viernes, 28 de abril de 2023

EDITORIAL ABRIL 2023

El Marxismo Leninismo nos permite valorar los fenómenos que acontecen, descifrar las causas profundas de los hechos, y plantear las acciones a desarrollar, haciendo posible ver el significado de las guerras de agresión focalizadas, que promueven los países imperialistas contra los países dependientes para apropiarse de sus riquezas y de áreas estratégicas, entendiendo que también se producen pugnas que van en aumento entre los imperialistas, lo que les lleva a choques y aglutinamiento en bloques imperialistas como expresión natural de la lucha por un nuevo reparto del mundo entre potencias imperialistas.

Esas confrontaciones pueden asumir el carácter de enfrentamiento en el terreno económico, tecnológico, comunicacional o militar, de allí que en los actuales momentos podamos ver una ofensiva imperialista a nivel global, con movimientos acelerados de reorganización, causados por la necesidad de preparar las condiciones para los nuevos escenarios.

Una de la tarea urgente del capital es aumentar su cuota de ganancia, lo que implica, en primer lugar, una arremetida contra los explotados, que en medio de las confrontaciones entre imperialistas vamos perdiendo derechos, ya que para el régimen de producción capitalista solo requerimos lo necesario para producir y reproducir la fuerza de trabajo, demostrándose la indudable vigencia de la teoría, ciencia e ideología del proletariado, para comprender de forma más clara los hechos de la realidad, sino además crear las condiciones organizativas, estratégicas y tácticas para asumir la lucha contra el enemigo de clase y con ello la liberación de los explotados por medio de la acción revolucionaria y la ruptura con la ideología burguesa, elevando a la vez al proletariado de clase en sí a clase para sí por medio de la organización revolucionaria propia.

El avance y mayor agresividad de la burguesía, los monopolios y del imperialismo, como su expresión concentrada, se genera producto del desenvolvimiento propio del modelo capitalista: las crisis cíclicas, de superproducción relativa, que se hacen más frecuentes, extensas y profundas llevan a la dirección de los grandes monopolios, que controlan la economía y política mundial, basando su accionar en el aparato industrial – militar como fórmula probada para aumentar sus ganancias, destruir fuerzas productivas y enfrentar a su contendor imperialista,  a la clase obrera, que es su verdadero enemigo estratégico.

Ningún país del mundo queda a salvo de la arremetida del capital contra el trabajo, que en su ofensiva por tratar de aumentar la cuota de ganancia, lleva la plusvalía a niveles nunca antes vistos, aplicando fórmulas extremas para bajar el precio de la fuerza de trabajo, recurriendo a la fascistización, con una feroz arremetida económica, política, ideológica y hasta militar en la forma de una guerra multidimensional contra la clase obrera a nivel global, que obliga al proletariado a movilizarse en defensa de sus derechos y prepararnos para una larga lucha.

A pesar de las contradicciones interimperialistas, que están presentes en la forma de lucha entre dos bloques que copan el escenario mediático, no podemos olvidar que la lucha de fondo está dirigida contra los trabajadores, a los cuales se pretende arrancar todas las conquistas obtenidas en siglos de lucha, derechos que en la actual fase de desarrollo la burguesía considera un exabrupto y ha planteado eliminarlos.

Cada día es más visible, hasta en los propios medios de comunicación de los imperialistas, el problema económico del modo de producción capitalista y las consecuencias de desigualdad, pobreza extrema, migración y conflictividad social que existe en el mundo, y que empuja a los oprimidos a reclamar, en primer momento se mantengan las condiciones del pasado, del llamado "estado de bienestar" lo que fue solamente una trampa para convencer a los trabajadores que el capitalismo era mejor que el socialismo, pero una vez impuesto el modelo capitalista en todo el mundo ahora vienen por los derechos conquistados en el pasado y la clase obrera tendrá que asumir la dura realidad que obliga a organizarse y pelear para un nuevo ascenso de lucha contra el capitalismo y por la construcción del socialismo. 

En esta nueva etapa de confrontación que está en desarrollo, los Marxista-Leninistas estamos obligados a consolidar nuestras organizaciones y elevar el nivel político para colocarnos a la cabeza de las acciones revolucionarias como los más decididos y consecuentes luchadores contra el imperialismo y su sistema de opresión, generando una política de Unidad, Alianzas y Acuerdos con todas las organizaciones e individualidades dispuestas a organizarse para enfrentar al enemigo común.

¡El socialismo solo se construye son la alianza obrero campesina en el poder y el pueblo en armas!

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