miércoles, 13 de agosto de 2025

LA FORMACIÓN DE LOS CUADROS, CUESTIÓN FUNDAMENTAL DE LOS PARTIDOS COMUNISTAS M-L

Por: J. Jaramillo.

La Política de Formación de Cuadros. Es decir, la manera (el sistema) en que recluta, educa y desarrolla a sus miembros como dirigentes revolucionarios de la clase obrera y el pueblo. Esa estructura es lo que permite que el Partido pueda garantizar una acertada dirección del proceso revolucionario bajo cualesquiera circunstancias. Una correcta política de cuadros debe cumplir los siguientes objetivos, entre otros:

 l) Asegurar la realización efectiva de todas las tareas de forma organizada y centralizada.

2) Contribuir al desarrollo de una voluntad única de lucha basada en una disciplina rigurosa y consciente.

3) Permitir una estrecha ligazón con las masas y ser el instrumento a través del cual la organización se nutre de nuevos miembros y colaboradores.

4) Contribuir al desarrollo de los cuadros sobre criterios de calidad y excelencia.

5) Permitir la elaboración y desarrollo de la línea política del partido a través de la plena participación de los miembros.

6) Garantizar la permanencia de la organización ante cualesquiera circunstancias.

7) desarrollo del ímpetu y audacia revolucionaria.

El cuadro es la persona que, en todo momento y ante cualquier circunstancia es portavoz de la teoría revolucionaria que orienta al partido: el marxismo-leninismo Es el elemento que orienta a las masas, capta sus sugerencias, su estado de ánimo, su receptividad y aplica creadoramente el análisis del partido a la situación concreta a que se enfrenta. Los cuadros revolucionarios son, entonces, los elementos más conscientes. Dentro de la clase, son los responsables de interpretar la política general del partido entre las masas y sintetizar las experiencias de la lucha de clases en directrices concretas de acción. Son, por tanto, el mecanismo que permite al partido estar ligado orgánicamente a la clase, representar sus intereses fundamentales y mantener la selectividad organizativa necesaria para ejercer una dirección política de calidad; manteniendo los criterios de excelencia teórica necesarios para cumplir su función de vanguardia.

La primera consiste en su formación teórica y práctica. El cuadro revolucionario debe dominar la teoría marxista-leninista como arma indispensable para la lucha de clase proletaria. 

El cuadro revolucionario debe ser capaz de cumplir de la manera más efectiva posible las diversas tareas que enfrenta el partido por lo cual tiene que desarrollarse integralmente fundiendo la teoría con la práctica.

 La segunda característica es la capacidad de trabajo. Este factor es de fundamental importancia en los cuadros revolucionarios ya que es el medio para que la teoría y los análisis puedan contribuir a la transformación de la realidad social. La capacidad de trabajo presupone una gran disposición para la realización de todas las tareas que el proceso revolucionario exige. 

La tercera característica del cuadro revolucionario ligada estrechamente a las dos anteriores es su capacidad organizativa. El dominio de los métodos, técnicas y destrezas necesarias para resolver efectivamente los diversos problemas de organización que a diario se presentan tanto en las tareas internas como en las tareas relacionadas con la lucha de masas. 

La cuarta característica es su responsabilidad y disciplina para con el estudio y el trabajo. El cuadro nunca se siente veterano. Siempre tiene que estar dispuesto a estudiar y a profundizar en sus análisis; a trabajar arduamente y a evaluar los errores cometidos para superarlos. 

En quinto lugar, el cuadro revolucionario se caracteriza por una sólida moral revolucionaria, donde el individualismo, el egoísmo y el beneficio personal no pueden tener cabida. El cuadro tiene que desarrollar unas actitudes, estilos de trabajo y capacidad de sacrificio, desprendimiento revolucionario.

Es necesario una formación de cuadros ante las nuevas circunstancias que se representan ante una avanzada del fascismo a nivel internacional, ante las debilidades de la socialdemocracia es necesario consolidar el partido de vanguardia, seguir avanzando con la política revolucionaria, aclarar a las masas y evitar su confusión ante la actual circunstancia.

 

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