jueves, 26 de octubre de 2023

EDITORIAL OCTUBRE 2023

Este mes de octubre se conmemoran 106 años de la Gran Revolución Socialista de Octubre, revolución dirigida por los bolcheviques con el firme liderazgo de Lenin a la cabeza.

Esta gran acción heroica del proletariado hizo pasar a la sociedad rusa, y de otros países ubicados en su periferia, del capitalismo monárquico y los rezagos feudales al socialismo en pocos años, demostrando que la expansión de la revolución es posible desde un país de vanguardia hacia otros, avanzando rápidamente en la ampliación de área de influencia si aplican la táctica y estrategia marxista leninistas.

La primera guerra mundial fue un detonante de ese proceso revolucionario, siendo aprovechada por los revolucionarios rusos para destruir la sociedad que mezclaba lo feudal y capitalista, dirigida por los zares, y comenzar la construcción de una sociedad sin explotadores.

El aprovechamiento de las condiciones generadas por la crisis capitalista, que con su nefasta carga de males oprime más fuertemente al proletariado, fue valorado por Marx, Engels, Lenin y Stalin, quienes estuvieron muy claros de la relación entre la economía, la guerra y la revolución, diseñando y aplicando la praxis de la revolución proletaria.

El proceso de divulgación de este conocimiento científico que nos explica hoy la relación entre el imperialismo, el papel dominante de sus monopolios en las crisis económicas y como consecuencia de estas, las guerras y la revoluciones, es muy importante para prepararnos hacia los violentos escenarios que se van agudizando.

Las acciones de los monopolios, destinadas a aumentar sus ganancias en medio de la crisis general del capitalismo, cuando las mayorías populares hemos empeorado nuestras condiciones de vida, conduce a agudizar la lucha de clases, las movilizaciones y protestas, con ellas las guerras y revoluciones.

Los procesos de guerras imperialistas que hoy se viven el Europa del este, África, Palestina, Taiwan y Corea, que expresan la lucha violenta entre los peones de dos bloques imperialistas confrontados, son apenas la expresión de guerras más cruentas que se pueden avecinar si no llegan a un reparto "Pacífico" que implicaría negociarnos.

Además de tantear el terreno y medir fuerzas para definir la forma del nuevo reparto, la guerra es la opción de las potencias imperialistas en crisis para solventar sus problemas económicos, ya que al promover la guerra destruyen fuerzas productivas y garantizan un flujo inmenso de capital desde el Estado hacia el aparato industrial militar, que cada día tiene que proveer de municiones, armas, equipos tecnológicos y logística a millones de hombres movilizados para una guerra donde el proletariado no tiene nada que ganar.

Ya los bolcheviques nos demostraron cuál es el camino al poder, por eso es importante estudiar esas experiencias, consolidar y ampliar el Partido marxista leninista, movilizar las masas con acciones políticas, voltear las armas contra los capitalistas y avanzar en el camino de la revolución proletaria y el Socialismo, sin dejarnos encandilar del oportunismo o la socialdemocracia, que con sus migajas busca someter a las fuerzas populares para quitarles el ímpetu de clase y colocarla a la cola de los intereses de la fracción de la burguesía emergente que aspira seguir explotando a los obreros por siempre.

Los fenómenos violentos que promueven los imperialistas usando sectas religiosas extremistas y reaccionarias en el medio oriente u otras regiones necesariamente serán usados por los imperialistas como cobertura para seguir su lucha por repartirse el mundo de forma agresiva y criminal, mientras tratan de atraer a los pueblos a una carnicería entre explotados, a quienes los dueños del poder quieren manejar como títeres en beneficio de los monopolios imperialistas que hacen negocios con el hambre, la necesidad y la muerte de las mayorías populares que son empujadas al fanatismo agresivo por medio de los aparatos mundiales de guerra que venden armas y propaganda manipulada mientras se roban las riquezas de los pueblos.

Ante este panorama no queda más opción que denunciar las políticas guerreristas y criminales del imperialismo y organizar la lucha para llevar a los pueblos a un nivel de conciencia materialista dialéctica que pueda confrontar con todas las manipulaciones de la burguesía y derrotarla definitivamente.

¡EL SOCIALISMO SOLO SE CONSTRUYE CON LA ALIANZA OBRERO CAMPESINA EN EL PODER Y EL PUEBLO EN ARMAS!




















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