En medio de bloqueos, crisis, depresión y pandemia el proletariado ha vivido un empeoramiento de las condiciones de vida y pérdida de derechos en todo el mundo. El capital ha aprovechado la situación de la clase obrera para arrancar beneficios conquistados en siglos de lucha.
Esto plantea un gran reto, para el cual la lucha de masas está en el centro de las posibilidades de avance del movimiento revolucionario, aún más hoy, cuando las condiciones están dadas para facilitar a las amplias masas una explicación científica de las causas de nuestras difíciles condiciones de vida, aclarando que es el capitalismo con sus métodos de explotación y opresión, con su presencia internacional como imperialismo el responsable directo de los males que aquejan a la humanidad, y que quienes se entregan a él, o dividen el frente antiimperialista, hacen un flaco servicio al proletariado.
Es necesario ratificar la idea del triunfo por vía de la organización, la lucha, el esfuerzo organizativo y la unidad de acción, enfrentando al enemigo común, al peligro principal y a quienes alimentan la negociación de derechos y la claudicación como única opción, frenando el ímpetu revolucionario de las masas y haciendo el juego al imperialismo.
Ante las contradicciones fundamentales de la época: entre imperialistas, entre estos y los países dependientes, así como la existente entre la burguesía y el proletariado, en tiempos del capitalismo monopolista es importante ratificar que no podemos quedarnos en el nacionalismo ni en el economicismo, en los movimientos sociales, que debemos promover la visión internacionalista y de clase, luchar por elevar el papel de la alianza Obrero campesina para enfrentar al enemigo común con una política de resistencia y lucha, valorando el apoyo crítico con exigencias a los procesos que se mantengan confrontados con el bloque imperialista EEUU-UE y asuman el distanciamiento del FMI - BM, la CIA y la doctrina militar gringa resistiendo ante el bloqueo y la agresión imperialista; otra posición sólo puede ser llevada adelante por los oportunistas y trotskistas e incluso por los rezagos de la teoría de los tres mundos.
En el caso particular de Venezuela los revisionistas, catalogados ya de traidores en la reunión de la OLAS en 1969 por su oportunismo altamente influenciado por el trotskismo; con su política conocida en el mundo por romper la acción conjunta del pueblo, dañando el frente popular y fraccionado el trabajo conjunto de los sectores más avanzados del pueblo.
En Venezuela es claro que los revisionistas al no obtener lo que consideraban le correspondía en la negociación con el PSUV han ido pasando al otro extremo: De una defensa incondicional a una oposición infantil, que los aísla de las luchas y de las masas, fracturado el Frente Popular y propiciando sin éxito la división entre las masas populares.
De allí que sea importante denunciar el método pequeño burgués de querer resolver todo negociando, así como el infantilismo de izquierda que olvida las contradicciones fundamentales para hacerse pasar por los jefes de la crítica, dando un paso atrás al aferrarse al nacionalismo y localismo ya que no pueden entender que vivimos en la fase imperialista y la burguesía local no se gobierna sola.
Colocarse a la cola de los revisionistas nunca ha generado nada bueno, ni para el pueblo ni para los revolucionarios, por lo que ratificamos nuestra posición de seguir avanzando con las orientaciones de Marx, Engels, Lenin y Stalin así como de la Internacional Comunista para abordar las contradicciones fundamentales de la fase imperialista del capitalismo.
Por: Miranda
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