las guerras justas son: la defensa del país contra una agresión exterior, la liberación del pueblo de la esclavitud capitalista, la liberación de las colonias y países dependientes del yugo imperialista. Las guerras injustas persiguen el fin de la conquista y subyugación de países ajenos y de pueblos ajenos.”

Marx, Engels, Lenin y Stalin nos dejaron numerosos documentos de análisis sobre la guerra, donde las bases y referencias para los marxista leninistas están estudiadas a profundidad y sobre los cuales debemos sustentar nuestros análisis.

Nos dice Lenin en su obra “El socialismo y la guerra: “Los socialistas han condenado siempre las guerras entre los pueblos como algo bárbaro y feroz. Pero nuestra actitud ante la guerra es distinta, por principio, de la que asumen los pacifistas burgueses (partidarios y propagandistas de la paz) y los anarquistas. Nos distinguimos de los primeros en que comprendemos el lazo inevitable que une las guerras con la lucha de clases en el interior del país, y en que compren- demos que no se puede suprimir las guerras sin suprimir antes las clases y sin instaurar el socialismo; también en que reconocemos plenamente la legitimidad, el carácter progresista y la necesidad de las guerras civiles, es decir, de las guerras de la clase oprimida contra la clase opresora, de los esclavos contra los esclavistas, de los campesinos siervos contra los terratenientes y de los obreros asalariados contra la burguesía. Nosotros, los marxistas, diferimos tanto de los pacifistas como de los anarquistas en que reconocemos la necesidad de estudiar históricamente (desde el punto de vista del materialismo dialéctico de Marx) cada guerra en particular. La historia ha conocido muchas guerras que, pese a los horrores, las ferocidades, las calamidades y los sufrimientos que toda guerra acarrea inevitablemente, fueron progresistas, es decir, útiles para el progreso de la humanidad, contribuyendo a destruir instituciones particularmente nocivas y reaccionarias (como, por ejemplo, la autocracia o la servidumbre), y las formas más bárbaras del despotismo en Europa (la turca y la rusa). Por esta razón, hay que examinar las peculiaridades históricas de la guerra actual.”

Esta aseveración sustenta la posición histórica de los comunistas marxista leninistas sobre el fenómeno de la guerra y lo ubica en su cabal dimensión, después de analizar y haber aplicado en la práctica las premisas definidas en lo teórico, Lenin nos da muestras inequívocas de lo que significa el método marxista en contra del oportunismo acomodaticio de la socialdemocracia y de los errores del anarquismo, nos ubica en un parámetro de referencia: las guerras legítimas, progresistas y las reaccionarias.

Engels, que participó directamente en confrontaciones armadas, realizó aportes teóricos y prácticos para comprender el fenómeno de la lucha armada, expresando los siguientes criterios sobre la relación entre la economía y los desarrollos de la guerra.

“... en una palabra, que la victoria del poder o la violencia se basa en la producción de armas, y ésta a su vez en la producción en general, es decir: en el “poder económico”, en la “situación económica”, en los medios materia- les a disposición de la violencia.”

Estos elementos vistos como base general para el análisis científico nos plantean la relación dialéctica entre el nivel de desarrollo económico y las formas de la guerra, además nos permiten valorar particularidades del avance de la economía capitalista hacia el imperialismo y hacia las inevitables guerras imperialistas con sus expresiones técnicas y operativas propias, consecuencia de la expansión económica, las crisis y la necesidad de los monopolios de abarcar nuevas áreas, lo que conduce a la confrontación inter imperialista por un nuevo reparto del mundo ya repartido, a la opresión económica, política y militar de las naciones dependientes y débiles por parte de las grandes potencias y al aumento de la explotación del proletariado por parte de la burguesía y sus corporaciones monopolistas a nivel global para garantizar el aumento de riqueza de las capas más elevadas de la gran burguesía monopolista internacional y el financiamiento de las guerras, con pérdida de derechos y beneficios históricos para las mayorías, a las que arrancan hasta la vida, generando toda una serie de fenómenos violentos más sofisticados como conclusión de la generalización del uso del avance científico y económico para dirimir las contradicciones fundamentales. Por esa razón, Lenin, siguiendo las huellas de Marx y Engels nos ha planteado:

“La guerra es la prolongación de la política por otros medios (a saber: por la violencia). Esta famosa sentencia pertenece a Clausewitz, uno de los más profundos escritores sobre temas militares. Los marxistas siempre han considerado esta tesis, con toda razón, como la base teórica de las ideas sobre la significación de cada guerra en particular. Justamente desde este punto de vista examinaron siempre Marx y Engels las diferentes guerras.” De allí que para nosotros los nexos entre la política y la guerra están claramente determinados, así como su relación con la economía de una época.

¿POR QUÉ ABORDAR EL TEMA DE LA GUERRA?

