jueves, 31 de marzo de 2022

EDITORIAL ABRIL 2022

Avanza por diversas regiones del mundo la lucha entre los bloques imperialistas; uno, tradicional, en declive tratando de mantener su control "unipolar" y el otro, emergente, aunque con el mismo objetivo de dominio económico insiste en la posibilidad avanzar en el nuevo reparto por medio de acuerdos, que no borran el escenario de la guerra mundial, pero lo pueden postergar mientras el bloque emergente sigue ampliando su presencia y consolidando sus fuerzas productivas.

Un punto intermedio antes de la guerra mundial son las guerras locales, como la de Siria o Yemen, los enfrentamientos, aún en el terreno de la influencia política y económica en África, Latinoamérica o el medio oriente.

Otro es la guerra que se libra en Ucrania, los contendores principales parecen ser Rusia y Ucrania, pero eso es sólo para los medios de comunicación pro OTAN, porque todos podemos darnos cuenta que esa pelea es entre el bloque imperialista EEUU-UE y el bloque China-Rusia que van dando respuesta ante los avances agresivos y las provocaciones. En el fondo el objetivo son las grandes riquezas de ese territorio, que por cierto siempre ha sido centro de confrontación.

En estos momentos se rompe y reconstruye el equilibrio entre los bloques imperialistas y sus componentes, pero ese equilibrio es temporal porque el bloque imperialista EEUU-UE está en descenso mientras el bloque China-Rusia va en crecimiento, por eso podemos ver una política de provocaciones que lanza EE.UU. tratando de arrastrar a sus socios de la U.E. hacia el enfrentamiento y la ruptura definitiva con China y Rusia como forma de garantizar la lealtad ante voces de diálogo que surgen desde Alemania, Francia y otros países para defender sus economías nacionales del posible desastre de la total ruptura con Rusia, ya que desde el punto de vista energético y alimentario la conexión es muy profunda y el riesgo demasiado alto para ir a una guerra total.

Podemos precisar un mapa mundi y ver cómo junto a la lucha por Ucrania, se está librando escaramuzas declarativas por Taiwan, entre China y EE.UU. En Yemen, así como en Siria y Afganistán, pero además en Europa del este Polonia, Estonia, Letonia y Lituania están próximas a involucrarse mientras por otro lado la India y la República Popular Democrática de Korea se colocan en alerta.

Junto a las contradicciones interimperialistas se van agudizando también la contradicción entre las potencias dominantes y los países dependientes que miran la posibilidad de tener una posición soberana, aprovechando el gran conflicto que se avecina y donde sus recursos son apetecidos por ambos bloques imperialistas, mientras la clase obrera, que es quien paga con creces, incluso con la vida, los efectos de la crisis económica, la pandemia y la guerra, se prepara para exigir mejoras en las condiciones de vida y su vanguardia sabe que en la confrontación debe diseñar mecanismos para avanzar.

En América latina las amenazas de los EE.UU no son nuevas lo que difiere es que ahora hay un avance de proyectos democráticos con algunos tintes de independencia y por lo tanto la forma de actuación cambia en relación a otras épocas, pero eso no niega su intento de imponer de nuevo las tesis del destino manifiesto y el patio trasero.

Es muy importante resaltar como, en medio de la confrontación, el discurso abiertamente fascista va creciendo, especialmente en Europa y otras partes del mundo hasta llegar la prohibición de la señal de algunos medios de comunicación, la xenofobia, la reivindicación de referencias nazis, la movilización de individuos de extrema derecha hacia Ucrania para colocarse bajo las banderas del fascismo, que valga decir, fue defendido sin ningún rubor por el gobierno de Ucrania y EE.UU en la ONU a propósito de una solicitud de pronunciarse contra el nazismo.

Ante esta situación la clase obrera y los pueblos deben levantar con orgullo la bandera roja de la liberación y retomar la lucha por la construcción del Frente Popular como instrumento de probada eficiencia en la lucha contra la amenaza fascista que se extiende por el mundo.

En América latina los avances democráticos van permitiendo que incluso en Colombia, con una oligarquía de las más rancias de la región, lacaya total de los gringos, vayan avanzando posiciones democráticas al punto de que los pasos del candidato Petro hacia la presidencia son cada día más firmes y cuenta con el apoyo de diversas tendencias de izquierda de ese país, donde el pueblo ha elevado su conciencia, dirigiéndose hacia un gran frente electoral de amplia participación.

Este fenómeno así como los procesos de Chile y Honduras, junto a los movimientos antifascistas que se abren paso entre las masas brasileñas perfilan un escenario muy importante para las ideas revolucionarias, si somos capaces de aprovechar las condiciones de lucha que indudablemente se dan por medio de las diversas contradicciones en auge en el mundo, sabiendo que la socialdemocracia no podrá cumplir con las expectativas de los pueblos, por lo que el papel de los revolucionarios marxista leninistas en consolidar la organización y movilización de masas será decisivo para avanzar  en el futuro hacia objetivos verdaderamente democráticos de liberación nacional y construcción de la democracia popular rumbo al socialismo.

En el caso particular de Venezuela la visita de altos personeros del departamento de Estado ha levantado mucho revuelo. Lo cierto es que han obtenido la liberación de dos ciudadanos detenidos en nuestro país y han dejado una estela de rumores sobre otros temas, principalmente energéticos, que pudieron ser abordados.

Sabemos que la política de EE.UU no es de pedir favores y si vemos como es su comportamiento en relación a los países dependientes por lo que podemos inferir que detrás de esa "visita" subyace una amenaza que estuvo acompañada de maniobras militares con el ejército colombiano y la presencia de un submarino nuclear en la zona.

La ida de la vicepresidenta a Turquía y su reunión con Lavrov demuestra el nivel de relaciones del gobierno nacional con el bloque China-Rusia y permite inferir hasta donde puede ser lo complejo del momento político.

En ese delicado escenario mundial, con reales amenazas de guerra, corresponde a los marxista-leninistas, a los revolucionarios en general y a lo más avanzado de los pueblos trabajar por consolidar nuestras organizaciones a nivel nacional e internacional  aprovechando las experiencias del pasado y el valor de las propuestas de la Internacional Comunista para abordar la amenaza fascista, hoy en ascenso, por medio del Frente Único del proletariado y Frente Popular como instrumentos fundamentales para los próximos tiempos.

EL SOCIALISMO SÓLO SE CONSTRUYE CON LA ALIANZA OBRERO CAMPESINA EN EL PODER Y EL PUEBLO EN ARMAS.



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