miércoles, 13 de marzo de 2024

71 AÑOS DEL FALLECIMIENTO DEL CAMARADA STALIN

Autor: S. Montes
Sus orientaciones y su ejemplo de lucha sigue estando en cada trinchera de lucha contra el capitalismo, el imperialismo y el fascismo.

Es la clase obrera, los campesinos pobres, la juventud y las mujeres proletarias y campesinas que transcienden la teoría y la práctica de las enseñanzas de este combatiente de hoy y siempre. 

A propósito de esas orientaciones aún vigentes, especialmente en la lucha de la mujer proletaria, de la mujer campesina, nos gustaría compartir con ustedes el siguiente escrito del líder Stalin:

HEROÍNAS DEL TRABAJO SOCIALISTA

Camaradas, lo que hemos visto hoy aquí, es un fragmento de la nueva vida, de la vida que llamamos nosotros, vida koljosiana, vida socialista. Hemos oído palabras simples de personas simples, de trabajadores: nos han dicho cómo han luchado, cómo han superado las dificultades para obtener éxitos en el terreno de la emulación. Hemos oído a mujeres que no son mujeres normales, sino, diría yo, heroínas del trabajo, puesto que solo las heroínas del trabajo podrían obtener el éxito que han obtenido ellas. Nunca ha habido antes mujeres semejantes. Yo ya tengo cincuenta y seis años, ya he visto bastantes cosas, he visto muchos hombres y mujeres que trabajan. Pero nunca he encontrado unas mujeres así. Son seres totalmente nuevos. Solo el trabajo libre, solo el trabajo koljosiano podía crear estas heroínas del trabajo en el campo. 

No existían mujeres semejantes, no podían existir en los viejos tiempos. 

Verdaderamente, ¡cuando se piensa en lo que eran las mujeres antaño! Siendo todavía una niña, ya era la última entre los trabajadores. Trabajaba para el padre, trabajaba sin tregua ni respiro. Sin embargo, el padre la insultaba y le reprochaba: "tengo que alimentarte". Cuando se casaba, ella trabajaba para su esposo y trabajaba tanto como le exigía el hombre. Pero su esposo la insultaba y le reprochaba: tengo que alimentarte. En la aldea, la mujer era la última entre los trabajadores. Es concebible que con una existencia así no podía haber heroínas del trabajo entre las campesinas. El trabajo estaba considerado en aquel momento como una maldición para la mujer y ella lo evitaba siempre que podía.

Solo la vida koljosiana podía hacer del trabajo una cuestión de honor, solo ella podía crear verdaderas heroínas en la aldea. Solo la vida koljosiana podía abolir la desigualdad y asegurar a la mujer el lugar que le correspondía. Vosotros mismos lo sabéis muy bien. 

El koljós ha introducido la jornada de trabajo. ¿Qué es la jornada de trabajo? Ante la jornada de trabajo, hombres y mujeres son iguales. 

El que más días ha trabajado más gana. Aquí, ni el padre ni el marido pueden reprochar a la mujer que es alimentada por él. Hoy, cuando trabaja y abastece las unidades de trabajo, la mujer es su propio amo. Recuerdo una conversación que tuve con muchas camaradas en el II Congreso de koljosianas. Una de ellas, que era de las regiones del Norte, me dijo: «Hasta hace dos años, no se me presentó ni un solo pretendiente. ¡Una mujer sin dote! Hoy, tengo 500 unidades de trabajo, y ¿qué pasa? Que no puedo deshacerme de los pretendientes. Todos quieren casarse conmigo. Yo observo detenidamente y elegiré solo a uno».

Por medio de la unidad de trabajo, el koljós ha liberado a la mujer y la ha vuelto independiente. Ya no trabaja para su padre, cuando es una jovencita, ni para su marido cuando se casa, ella trabaja ante todo para sí misma. Y eso es la liberación de la campesina, eso es el régimen del koljós, que hace de la trabajadora la igual del trabajador. Solo sobre esta base y en estas condiciones podían aparecer estas magníficas mujeres. Por eso no considero el encuentro de hoy simplemente como un encuentro ordinario entre personas avanzadas, y miembros del gobierno, sino como un día solemne en el que han quedado a plena luz los éxitos y capacidades del trabajo femenino liberado. Pienso que el gobierno debe honorar a las heroínas del trabajo, que han venido aquí para exponer sus éxitos al gobierno.

 

Stalin: Discurso a las koljosianas de choque de los campos de remolachas durante su recepción por dirigentes del Partido y del gobierno.

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