Los procesos de expansión de la guerra abierta en el mundo, como mecanismo para resolver las contradicciones fundamentales de la época y la pugna entre bloques imperialistas, aumentan las amenazas de nuevos escenarios violentos, que pueden afectar nuestros países con sus consecuencias, por lo que consideramos obligatorio hacer una revisión sobre estos temas, prepararnos para la inminente profundización de las guerras y trabajar por consolidar las líneas tácticas de acción unificada de los marxista leninistas a nivel mundial, profundizando la perspectiva internacionalista para así tratar de avanzar en medio de activos, cambiantes y violentos escenarios, dónde la guerra imperialista, guerra de agresión; o la guerra antiimperialista, guerra de liberación nacional; la guerra civil, guerra entre clases, son una realidad creciente en el mundo actual y más aún en el futuro, por lo que debemos estudiar cómo transformarlas en sentido progresista, en la definición de Lenin, implementando acciones revolucionarias para tratar de darles un contenido de avanzada con nuestros aportes.

Un punto importante a tomar en cuenta es como va evolucionando la concepción militar; desde las guerras de barricadas, modernas, de guerrillas, de trincheras; insurrecciones, a las guerras subsidiarias, proxi, o las guerras “inteligentes”, informáticas; utilizando drones y robots, agresiones que en general se libran en territorio de los países dependientes, como Yugoslavia, Afganistán, Irak, Libia, Somalia, Siria, Ucrania..., pero que tienden a continuar como una guerra indirecta entre potencias, siendo en general guerras imperialistas que cada día van acortando distancias entre los principales contendores, financistas y promotores, como lo son el bloque EE.UU. - U.E., representado militarmente por la OTAN, y el bloque China - Rusia, bloques imperialistas que hoy luchan, o se preparan para hacerlo. En el este de Europa se baten por la zona de Crimea y el Donbass en Ucrania, más al Este aumentan los preparativos en el mar de China, en conflicto por Taiwan; en África, dónde las tradicionales potencias imperialistas que controlaban esos territorios pierden espacios y avanzan sobre estos las potencias imperialistas emergentes, unas privilegiando métodos militares, la otra, métodos económicos, pero sin descartar la combinación de ambos.

En cuanto a la base humana de la guerra podemos apreciar que los imperialistas van cada día fortaleciendo los ejércitos de mercenarios, altamente cualificados, con armas modernas, con atractiva remuneración, que se reclutan a nivel mundial por medio de “empresas de seguridad”, como clara expresión de otra rama monopólica imperialista para imponer guerras reaccionarias, de reparto del mundo, que se deben contraponer en el futuro a las guerras justas, libradas por los inmensos ejércitos del pueblo en armas que defiende su soberanía y sus intereses de clase, de lo cual hay suficientes ejemplos en el mundo, algunos de los cuales aún resisten y luchan con el apoyo popular, sin rendirse ante el imperialismo, principalmente yanqui, que no ha podido destruirlos en décadas de agresiones.

La destrucción provocada por la guerra se observa de forma drástica en el territorio de Ucrania, que sufre ataques altamente destructivos de dos oponentes imperialistas que luchan por repartirse los despojos de un país llevado al caos por una dirigencia de concepciones reaccionarias e incluso que alardea de su filiación fascista, pero esa violencia descomunal no llega sólo hasta allí, las amenazas se han ido extendiendo a otros territorios. Además de seguir los preparativos en otros países de Europa; avanza en África y Asia, teniendo también su expresión en lo diplomático, político, comunicacional, económico, psicológico.

En el campo político y diplomático, esa contradicción se ha expresado de forma superlativa en el Consejo de Seguridad de la ONU, dónde ya la lucha por el nuevo reparto del mundo entre potencias imperialistas ha llegado a la forma abierta con los choques verbales en la ONU, por lo que es importante analizar el significado del planteamiento de eliminar el poder de veto de Rusia en el Consejo de Seguridad.

 La lucha por un nuevo reparto del mundo ya repartido durante la segunda guerra mundial se expresa, como hemos dicho, en el intento de reconfigurar el mapa de influencias imperialistas por medio de la guerra y también en el terreno diplomático y político, tomando cuerpo en la propuesta de quitar el poder de veto a la heredera de una de las tres potencias que se sentaron a repartirse el mundo en la conferencia de Yalta, creando la propia ONU, las áreas de influencia y las sanciones a los perdedores, que además es la primera o segunda potencia nuclear.

