La estrategia consiste en determinar la dirección del golpe principal del proletariado, tomando por base la etapa dada de la revolución, en elaborar el correspondiente plan de disposición de las fuerzas revolucionarias (de las reservas principales y secundarias), en luchar por llevar a cabo este plan a todo lo largo de la etapa dada de la revolución.
La revolución de Octubre tuvo dos etapas, Primera etapa. De 1903 a febrero de 1917. Segunda etapa. De Marzo de 1917 a Octubre de 1917. Tercera etapa. Comienza después de la Revolución de Octubre. Durante cada etapa se aplican tácticas determinadas por el partido del proletariado basados en Los flujos y reflujos del movimiento. Los bolcheviques leyeron el momento de una situación revolucionaria.
Los clásicos y la internacional
comunista han dejado un desarrollo teórico y practico, dejaron una enseñanzas
al mundo de cómo debe aplicarse la táctica, para estos es necesario saber leer
el momento político, el animo de las masas y por supuesto fortalecer el
destacamento de la clase obrera, el partido bolchevique supo leer el ánimo de
las masas supo colocar las consignas en el momento determinado, aceptaban ser
minorías pero fueron mayorías en los momentos de auges de masas, por otra parte
supieron replegarse y supieron como como conservar sus fuerzas en el momento de
la ofensiva del zarismo. Los bolcheviques fueron minorías en los soviets pero
en el momento acertado aprovecharon la efervescencia y fueron mayoría, los
bolcheviques encontraron el momento exacto para hacer la insurrección y no
jugaron la insurrección siguiendo las orientaciones emanadas por Marx en el
folleto el marxismo y la insurrección. Los bolcheviques supieron hacer los
acuerdos y las alianzas para hacer la revolución socialista le arrancaron las
masas campesinas a los socialistas revolucionarios.
Stalin en su folleto sobre la
revolución china define los principios tácticos del leninismo los cuales son:
a) El
principio de tener obligatoriamente en cuenta lo que hay de particular y
específico en cada país, desde el punto de vista nacional, al trazar las
directivas de la Internacional Comunista para el movimiento obrero de los distintos
países;
b) El
principio de que los Partidos Comunistas utilicen obligatoriamente en cada país
la más pequeña posibilidad para asegurar al proletariado un aliado de masas,
aunque sea temporal, vacilante, inestable y poco seguro;
c) El principio
de tener obligatoriamente en cuenta la verdad de que, para la educación
política de masas de millones de hombres, no basta con la propaganda y la
agitación, de que para ello se necesita la experiencia política de las propias
masas.
Lenin destaca una de las características más
peligrosas del izquierdismo: sustituir la realidad objetiva por sus deseos. En
cambio, para él, “la táctica debe ser elaborada teniendo en cuenta serenamente,
con estricta objetividad, todas las fuerzas de la clase del Estado de que se
trata (y de los Estados que lo rodean y de todos los Estados en escala
mundial), así como la experiencia de los movimientos revolucionarios”. Aquí se
encuentra una expresión cabal de la síntesis entre lo nacional y lo
internacional en el pensamiento leninista. Lenin siempre actuó a la vez como un
revolucionario ruso, que prestaba una atención especial a las particularidades
nacionales de la lucha, y como un internacionalista, tomando en cuenta las
condiciones extranacionales de la lucha local, así como la manera de coordinar
internacionalmente la acción revolucionaria. Ejemplo palmario de tal actitud
fue su posición frente a la guerra y el análisis que la orientó (El
imperialismo…). En este sentido podemos decir que la “táctica-plan” de Lenin siempre
estuvo sometida a una visión profundamente internacionalista. Pero prosigamos,
utilizando el propio texto de Lenin: “Manifestar el revolucionarismo sólo con
injurias al oportunismo, sólo condenando la participación en los parlamentos,
resulta facilísimo.
Lenin habla de los compromisos. Plantea que
los proletarios conocen muy bien lo que son los compromisos, pues viven de
ellos, pero que es necesario saber diferenciarlos. Hay compromisos que son
impuestos por las condiciones objetivas (los que conducen, por ejemplo, a la
suspensión de una huelga), como hay también compromisos traidores, que
consisten en perjudicar a la clase por el egoísmo de algunos. . . Lenin
concluye que no puede haber una receta o una regla general, ni en el sentido de
rechazar todos los compromisos, ni en el de aceptar cualquiera. El acierto en
rechazarlos o contraerlos proviene de la capacidad de “elaborar los
conocimientos y la experiencia necesarios’’ y, además, de la “sagacidad
política precisa para resolver pronto y bien las cuestiones políticas
complejas”.
Por otra parte la internacional
comunista oriento en cuanto a la política de frente para enfrentar el fascismo
en donde se había instaurado y tomado el poder, la internacional comunista definió
como enfrentar el fascismo y evitar como llegue al poder. Para esto es
necesario el frente único de la clase obrera y el frente popular, la actitud de los comunista frente a los
socialdemocracia Dimitrov en el material la ofensiva del fascismo y la
internacional comunista define de forma maestra la política con respecto a los
gobiernos socialdemócratas, ya que en esa época se hubo errores que
favorecieron el ascenso del fascismo.
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