domingo, 17 de diciembre de 2023

EDITORIAL DICIEMBRE 2023

Culmina este año 2023 en el que vemos como las guerras y conflictos avanzan en todos los continentes, son situaciones que expresan de forma cada vez más aguda las contradicciones fundamentales de la fase imperialista del capitalismo, con la aparición de guerras y la preparación de revoluciones como hechos inmanentes a la descomposición del modo de producción capitalista para abrir paso al necesario surgimiento de una sociedad sin explotadores ni explotados.

En algunos sitios se expresa de forma directa la lucha entre los bloques imperialistas; como es el caso de Ucrania, país destruido gracias a la posición entreguista de la derecha fascista que los llevó a dividir ese país, atacando su historia multiétnica para transformarse en un peón y carne de cañón en la lucha abierta entre bloques imperialistas por un nuevo reparto del mundo ya repartido con anterioridad.

Otro punto de gran impacto es la acción genocida del Estado sionista de Israel destruyendo toda estructura en la franja de Gaza y asesinando de forma directa cerca de 20.000 civiles en dos meses, principalmente niños y mujeres, además de cortar agua, alimentos, electricidad, medicamentos que implicará más muertes en los próximos días, lo que es sin duda alguna una limpieza étnica para tratar de terminar de apropiarse del territorio de palestina, el gas y petróleo existente allí y la salida al mar, cumpliendo la tarea encomendada por EE.UU. de expandirse y construir una vía paralela a la ruta de la seda promovida por el bloque opuesto, siguiendo para lograr estos objetivos el modelo criminal que ya aplicaron en Irak, Libia y Afganistán dónde masacraron pueblos, destruyendo países para robarse las riquezas de forma descarada.

De igual forma podemos ver como en África los Chinos y Rusos avanzan mientras Francia y su bloque imperialista se ven amenazados en su hegemonía histórica, aunque es claro que no se retirarán sin dar batalla y lo que los sustituye no modifica el modo de producción vigente, pero ciertamente al desequilibrar la región puede crear las condiciones para una rebelión popular antiimperialista, si las fuerzas revolucionarias son capaces de asumir la vanguardia.

En Asia las contradicciones se van agudizando también gracias a provocaciones en Taiwán, el mar de China, los roces entre China y Filipinas, las maniobras armadas en torno a la República Popular Democrática de Corea, lo que va calentando cada vez con más intensidad la zona, incluyendo los viejos conflictos entre China, India y Pakistán, así como la situación de Afganistán o la expansión de las consecuencias de las guerras del medio oriente.

En América, que ha estado por algún tiempo alejada de conflictos armados entre países hermanos, tenemos una peligrosa situación entre Venezuela y Guyana provocada por la acción de los grandes monopolios imperialistas de Estados Unidos, Reino Unido y China que se han involucrado en la explotación de recursos naturales en una zona en litigio y en espera por una solución negociada entre ambos países por más de 100 años, que muy probablemente el desarrollo o no de una escalada bélica será determinado por los intereses inmediatos del bloque imperialista EE.UU - U.E. y la necesidad de petróleo barato.
Ante esa compleja y peligrosa situación, la mayoría del pueblo de Venezuela se ha mantenido alejada del chovinismo y extremismo nacionalista de derecha y plantea el diálogo directo entre los pueblos, principalmente entre el movimiento popular de los países involucrados, exigiendo la exclusión del litigio de los imperialistas, que azuzan guerras para adueñarse de las riquezas y usar al proletariado como carne de cañón. Las mayorías populares y en especial los marxista leninistas de Venezuela, tenemos claro que el enemigo común de los pueblos es el imperialismo y, por lo tanto, es necesario unificar fuerzas para voltear las armas contra los imperialistas y sus lacayos de la burguesía nativa, haciendo esfuerzos por la unidad de los explotados y oprimidos de Guyana y Venezuela contra los opresores y sus lacayos.

En medio de esas contradicciones vemos como el imperialismo presiona a los pueblos y a la clase obrera por todas partes para eliminar derechos y aumentar la explotación, recurre a la violencia directa contra las masas populares, que están cada día más movilizadas, y lleva adelante guerras de agresión para tratar de dar oxígeno y reflotar un modo de producción que vive la crisis general, donde los diferentes sectores y países salen de una crisis cíclica para entrar en otra, ante lo cual la industria de la guerra forma parte de la receta para reanimar la economía, robar riquezas, "reconstruir países", en síntesis: destruir fuerzas productivas para provocar otro ciclo económico y tratar de rescatar la economía en colapso.

Con una gran presión desde los capitalistas que aumentan la tasa de explotación, pasando de obtener una ganancia media a una de monopolio, aumentado la plusvalía y las formas de opresión, por un lado, y por otro unas masas populares movilizadas, a veces desorientadas, pero dispuestas a luchar, el movimiento revolucionario, y en especial los comunistas marxista leninistas percibimos una gran necesidad política, ideológica y social ante la cual tenemos el deber de acelerar el paso y superar las limitaciones para llevar ese caudal hacia la senda revolucionaria y no sea usada por el fascismo con su supuesto discurso "irreverente" que puede engañar incautos y seguir ampliando la peligrosa fascistización.

A pesar del discurso de los burgueses y sus teóricos, es evidente que la lucha de clases se va abriendo paso en medio de situaciones de confusión y diversionismo ideológico que pretenden decirnos que ya no existen esos tipos de luchas, pero los proletarios del mundo cada vez vamos expresando con mayor fuerza la necesidad de destruir éste injusto y explotador régimen de opresión que sólo ofrece inseguridad, inflación, malos salarios, migración, discriminación, represión, guerras, hambre, muerte y en general injusticias para las mayorías en todo el mundo, de un extremo a otro.

Los bloques imperialistas evidentemente tienen elementos económicos, históricos, sociales y políticos de identidad, pero de igual forma a lo interno de ellos hay diferencias y contradicciones, como ocurre en cualquier fenómeno, por eso podemos ver algunos puntos de roce entre sus potencias dirigentes, especialmente profundizados por las crisis, que en los últimos días se han visto en el aislamiento de los EE.UU. e Israel a pesar de sus esfuerzos por ocultar el crimen de lesa humanidad que están cometiendo contra el pueblo Palestino. Sus corporaciones de comunicación se han visto obligadas a dar información sobre los asesinatos en masa que cometen los sionistas y el gobierno estadounidense coaligados, lo que les ha llevado a una derrota comunicacional y a un triunfo de las mayorías conscientes del mundo, que a pesar de manipulaciones, amenazas o sanciones nos hemos movilizado en las calles y hemos presionado a los gobiernos, lo que después de muchos años de control comunicacional absoluto de las grandes corporaciones mediáticas ha roto su hegemonía comunicacional y ha abierto una ventana de expansión para otras ideas.

Nuestro llamado para el futuro es a consolidar las posiciones y trabajar por transformarnos en una referencia de combate inmediato para los pueblos que resisten y luchan contra la agresión imperialista y la acción traidora de los lacayos nacionales, fortaleciendo nuestros partidos en cada país, los espacios internacionales de coordinación como la CIPOML, trabajando por un Frente Popular Antiimperialista Internacional que pueda encauzar las diversas fuerzas en lucha a nivel mundial hacia la derrota del enemigo común de los pueblos: El imperialismo, entendido, como nos enseñó Lenin, como la fase superior del capitalismo.

¡El socialismo solo se construye con la alianza obrero campesina en el poder y el pueblo en armas!

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