Al mismo tiempo, se va generando una mayor concentración y centralización de capitales que lleva al 1 % de la población más rica a ser billonarios, ahogados en lujos, mientras empobrecen cada día más al resto de la población y en especial al proletariado. Esto lo podemos ver en la reducción del salario real alrededor de todo el mundo, lo que se mide cuando el precio de los alimentos, el gas y la gasolina aumentan, pero los salarios se mantienen estancados o aumentan en mucha menor proporción, lo que implica imposibilidad de acceder a los mismos bienes que hace un tiempo. Eso mismo pasa con diversos niveles en todas partes, aumentando la plusvalía robada por los explotadores.
Como es conocido, el capital no tiene patria, por eso los capitales migran hacia donde pueden obtener una mayor cuota de ganancia, eso ocurre en países dependientes hacia donde los monopolios exportan sus capitales y luego retornan la renta hacia sus casas matrices, pero también ocurre en países imperialistas donde las mayorías también ven rebajado su nivel de vida por inflación, leyes represivas y desempleo generando movilización y protestas, que se inician como lucha económica puramente, pero pueden elevar su nivel hacia la lucha por el poder como única opción para resolver definitivamente los problemas de las mayorías populares.
Los monopolios se desplazan entre los diferentes países buscando mejores condiciones de explotación y hoy es clara una confrontación entre dos bloques imperialistas los cuales a pesar de ser ambos expresión del capitalismo monopolista de Estado aplican modelos diferentes y representan la lucha internacional inter imperialista por atraer capitales, explotar a los trabajadores y recursos naturales, controlar los mercados por medio de sus monopolios, lo que buscan ofreciendo "seguridad" a los capitales entregando mano de obra barata, cero impuestos, zonas sin regulaciones ambientales o laborales, lo que es una forma global de los capitales para apropiarse del producto del trabajo asalariado.
La clase obrera y los pueblos hemos venido comprendiendo la imposibilidad de solución de los problemas de las mayorías en el marco de la sociedad capitalista, por lo cual se han generado movimientos de protesta para tratar de cambiar la realidad explotadora, pero siempre está allí la socialdemocracia con sus ilusiones reformistas frenando el ímpetu revolucionario de las masas con su discurso de salvar la "democracia", que no es más que la democracia para la burguesía y dictadura para los pueblos.
En América latina, hemos visto dos fenómenos muy evidentes: la nueva oleada democrática que ha abierto las puertas a las ideas de izquierda en la región, cosa contraria a lo que ocurre en Europa y otras partes del mundo. Por otra parte, vivimos un fenómeno de penetración acelerada de los capitales chinos, compitiendo y en algunos casos desplazando el control de más de un siglo de los capitales del bloque EE.UU-U.E.
Estos dos fenómenos son dignos de tomar en cuenta por los avances en el proceso de distanciamiento en lo ideológico y económico con el control del bloque imperialista del bloque EE.UU-U.E. siendo muy importantes los fenómenos de este último año en Colombia, Perú, Brasil y Chile, que con sus diferencias y debilidades vienen a expresar matices en ese proceso de transformaciones que se vive en nuestro continente donde los marxista-leninistas tenemos un importante papel que jugar llevando hacia la verdadera revolución a las masas si comprendemos el nivel de conciencia, las contradicciones fundamentales y la lucha de clases.
Nuestros partidos han estado involucrados en las luchas de los trabajadores y los pueblos, tenemos mucho que hacer para reanimar la movilización, consolidar las organizaciones y aclarar las masas populares, el camino para la liberación nacional y el socialismo.
Las revoluciones democráticas permiten incorporar el proletariado a la lucha política, pueden ser caldo de cultivo para las ilusiones burguesas y la recomposición de las relaciones capitalistas en crisis, para esto pueden también ser puerta de entrada al fascismo, pero lo más importante, que fue entendido por Lenin y aprovechado en 1917: los procesos democráticos burgueses, si son entendidos objetivamente por los marxista-leninistas pueden permitir el avance al socialismo.
El diálogo con los pueblos debe ser el primer paso de los gobiernos si quieren seguir el camino de la democracia, es un paso decisivo para el cambio estructural: diálogo con los representantes de los monopolios o diálogo con los voceros del pueblo, después de esta primera demostración de apertura vendrán los cambios en la economía y la correlación política.
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