De igual forma, la actual situación liquida otros planteamientos de la pequeña burguesía sobre la posibilidad de la desaparición de las guerras imperialistas o el desarrollo armónico del capitalismo.
La actual situación mundial confirma el carácter agresivo del imperialismo, como expresión concreta del capitalismo en su fase superior, y llama a desechar ilusiones sobre la posibilidad de un mundo de paz sin liquidar la opresión burguesa.
Solo el gobierno de la clase obrera, los campesinos y comuneros revolucionarios, es decir, el socialismo científico, podrá liquidar la causa de las guerras de agresión, que es sin duda alguna la propiedad privada sobre los medios de producción y el deseo de apropiarse de las riquezas del mundo.
Las provocaciones del bloque imperialista EE.UU.-U.E. contra el bloque encabezado por China y Rusia han colocado en primer plano los métodos que los monopolios imperialistas usan para frenar a sus competidores, aumentar sus ganancias y potenciar su economía, para ello el aparato industrial-militar juega un papel fundamental, ya que con los niveles de destrucción masiva que genera una guerra requieren un funcionamiento intensivo para suplir las exigencias del combate.
La entrega de los arsenales de los países europeos a Ucrania y las amenazas de una prolongación de la guerra los lleva a hacer nuevos pedidos de armas, municiones, misiles, tanques, aviones y elementos logísticos, que con el nivel de problemas de la industria de la U.E. no tendrán más remedio que comprarlas a EE.UU. aumentando el nivel de dependencia y culminando el proceso de toma del control total de la OTAN por parte del imperialismo yanqui.
En el caso de los países de Europa del este (ex socialistas), hasta ahora seguían teniendo una doctrina y equipamiento militar de la época de la URSS, que por la guerra en Ucrania está siendo destruido aceleradamente, para sustituirlos por los de la OTAN, con un alto costo económico, militar y social para unos pueblos sometidos a la lucha directa entre los dos grandes bloques imperialistas que pugnan por el control en esta etapa.
El objetivo que persigue la OTAN es cambiar la doctrina y equipamiento militar de los países de Europa del este para hacerlos totalmente dependientes de los EE.UU y destruir los niveles de independencia y soberanía, a los que habían avanzado después de la segunda guerra mundial.
Otro fenómeno de gran importancia que debemos tomar en cuenta al analizar el momento político es la quiebra de bancos en EE.UU. Ante el temor de que esas instituciones no puedan cumplir con sus obligaciones con los ahorristas, estos se apresuran a sacar su dinero provocando una crisis bancaria que apenas comienza.
Todas las terribles situaciones que nos toca padecer hacen que la innegable crisis económica mundial, se expresa también como empeoramiento de las condiciones de vida, tratado de postergar, mediante diversas maniobras, una gran depresión económica.
Según lo analizado desde las tesis del marxismo leninismo sobre los planteamientos de las crisis capitalistas y recordando las palabras de Lenin sobre la presencia de guerras y revoluciones como consustanciales al imperialismo, podemos decir que las guerras se están haciendo cada día más comunes y las revoluciones están por cobrar más protagonismo, pero aún se expresan como movimientos de carácter económico que progresivamente irán superando esas posiciones para adquirir el nivel de lucha por el poder político para lo cual el papel de los marxista leninistas será decisivo, ya que nos corresponde desnudar los límites de la socialdemocracia y el revisionismo, preparando organizativa e ideológicamente al pueblo para desplazar a los capitalistas y avanzar en la senda de la revolución.
La lucha contra el imperialismo es una de las tareas necesarias para abordar las contradicciones fundamentales de la época, es uno de los principios esbozados por Lenin y Stalin, que nos diferencia totalmente de las tendencias más degeneradas del trotskismo y el oportunismo que niegan en la práctica el imperialismo y se colocan en el terreno equivocado debilitando el movimiento popular y el frente de lucha contra el enemigo común de la humanidad, el imperialismo.
En medio de ese panorama internacional de avance de las ideas de derecha y la fascistización en muchos países la defensa de las condiciones de vida de las mayorías populares, en especial la lucha por el salario, se transforma en una lucha que debe servir como elemento de educación de las masas y, por lo tanto, debe ir acompañada de la propuesta ideológica y simbólica, para no quedar en el economicismo reformista e incluso reaccionario, que se expresa cuando algunos "radicales" terminan a la cola de la derecha obviando el enemigo común, que es sin duda el imperialismo y no la socialdemocracia, o el peligro principal, que para el pueblo de Venezuela es la agresión del bloque imperialista EEUU-UE, no el proceso bolivariano, aunque sobre estos sea necesario realizar las críticas y exigencias correspondientes al papel de aliados y no de enemigos.
Es muy importante definir claramente nuestro enemigo, los aliados, las fuerzas auxiliares y de reserva, las fuerzas propias y además el papel de la vanguardia revolucionaria en momentos donde el imperialismo y sus expresiones fascistas avanzan aceleradamente.
En el caso de Venezuela, este primero de mayo sirvió para medir las fuerzas en pugna y la correlación entre ellas, mediante las exigencias, consignas, capacidad de movilización, avances concretos y estado de ánimo posterior a la marcha del primero de mayo, sobre la base de tales elementos podemos clarificar a qué nivel se está desarrollando la lucha de clases y hacia dónde se dirige.
Después del primero de mayo debemos preguntarnos:
¿Quién avanzó y quien retrocedió?
¿Cómo de ahora en adelante seguirá el proceso de lucha económica y política?
Las respuestas a esas y otras preguntas nos llevan a ampliar el radio de acción y prepararnos para los futuros escenarios entre los cuales no podemos descartar la lucha directa contra el imperialismo y sus lacayos.
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