AUTOR: J. Jaramillo.
Hay un texto denominado: Salario, Precio y Ganancia, del Camarada Karl Marx, en esa literatura, el maestro del proletariado señala algunas orientaciones muy interesantes y oportunas para el estudio, análisis y reflexión para la clase obrera, que está en constante estudio y debate sobre el tema del salario.
Así que, a continuación, se presentan algunos pasajes o fragmentos de esta Literatura:
“Estas pocas indicaciones bastarán para poner de relieve que el propio desarrollo de la moderna industria contribuye por la fuerza a inclinar la balanza cada vez más en favor del capitalista y en contra del obrero y como consecuencia de esto, la tendencia general de la producción capitalista no es elevar el nivel medio de los salarios, sino, por el contrario, a hacerlo bajar, osea, a empujar más o menos el valor del trabajo a su límite mínimo"
Siendo tal la tendencia de las cosas en este sistema, ¿quiere esto decir que la clase obrera debe renunciar a defenderse contra las usurpaciones del capital y cejar en sus esfuerzos para aprovechar todas las posibilidades que le ofrezcan para mejorar temporalmente su situación? Si lo hiciese, veríase degradada en una masa uniforme de hombres desgraciados y quebrantados, sin salvación posible.
Creo haber demostrado que las luchas de la clase obrera por el nivel de los salarios son episodios inseparables de todo sistema del trabajador asalariado, que en el 99 por 100 de sus esfuerzos por elevar los salarios, no son más que esfuerzos dirigidos a mantener en pie el valor dado del trabajo, y que la necesidad de forcejar con el capitalista acerca de su precio, va unida a la situación del obrero, que le obliga a venderse a sí mismo como una mercancía. Si en esos conflictos diarios con el capital cediesen cobardemente, se descalificarían sin duda para emprender movimientos de mayor envergadura.
La clase obrera no debe exagerar a sus propios ojos el resultado final de estas luchas diarias. No debe olvidar que lucha contra los efectos, pero no contra las causas de estos efectos; que lo que hace es contener el movimiento descendente, pero no cambiar su dirección; que aplica paliativos, pero no cura la enfermedad.
No debe, por tanto, entregarse por entero a esta inevitable lucha guerrillera, continuamente provocada por los abusos incesantes del capital o por las fluctuaciones del mercado.
Debe comprender que el sistema actual, aun con todas las miserias que vuelca sobre ellas, engendra simultáneamente las condiciones materiales y formas sociales necesarias para la reconstrucción económica de la sociedad. En vez del lema conservador de “Un salario justo por una jornada de trabajo justo”, deberá inscribir en su bandera esta consigna revolucionaria. "¡Abolición del sistema del trabajo asalariado!"
Para culminar estas orientaciones, el camarada Karl Marx concluye diciendo:
1.- Una subida general de los tipos de salarios acarrearía una baja de la cuota de ganancia, pero no afectaría, en términos generales, a los precios de las mercancías.
2.- La tendencia general de la producción capitalista no es a elevar el promedio estándar del salario, sino a reducirlo.
3.- Las trasdeuniones, trabajan bien como centros de resistencias contra las usurpaciones del capital. Fracasan, en algunos casos, por usar poco inteligentemente su fuerza. Pero en general, fracasan por limitarse a una guerra de guerrillas contra los efectos del sistema existente, en vez de esforzarse, al mismo tiempo, por cambiarlo, en vez de emplear sus fuerzas organizadas como palanca para la emancipación final de la clase obrera; es decir, para la abolición definitiva del sistema asalariado.
(Todos los pasajes o fragmentos son de las páginas 73 y 74 de la edición en físico de la literatura Salario, Precio y Ganancia).
A través de estos fragmentos, podríamos reflexionar, que en el caso de Venezuela hoy día, con el desarrollo concreto y práctico de las causas y consecuencias de las pugnas entre los bloques imperialistas, especialmente la agresión directa del Bloque Estados Unidos / Unión Europea, el proceso de negociación entre la Burguesía y la Pequeña Burguesía, y la debilidad en agrupar la fuerza del movimiento revolucionario de izquierda, nuestro Partido debe redoblar los esfuerzos, para continuar educando a la clase obrera de forma PERMANENTE, DISCIPLINADA en la teoría científica marxista leninista, y en la lucha diaria, con el objetivo de deslastrar del movimiento obrero, las tendencias nocivas como el reformismo, el revisionismo y el oportunismo; estas tendencias NO le permiten a la clase obrera, al proletariado, avanzar hacia el objetivo estratégico, que es la toma del Poder.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario