lunes, 12 de diciembre de 2022

RESOLUCIÓN DEL VII PLENO DEL COMITÉ CENTRAL DEL PCMLV 2022

Los frentes de guerra siguen expandiéndose por diversos puntos en el mundo auspiciados    por los bloques imperialistas, en el marco de la agudización de las contradicciones interimperialistas. Estos bloques desatan su violencia sistemática en diferentes puntos geográficos y destruyendo las condiciones de vida de millones de trabajadores con una voracidad de enormes dimensiones.

Para los imperialistas, una de las formas de superar los efectos de las crisis cíclicas del capitalismo es  la activación de la industria de la guerra, una de las tácticas muy efectiva por demás para aumentar la tasa de plusvalía. Los conflictos se expanden a diferentes territorios, los bloques imperialistas impulsan el complejo industrial militar para poder responder a los conflictos que han generado y contribuido a llevar a los máximos niveles de contradicción al mismo tiempo que aprovechan para probar sus más sofisticados armamentos sobre la piel de miles de proletarios que se ven sometidos a los horrores de un fenómeno tan terrible como la guerra.

Algunos países de la UE han expuesto que el suministro de armas a Ucrania ha causado una sensible disminución de sus arsenales de armamentos, este elemento nos muestra con claridad el camino trazado por los círculos imperialistas para la reactivación del complejo industrial militar que describíamos en líneas anteriores, en otras palabras el anuncio de la disminución de los arsenales militares es el preludio del aumento de la venta de armamento y por ende de enormes ganancias para los capitalistas que controlan la industria militar.

Cada bloque imperialista mueve sus piezas en el tablero de lo económico, político, diplomático y militar, impone sus medidas a través de diferentes mecanismos para debilitar la posición contraria con el firme propósito de quedar en la mejor posición en favor de sus intereses, tal es el caso de las sanciones que se aplican mutuamente los países imperialistas para contener y derrotar a sus adversarios de turno.

Hemos vivido un año marcado por la guerra en Ucrania, conflicto expresión de las contradicciones interimperialistas donde se ha concentrado gran parte de recursos, cada bando promoviendo diversas tácticas para asegurarse ventaja en su carrera por repartirse el mundo, extraer la plusvalía al proletariado al catalizar las acciones del complejo industrial militar, a la vez que conquista nuevos territorios configurando al mismo tiempo nuevas rutas comerciales al tiempo que trata de consolidar las que tiene bajo sus dominios.

Los bombardeos realizados por el Ejército de Ucrania y la OTAN a la zona del Dombas así como los bombardeos realizados por el ejército de Rusia a territorio de Ucrania, deteriora aceleradamente las condiciones de vida de los habitantes de estos territorios, pues no solo se afectan a objetivos militares en estas acciones sino también los servicios como el eléctrico y el suministro de agua, es pues, un fenómeno que tiende a tratarse de manera eufemística como daños colaterales. En el caso del pueblo de Ucrania, además, tiene la tragedia de estar bajo, el yugo de un régimen fascista que promueve abiertamente las políticas más reaccionarias. El gobierno de Ucrania ha propiciado que este país se haya convertido en un bastión del fascismo que reúne a fuerzas mercenarias internacionales, apegadas a esta política reaccionaria.

La cumbre del Cambio Climático 2022 una muestra del doble rasero del capitalismo. 

Otro escenario en el cual se pone de manifiesto la pugna imperialista fue la cumbre climática, momento propicio para verificar las artimañas de los principales países imperialistas, responsables a su vez de los altos niveles de contaminación ambiental, para señalar y caracterizar la situación sin tocar la esencia del problema, sin cuestionar la voracidad del sistema capitalista, salvo excepciones que se han quedado limitadas a intervenciones contundentes, pero que no vislumbra mayores posibilidades de cambio en el terreno de lo práctico.

Los objetivos para poder superar la situación crónica en cuanto a las condiciones del planeta y un adecuado equilibrio del sistema ambiental no es posible en el sistema capitalista de forma general, cuya esencia exige sacrificar la vida de millones de seres humanos y la del planeta mismo para que unos pocos burgueses dueños de medios de producción obtengan grandes beneficios en su favor. Queda en evidencia que la preservación de la vida en el planeta encuentra en el modo de producción capitalista su gran adversario.

Las fuerzas de extrema derecha aceleran su marcha en el campo político internacional.

Los avances experimentados en 2014 en Ucrania por expresiones políticas que se identificaban abiertamente con el fascismo no fue un hecho fortuito, es resultado de una política sostenida por parte  de algunos círculos imperialistas que ven en esta forma de Estado Capitalista la más adecuada para neutralizar el movimiento proletario que reacciona para enfrentarse a los explotadores imperialistas y rechazar sus políticas de agresión contra los pueblos que no son sumisos a las políticas imperialistas

En este sentido, cabe mencionar que en Europa, durante el año 2022, se ha experimentado la continuidad, fortalecimiento y expansión de los partidos y movimientos fascistas, estos han logrado captar parte del descontento popular ocasionado por efectos de la crisis económica de años anteriores catalizados además por la pandemia del Covid 19 y los mecanismos empleados por los gobiernos para evitar una movilización masiva en primeros momentos de la población en el marco de la agudización de la crisis. 

Mientras en América Latina durante el año 2022 se experimentó un nuevo avance de las organizaciones de izquierda y progresistas en el marco de eventos electorales, en Europa se experimentaban expresiones de resurgimiento de las organizaciones fascistas. Este fenómeno no debe ser descuidado en su atención por las organizaciones revolucionarias en general y las marxistas leninistas en particular, pues sabemos que en el marco de las consecuencias de las crisis del capitalismo y su consecuente agudización de las contradicciones de clase se va forjando situaciones que nos llevan a decantar entre revolución proletaria o fascismo.

He aquí el gran peligro para la humanidad en los actuales momentos, las organizaciones fascistas experimentan un reimpulso de su actividad, logran hacerse del respaldo de parte de las masas que debido al deterioro acelerado de sus condiciones de vida son presas de la desesperación lo que sumado a una débil o inexistente dirección u orientación de las organizaciones revolucionarias las hace más susceptible a los engaños de los factores fascistas. Esto requiere de las fuerzas revolucionarias una atención y particularmente de los marxistas leninistas, que entendiendo lo importante y decisivo de los actuales momentos, debemos asumir con mayor beligerancia las acciones en el escenario de la movilización popular y hacernos de una manera eficaz con la dirección de las amplias masas derrotando las posiciones oportunistas que dispersan, confunden y debilitan al movimiento revolucionario.

América Latina

Con respecto a América Latina cabe destacar que ha sido un año en que las fuerzas progresistas y revolucionarias han experimentado avances en el marco del escenario electoral y de la lucha popular. Los triunfos de Lula en Brasil y Gustavo Petro en Colombia fueron precedidos por la construcción de espacios para avanzar en el fortalecimiento de la unidad en torno al proyecto político Cabe destacar que un triunfo inédito de la izquierda en Colombia luego de toda una jornada de movilización popular en el 2021 envía un mensaje de la disposición de parte del pueblo de Colombia de avanzar en cambios políticos que van conformando un escenario donde las fuerzas revolucionarias y progresistas pueden avanzar en conquistas de espacios democráticos que permitan fortalecer y consolidar las iniciativas de transformación social. Es una oportunidad para las organizaciones revolucionarias de potenciar su expansión y despliegue de su propuesta política, claro está entendiendo que fenómenos como el paramilitarismo sigue operando y siendo un factor de mucho peligro para todas las iniciativas revolucionarias.