Vale la pena traer de nuevo a Lenin para ratificar la vigencia y actualidad del análisis marxista leninista sobre el imperialismo y las guerras:

“Casi todo el mundo reconoce que la guerra actual es una guerra imperialista, pero en la mayor parte de los casos se tergiversa esta idea, ya sea aplicándola a una de las partes o bien dando a entender que, pese a todo, esta guerra podría tener un carácter burgués progresista, de liberación nacional. El imperialismo es la fase superior del desarrollo del capitalismo, fase a la que solo ha llegado en el siglo XX… De liberador de naciones, como lo fue en su lucha contra el feudalismo, el capitalismo se ha convertido, en su fase imperialista, en el más grande opresor de naciones. El capitalismo, progresista en otros tiempos, se ha vuelto reaccionario; ha desarrollado las fuerzas productivas a tal extremo, que a la humanidad no le queda otro camino que pasar al socialismo, o bien sufrir durante años, e incluso durante decenios, la lucha armada de las "grandes" potencias por el mantenimiento artificial del capitalismo mediante las colonias, los monopolios, los privilegios y todo género de la opresión nacional.”

La política de los marxista leninistas en relación con la guerra imperialista tiene la misma base que llevó a Lenin a plantear la ruptura con la segunda internacional por su inconsecuente actitud al decir que estaba contra la guerra, pero aprobaban los créditos para mantenerla, asumiendo, una actitud social chovinista, no comunista, lo que llevó a la izquierda de Zimmerwald a plantear a los obreros la opción revolucionaria de voltear las armas contra sus propios burgueses, rompiendo con la socialdemocracia de la segunda internacional que avalaba en los parlamentos el financiamiento de la guerra y asumiendo una actitud verdaderamente comunista que llevó a la gran revolución socialista de octubre y a levantamientos de los revolucionarios contra los ejércitos imperialistas en varios países.

En esas guerras injustas mueren los proletarios llevados obligados, como corderos al matadero, para defender intereses de las grandes corporaciones monopolistas que venden armas y todo tipo de tecnología destructiva para satisfacer intereses de acumulación de capital y control territorial de dos bloques imperialistas, uno liderado por EE.UU y la U.E, representado por la OTAN, que mantiene a su títere Zelenski, profundizando la destrucción de Ucrania y la entrega de sus restos a las corporaciones estadounidenses, el otro dirigido por Rusia y China, expresado por la Federación Rusa en esta guerra, recibiendo apoyos directos o indirectos de China y otros países.

Siendo, desde el punto de vista de Lenin una guerra imperialista, no sólo porque las partes promotoras sean imperialistas, sino porque sirve a los intereses de los imperialistas en detrimento del pueblo de Ucrania, independientemente de su posición política, ya que su país está siendo destruido y luego será repartido para beneplácito de las grandes corporaciones que hoy venden armas nuevas para sustituir las viejas de la época soviética e introducen la doctrina de la OTAN cobrando por todo eso, para mañana cobrar también por la “reconstrucción” de lo que ellos mismos destruyen.

El proletariado debe también tener en cuenta que durante la primera y segunda guerra mundial el Estado soviético, con Lenin a la cabeza y después con Stalin, se vio obligado a llegar a acuerdos con sus enemigos en los tratados de Brest-Litovsk y Ribbentrop-Molotov. El propio Stalin se sentó el Yalta con Churchill y Roosevelt para poder acumular fuerzas en vista de una posterior contra ofensiva, pero nunca olvidaron el planteamiento central:

“Lo que necesitan, lo mismo que los obreros de todas las demás naciones, no son frases anárquicas sobre la revolución, sino un trabajo serio, lento, obstinado, perseverante y sistemático de propaganda y agitación clandestina, destinado a preparar un levantamiento en masa contra sus gobernantes.”

Dado el carácter imperialista de esas guerras y por ende lo injusto de su base, debemos pensar siempre en cómo transformarlas en guerras justas, es decir, en guerras revolucionarias.

Como elemento conclusivo podemos intentar identificar posibles escenarios del futuro:

1. Prolongación de las guerras regionales por otros años e incorporación progresiva de nuevos países a la guerra sin llegar al enfrentamiento directo entre los Estados dirigentes de los bloques imperialistas.

2. Reparto del mundo por medio de un pacto negociado entre las potencias imperialistas dominantes.

Bloque China - Rusia: China: Asia

Rusia: Eurasia. Ambas África.

Bloque EE.UU.- U.E.

EE.UU.: América, U.E.: Europa.

Ambas Oceanía.

3. Intervención revolucionaria del proletariado, transformando las protestas populares y las guerras imperialistas en guerras revolucionarias, avanzando a la democracia popular rumbo al socialismo, por medio de la toma del poder político y la instauración de la dictadura del proletariado.

4. Inicio de la tercera guerra mundial a nivel de todas las regiones, confrontación directa entre bloques y respuesta nuclear.

“… la violencia desempeña otro papel en la historia, un papel revolucionario; de que, según palabra de Marx, es la comadrona de toda vieja sociedad que anda grávida de otra nueva; de que es el instrumento con el cual el movimiento social se impone y rompe formas políticas enrigidecidas y muertas.”

F. Engels.

 “El socialismo sólo se construye con la alianza obrero campesina en el poder y el pueblo en armas.”

Venezuela, Octubre de 2023.


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