domingo, 19 de septiembre de 2021

EDITORIAL AGOSTO 2021

 


El movimiento revolucionario de América Latina atraviesa otro momento importante en el desarrollo de las luchas.

Históricamente hemos pasado varios momentos: La introducción de las ideas marxistas y la creación de los primeros partidos en el primer tercio del siglo XX; la difusión de las ideas marxistas y su enraizamiento en el pueblo, una oleada revolucionaria armada entre los años 60 y 80 del siglo pasado, acompañada de una intensa lucha ideológica que condujo a los partidos marxista leninistas como reacción al revisionismo krushevista, el surgimiento del maoísmo y la evidencia de su carácter revisionista, las tendencias foquistas y la respuesta desde Albania, después de todo esto, una crisis en el movimiento comunista que se ha ido superando progresivamente aunque en medio de una feroz ofensiva ideológica que los marxista-leninistas estamos enfrentando logrando la consolidación de una real presencia en las luchas populares, que sin asumir aún la dirección política de las masas por medio de la acción de gobierno, implican un posicionamiento de las ideas marxistas en los combates que libran los pueblos contra el imperialismo y el capital.

Estos procesos han estado cruzados también por la lucha contra diferentes tipos de desviaciones y deformaciones dadas por la influencia de ideas burguesas y pequeño burguesas que tratan de incluir visiones ajenas al proletariado en el seno de los explotados y de sus partidos, por lo cual la lucha ideológica no cesa, expresándose en las posiciones de cada partido y sus cuadros a nivel nacional e internacional.

Muchas de esas tendencias que incluyen posiciones sectarias, reformistas y el infantilismo de izquierda son revisionistas, ya que parten de un análisis interesadamente modificador del marxismo, que pretende llevar a una revisión de las bases revolucionarias para "adaptarlas a la realidad" buscando amoldarse y agradar a las estructuras formales de poder bien sean legales, militares o económicas así como a la pequeña burguesía o a sectores atrasados de las masas.

Estas desviaciones son expresión de tendencias que pretenden justificar su inconsecuencia en un supuesto nuevo paso hacia el desarrollo del marxismo, pero realmente reflejan la influencia de la ideología burguesa dentro del proletariado llevando la confusión teórica y práctica, así como el divisionismo, al seno del movimiento obrero teniendo como objetivo, bien sea consciente o inconsciente, el debilitamiento del movimiento proletario ya que al promover ideas ajenas a éste y rechazar la praxis histórica, la disciplina y la consecuencia marxista leninista abren espacio para la instauración del pragmatismo, el reformismo y el espíritu de grupo propios de la falta de estudio y profundidad ideológica que son totalmente contrarios al materialismo dialéctico.

Estas debilidades afectan principalmente a quienes colocan en primer lugar una visión localista, limitada y la búsqueda de formas negociadas para solventar los problemas; sus crisis económicas o ideológicas los llevan a abrazar el revisionismo mientras abren las puertas a las justificaciones de su falta de solidez, que explica los cambio abruptos de posición, pasando de apoyo irrestricto al reformismo, a la oposición extrema, de acuerdo a las maniobras electoreras y la obtención o no de beneficios inmediatos.

En muchos de nuestros países en los últimos años ha habido avance de movimientos de masas que han llegado incluso al gobierno, con ellos van las ideas de la pequeña burguesía principalmente. Esto es un progreso en relación a los gobiernos proyanquis y reaccionario, dictatoriales, militares y represivos de ultra derecha de épocas pasadas, pero no pueden ser confundidos como verdaderas fuerzas revolucionarias, aunque se consideren así mismos como tales o reivindiquen discursos de lo que genéricamente se denomina izquierda.

Comprender esa realidad, como las posibilidades y limitaciones de tales procesos es muy importante para no ir de un extremo a otro y poder continuar en la acumulación de fuerzas para el crecimiento del movimiento marxista leninista en medio de la lucha contra el imperialismo que es sin dudas el enemigo común.

Desde el año 2020 se dio un importante reinicio de luchas en las cuales en mayor o menor grado los marxista-leninistas hemos dado nuestro aporte, entendiendo que hay un peligro principal al que debemos enfrentar junto a las fuerzas más avanzadas de la sociedad consolidando los planteamientos de la Internacional Comunista como el Frente Popular.


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