Asimismo, en Brasil, la vuelta a la presidencia de Lula Da Silva da una nueva perspectiva de acción política a los movimientos revolucionarios y progresistas, aun tomando en cuenta el carácter reformista de la Propuesta de Lula. Sin embargo, lograr derrotar a un elemento como Bolsonaro identificado con posiciones fascistas lo valoramos de manera positiva para el movimiento revolucionario en ese país y América Latina.

Por supuesto, hay que decir que en ambos casos, Colombia y Brasil, las organizaciones contra revolucionarias de carácter fascista que en el caso de Colombia se organizan como paramilitares no han desaparecido ni mucho menos del escenario político, siguen allí presenta, tienen una fuerza que obliga actuar con precisión y consecuencia revolucionaria. El desgaste en tiempo de estos gobiernos les exige construir un respaldo sólido desde las fuerzas populares como garantía de sobrevivir a las seguras embestidas de sus adversarios políticos respaldados por sectores de la burguesía reaccionarios. Las vacilaciones propias de estos gobiernos socialdemócratas que promueve la conciliación de clases en momento de agudización de las contradicciones que solo podrán ser superadas en favor de las mayorías explotadas y oprimidas si los marxistas leninistas logran avanzar y cumplir su papel en la construcción de caminos revolucionarios para superar al capitalismo en el marco de la liberación nacional y construcción del socialismo.

Los gobiernos calificados de progresistas en su composición de clase heterogénea experimentan una serie de contradicciones que llegados a un determinado nivel de desarrollo necesitan decantarse entre avanzar hacia la liberación nacional y el socialismo, o bien retroceder hacia las formas de gobiernos con políticas abiertamente neoliberales o incluso hasta el fascismo.

De ahí que nuevamente reivindicamos la importancia de impulsar nuestras propuestas con una mayor audacia y beligerancia desde las organizaciones Marxistas leninistas en los diferentes escenarios económicos, políticos, sociales donde se van a desarrollar  las contradicciones aquí expuestas.

Perú, nueva ofensiva de las fuerzas reaccionarias

La destitución de Pedro Castillo (golpe de Estado) ha llevado a una nueva agudización de las contradicciones políticas en el Perú. Luego de haber ganado las elecciones, Pedro Castillo fue sometido a constantes presiones, provocando permanentes vacilaciones de este a la hora de tomar importantes decisiones para poder ejecutar su programa de gobierno. Poco a poco se fue alejando de las aspiraciones de las fuerzas populares que le dieron el respaldo, el panorama político se fue configurando con   los sectores más conservadores y reaccionarios de la política peruana caracterizados por su servilismo y sumisión a los intereses del bloque EE.UU–UE encabezando iniciativas para declarar la vacancia presidencial. Ante esta situación, Castillo toma a decisión de disolver el Congreso.  Esta acción se presenta como una acción a destiempo, que tal vez aplicada en los primeros meses de gobierno y sumado a la convocatoria de las fuerzas populares para enfrentar el sabotaje de la derecha, hubiese configurado una acción política que habría sumado amplio apoyo popular. Aun así, en las últimas horas ha habido movilizaciones de calle de factores políticos exigiendo el regreso de Castillo, lo que pudiera decantar en situaciones de alto grado de conflictividad social.  

En este sentido, este momento es un escenario para que las fuerzas populares se movilicen evitando el avance de los sectores más reaccionarios, la dirección política de las organizaciones revolucionarias entendiendo la importancia del momento de seguro, levantaran las banderas que expresen propuestas que pongan el centro de las acciones políticas en mano de las mayorías explotadas y oprimidas. Esperamos que este escenario sirva para el avance de las fuerzas populares y no para el fortalecimiento y consolidación de las fuerzas contra revolucionarias.

Las consecuencias de la crisis y sus efectos en lo económico y político. 

Las afecciones de la crisis cíclica del capitalismo experimentada en 2019 y las afecciones de la pandemia han generado unas consecuencias particulares para que en este año 2022 importantes economías en el planeta hayan registrado un comportamiento negativo sostenido durante meses, lo que nos lleva a tener muy en cuenta el concepto de la depresión económica expuesta por el marxismo.

