sábado, 10 de septiembre de 2022

EDITORIAL SEPTIEMBRE 2022

La economía mundial se dirige de manera acelerada a una nueva crisis ya que las recetas aplicadas por el bloque imperialista EEUU- UE para tratar de evitar el avance del bloque china – Rusia han acelerado el ciclo económico, amenazado con pasar por sus fases tan rápidamente que en pocos meses parece que tendremos una nueva crisis económica mundial, ratificando que el tiempo entre una crisis y otra se acorta.

Haber llevado la OTAN a la zona roja de Rusia y provocar a china en Taiwán perseguir enredar a esas potencias en conflictos en sus fronteras y “fijarlas” en esa áreas de influencias para frenar su expansión en otras zonas, buscando evitar sigan ampliando influencia en un nuevo reparto del mundo, con estas maniobras el bloque imperialista EEUU- EU tratar de distraer a sus oponentes y quedar libre para actuar libre en el resto del orbe entregando armas y soportes técnico a sus socios, pero sin exponer sus soldados, lo que implica un nuevo modo de intervención, diferente al aplicado en otros países, como Irak o Afganistán.

Tal jugada va provocando problemas muy graves a la economía mundial, que está amenazada con pasar en el próximo invierno, de una recesión a la depresión económica, con conflictos sociales, ya que no les será fácil seguir conteniendo a una población que pierde derecho aceleradamente y que deberá salir a las calles a protestar contra tan nefastas políticas.

Es evidente que los dirigentes del bloque imperialistas EEUU-UE quieren librarse de los nexos del gas y petróleo ruso, pero al no conseguir un sustituto barato en el corto plazo, estarán provocando una situación muy delicada para su propia economía, en especial en Europa, con impactos en la economía global, generando una efecto boomerang en su propia población.

La burguesía como clase está transfiriendo, como siempre, los costos al proletariado; el mecanismo es una rebaja de salarios y eliminación de derechos con la justificación de la crisis, pandemia y guerra, provocadas estas por ellos mismos.

Han arremetido contra el proletariado, que esta desorganizado y ve perder hasta sus ilusiones, mientras las ganancias de los grandes monopolios aumentan, lo que desnuda el carácter de clase de las políticas aplicadas y obliga a la dirección revolucionaria y de izquierda a prepararse para organizar las próximas manifestaciones de descontento que irán en ascenso de aquí en adelante.

No solo los pueblos y los países dependientes están viviendo penurias, como sabemos el capital no tiene patria ni respecto a las fronteras, por esa razón también en esos países imperialistas el proletariado igual ha sufrido la baja del salario real y pérdida de derechos en un modelo de explotación intensiva que lleva a las mayorías a una vida de subsistencia mientras los grandes capitales acumulan plusvalía a un ritmo acelerado, siendo inocultable que capitales del bloque EEUU-EU o de china y Rusia aprovechan de acumular ganancias gracias a un aumento de la tasa de plusvalía producto de la mayor explotación de la clase obrera en esos países, y en todo el mundo, aprovechando las guerras y enfermedades para amedrentar a los trabajadores.

Nos han dicho los clásicos que el imperialismo es la fase superior del capitalismo y es un tiempo de guerras y revoluciones, las guerras las estamos viviendo, nos toca organizar las revoluciones en todas sus partes.

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