sábado, 2 de octubre de 2021

EL TROTSKISMO INTENTA DESTRUIR LA FIGURA DE STALIN

Desde hace ya muchos años los trotskistas y en todas las latitudes, a coro con la reacción mundial, han dedicado grandes esfuerzos y medios a la labor de denigrar, calumniar y ocultar la gran figura revolucionaria del indiscutible dirigente comunista, de talla internacional, que fue José Stalin, así como sus importantes obras teóricas e ideológicas. Pero para la historia moderna, para el proletariado mundial y para toda la humanidad progresista, Stalin ha sido y será siempre el gran continuador y el más fiel y brillante alumno del inmortal Lenin.

Tras la muerte de Lenin, Stalin ha sido el dirigente comunista más atacado y más odiado por la reacción y por todos los renegados del marxismo-leninismo.

Acusando a Stalin de dogmático y de “déspota”, los ideólogos de la reacción han hecho coro en sus ataques contra Stalin con los renegados revisionistas de toda ralea, para así asestar un pérfido golpe a los fundamentos mismos del marxismo-leninismo y de la revolución, ya que toda la vida y obra de Stalin están ligados a un decisivo período de la historia moderna de la humanidad, como es la Revolución de Octubre de 1917 y la construcción del socialismo en el primer país donde el proletariado conquistó el Poder mediante la revolución proletaria, y aplastó el poder capitalista y reaccionario de la burguesía y del imperialismo.

Al acusar vilmente a Stalin de toda suerte de crímenes e injusticias, la reacción, y más tarde junto a ella los revisionistas y renegados, pretendían sembrar el descrédito y la desconfianza hacia la revolución socialista y hacia los dirigentes y partidos marxista-leninistas en general, que seguían defendiendo los principios fundamentales del marxismo-leninismo, como los defendió intransigentemente hasta su muerte Stalin.

Una prueba particularmente elocuente, entre otras, de su sagacidad, de su capacidad práctica y teórica y de su espíritu científico y de análisis de los fenómenos sociales concretos y de la sociedad, es su actitud frente a las capas medias y a las nacionalidades.

Stalin en su escrito titulado “La Revolución de Octubre y la cuestión de las clases medias”.

Dice así en su primer párrafo:

“Constituye una de las cuestiones fundamentales de la revolución obrera. Las capas medias son el campesinado, las gentes modestas y laboriosas de la ciudad. Aquí hay que incluir también las nacionalidades oprimidas que se componen en sus nueve décimas partes de capas medias.

Como ven, son estas las capas que por su situación económica están entre el proletariado y la clase de los capitalistas.

El peso específico de estas capas se determina por dos circunstancias, en primer lugar, estas capas representan la mayoría o una minoría considerable de la población de los Estados existentes; en segundo lugar, constituyen esas serias reservas de entre las cuales la clase de los capitalistas recluta su ejército contra el proletariado.

El proletariado no puede mantener el Poder sin la simpatía y el apoyo de las capas medias y ante todo el campesinado, en particular en un país como nuestra Unión de Repúblicas. El proletariado no puede, incluso seriamente, soñar con la toma del Poder si estas capas no están por lo menos neutralizadas, si estas capas no han logrado aún desprenderse de la clase de los capitalistas, si constituyen aún, en su mayor parte, el ejército del capital.

De aquí se desprende la lucha por las capas medias, la lucha por el campesinado que pasa como un hilo rojo a través de toda nuestra revolución, desde 1905 a 1917, lucha que en ningún modo ha terminado, que continuaremos manteniendo en el futuro”.

Stalin fue un dirigente teórico y práctico sumergido en la lucha y como se ha puesto de manifiesto, se trata sobre todo de negar y condenar el internacionalismo proletario activo, la dictadura del proletariado, la necesidad del Partido como instrumento primordial para la revolución y para la construcción del socialismo; el principio de la violencia revolucionaria y de la lucha de clases como motor de la Historia, entre otros.

Por todo ello, los traidores al marxismo-leninismo convertidos en agentes de la reacción y del imperialismo necesitaban ineluctablemente echar barro sobre el gran dirigente y comunista consecuente e insobornable que fue Stalin y atacarle a muerte. Necesitaban tratar de destruir la gran figura de Stalin como dirigente comunista internacional y como símbolo de la revolución, de esperanza del proletariado mundial. 

Por: M. Navas


1 comentario:

el anzuelo en el zapato dijo...

Stalin salvo a la humanidad del facismo y convirtió su país en potencia mundial y lo hizo por ser un esclarecido teórico del marxismo leninismo