La importancia de esto estriba que en el marco de la Crisis General del Capitalismo, el proletariado aquejado por las terribles condiciones de vida legadas por la guerra imperialista, ha dejado en el plano de la realidad concreta como única alternativa llevar a cabo la revolución. Recordamos así la revolución Bolchevique llevada a cabo en el marco de la primera guerra mundial, donde bajo la dirección de Lenin el Partido Bolchevique comprendió con claridad las limitaciones que impone el Estado burgués a las masas proletarias que ven sus condiciones pauperizadas por consecuencia de la guerra imperialista y transcendió llevando a cabo la destrucción de este Estado. 

Así mismo, en el marco de la segunda guerra mundial y bajo la dirección de los Partidos Comunistas de la época, el proletariado de diferentes países llevo a cabo las llamadas revoluciones democráticas populares que derrotaron al fascismo impuesto a sangre y fuego sobre diversos países de Europa.

Ahora bien, resaltamos estos porque en el marco de la situación actual, donde como consecuencia de la guerra y la pandemia se habla de peligro de expansión de la hambruna a nivel mundial, así como el aumento de la inflación a nivel internacional, experimentando rubros como los alimentos un alza exponencial de sus precios. 

Por supuesto, los más perjudicados serán los millones de explotados y oprimidos que no tendrán más alternativas que romper las cadenas de explotación capitalista a través de una revolución, y para esto la existencia de Partidos Marxistas Leninistas fuertes, compenetrados con el proletariado y las amplias masas de manera eficaz y efectiva es un requisito indispensable.

Venezuela

Durante este año 2022 nuestro país experimentó en primeros meses del año una mejora de las condiciones económicas terriblemente pauperizadas, principalmente debido a las consecuencias del bloqueo ejecutado por el bloque imperialista EE-UU-UE, esto sumado a los efectos del covid-19, las políticas desacertadas del gobierno en lo económico, debilidad del movimiento revolucionaria, y la expansión de la corrupción a diferentes niveles de la sociedad.

Sin embargo, al final de este año vuelve a presentarse el desarrollo de un ciclo inflacionario (aunque no de las mismas magnitud de años anteriores) que en concreto ha vuelto a pulverizar el salario real de los trabajadores. Un ejemplo nos ayudará a ubicar la magnitud el impacto de este mecanismo de la burguesía para bajar los salarios. En marzo, cuando se decretó en aumento salarial, el salario mínimo se ubicó en 130 bolívares mensuales (un equivalente de 30 dólares) hoy con respecto al llamado dólar paralelo el salario mínimo es equivalente a poco más de 7 dólares mensuales. Si tomamos como referencia el dólar oficial del Banco Central de Venezuela (BCV) el salario mínimo sería equivalente a 10 dólares, como vemos, la diferencia no es significativa.

Con este mecanismo la burguesía ha logrado bajar en más de un 80% el salario de los trabajadores. 

Todo esto en el marco del desarrollo de los diálogos entre gobierno y oposición en el cual se han llegado a acuerdos entre las partes que están sentadas en la mesa de negociación. Tanto los voceros del gobierno como los voceros de oposición, a su modo, intentan proyectar que los resultados que se han obtenido en este proceso de diálogo benefician a las mayorías explotadas y oprimidas, exponen sus opiniones sobre la utilidad de estos acuerdos para el pueblo, aunque parte del pueblo cuestiona que el desarrollo de estas conversaciones están vinculadas de diferentes formas con el aumento de la inflación y especulación lo que directamente afecta de manera terrible a las mayorías explotadas y oprimidas. Entre estas exposiciones es necesario establecer la posición de los marxistas leninistas que seguros estamos de la necesidad de que el diálogo no genere conclusiones contra los intereses de la mayoría explotada y oprimida en la realidad concreta.

