jueves, 18 de febrero de 2021

EDITORIAL DICIEMBRE 2020

El año 2020 fue un año que quedará inscrito en la historia de la humanidad con la imborrable huella de millones de muertos por el coronavirus, que generó una pandemia, producto de la cual y del manejo realizado por los capitalistas en los sistemas de salud, generó un crimen en masa de proletarios, de pobres y ancianos, además de quebrar a unos monopolios en favor de otros y aumentar sus ganancias a expensas de los explotados, abaratando la fuerza de trabajo y eliminando muchas regulaciones históricas que habían sido conquistadas por medio de largas luchas.

Cierra este año con cifras negativas para las mayorías y cifras positivas para unos pocos explotadores, dueños de grandes monopolios que hicieron inmensas fortunas a costas de las masas explotadas del mundo.

El año que se aproxima no será diferente, por eso el proletariado y su vanguardia tiene que hacer un esfuerzo extra para colocarse al nivel de las exigencias del momento y luchar por colocar nuestras ideas entre las amplias masas oprimidas del mundo. Hoy más que nunca la consigna del manifiesto del Partido Comunista tiene vigencia.

La situación económica, política y social de Venezuela  no deja de complicarse; no es sólo un problema coyuntural por el covid, deficiencias o corrupción de la gestión de gobierno, cosas que existen, es innegable, pero no son lo determinante.

La situación verdaderamente determinante es el inicio de la ruptura de los nexos de sumisión con el bloque imperialista EEUU-UE, este es el eslabón central en lo económico, político, social y militar, un elemento que indudablemente afecta la actual coyuntura, pero que la trasciende en aspectos estructurales muy marcados por la dependencia y la búsqueda de su superación por parte de un pueblo dispuesto a luchar. 

La dependencia no es del petróleo, ni de una tecnología o de un mercado, como algunos quieren hacer ver, estos son parte de ella, pero la dependencia, en la fase imperialista del capitalismo, es una relación de control total que aplican las naciones imperialistas a las colonias y países dependientes. Por eso tenemos países imperialistas y países dependientes, entre los cuales se establece una contradicción dialéctica que implica los monopolios de las naciones opresoras y las masas de las oprimidas.

La ruptura de esta relación de dependencia, que ratificamos; es económica,  política, social y militar, con múltiples expresiones a nivel internacional y nacional, implica un cambio de relaciones sociales a lo interno del país y hacia afuera, siendo la única vía para la verdadera ruptura de este nexo la liberación nacional y la construcción del socialismo, cualquier otra opción sólo será la negociación de la dependencia con las viejas o con nuevas potencias imperialistas.

Ciertamente no será fácil, ni lo ha sido en ninguna parte, sólo la pequeña burguesía, con sus vacilaciones e idealismo puede pensar en una ruptura amorosa y democrática de las relaciones de dependencia con el imperialismo.

A partir de esta visión general podemos valorar el rumbo que ha llevado el proceso de lucha por la ruptura de la dependencia de Venezuela con el imperialismo yanqui, con el bloque EEUU-UE y las etapas del proceso de liberación nacional.

En los actuales momentos se ha logrado, con importante esfuerzo y sacrificios para el pueblo en los últimos años, un distanciamiento del FMI y BM en lo económico, el enfrentamiento a las directrices geopolíticas de los EE.UU y la salida de la mayoría de sus monopolios del territorio nacional, así como algo vital: la ruptura con su doctrina militar imperialista, ahora corresponde definir cómo llenar el vacío dejado en lo material y para muchos en lo ideológico, producto de más de 100 años de dependencia total del bloque imperialista EEUU-UE. Esta y no otra es la causa de las agudas contradicciones internas y de la profundización de la agresión.

Esa etapa de sustitución presenta tres grandes salidas:

1- La senda de la liberación nacional y el socialismo que implica desarrollar nuestra producción y nuestra propia experiencia en todos los terrenos aún a costa de grandes sacrificios y peligros, con base en la dirección Obrero, Campesina y Comunal, desplazando a los capitalistas-imperialistas.

2- La negociación de un nuevo modelo de dependencia con el bloque imperialista China-Rusia, abriendo un ciclo de sustitución de capitales y mercados, para una nueva forma de sometimiento.

3- La renegociación de la dependencia con el bloque imperialista EEUU-UE, lo que significaría un total retroceso hacia la aplicación de las políticas de este bloque: la égida del FMI y BM, la total entrega de las riquezas del país, así como el desmontaje de los avances en la doctrina militar, la represión violenta contra el pueblo y todo lo que parezca revolucionario.

 Ante esta realidad, a los revolucionarios y en especial a los marxista-leninistas consecuentes nos queda por delante un arduo camino de organización y lucha con los obreros, campesinos y comuneros revolucionarios en la  culminación de la liberación nacional para avanzar por la senda de la democracia popular rumbo al socialismo, construyendo el nuevo Estado: Estado de nuevo tipo; Obrero, Campesino y Comunal.


¡EL SOCIALISMO SÓLO SE CONSTRUYE CON LA ALIANZA OBRERO CAMPESINA EN EL PODER Y EL PUEBLO EN ARMAS

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