Ante esta situación, hasta el momento, desde el gobierno no hay acciones efectivas ni eficaces para palear este ataque contra los trabajadores. Igualmente, desde el movimiento sindical revolucionario las acciones siguen siendo tímidas, si mayor fuerza, mientras de parte de la oposición las acciones son aún dispersas, plagadas de oportunismo y demagogia. En general, los trabajadores carecen de una dirección orgánica, consecuente, revolucionaria y fortalecida, que además sea capaz de transcender de la lucha económica a la lucha política e ideológica. Estos nos obliga a los marxistas leninistas a redoblar  esfuerzos de manera urgente y con audacia para orientar a los trabajadores a superar las trabas impuestas por el reformismo, a identificar y rechazar las posiciones inconsecuentes de la socialdemocracia de izquierda y de derecha y poder avanzar en favor de la defensa de los intereses de clase en el marco de una lucha política revolucionaria.

Igualmente, hay que destacar la movilización de parte de las fuerzas populares para desarrollar debates sobre la propuesta de reforma de las leyes del poder popular. Estas acciones dan continuidad a diferentes acciones de debate político e ideológico que convocaron a las organizaciones obreras, campesinas y comuneras durante el año para el debate. Sin embargo, hay que resaltar que esta dinámica interesante por demás se ha visto limitada desde la social democracia y el reformismo al imponer una dinámica a estos procesos que lo dejan sometidos al rigor de requisitos legales, realizándose en buena medida  para cumplir metas a cumplir por las instituciones. Esto ha configurado una dinámica en la cual las organizaciones populares en buena medida quedan accionando en el marco de la lucha economicista, generando solo iniciativas reivindicativas, desplazando por momentos la lucha central, la lucha política ideológica, la lucha por la real transformación revolucionaria de la sociedad. Esto, sumado con la debilidad de la vanguardia revolucionaria, que en ocasiones solo queda limitada a contemplar el fenómeno, o bien en accionar en un radio de acción pequeño, con impacto real en las masas poco efectivo, genera condiciones para que la táctica reformista consiga asidero para seguir influenciando a las amplias masas y distraerlas del horizonte revolucionario.

Todo lo ante expuesto nos deja como conclusiones:

1) La guerra imperialista ha hecho aún más precarias de las condiciones de millones de proletarios, afectando la distribución de alimentos, destruyendo territorios y fuerzas productivas, que obliga al proletariado a organizarse para pelear por sus intereses y tener expectativas, las posibilidades de avanzar hacia la revolución socialista.

2) La necesidad del proletariado de organizarse para luchar contra el capitalismo en su etapa imperialista exige la existencia de partidos y organizaciones proletarias fortalecidas, con capacidad de dirección a las amplias masas para contribuir a los necesarios avanzar revolucionarios que exige el momento actual superando las limitaciones impuestas por el reformismo y el revisionismo con ímpetu revolucionario y audacia revolucionaria.

3) La crisis económica y la guerra han exacerbado las contradicciones propias de la época imperialista, de tal, modo que estas llegan a un nivel de desarrollo que no pueden obtener respuestas eficaces y efectivas desde la socialdemocracia, que ve agotado su papel de contener la agudización de las contradicciones de clase. Por lo tanto, la sociedad se orienta a definiciones de estas contradicciones que decantaran en revoluciones como respuesta de las fuerzas populares y las amplias masas orientadas por los revolucionarios, o imposición del fascismo por parte de las fuerzas reaccionarias que ven agotados sus mecanismos en el marco de la democracia burguesa.

4) Las fuerzas revolucionarias, y en particular los marxistas leninistas, debemos prepararnos porque las circunstancias a nivel mundial van configurando la situación que se desarrolla en el marco de la crisis general del capitalismo, es decir, los escenarios de posibles revoluciones o en contraposición de avance del fascismo de seguro se multiplicaran.

5) En el plano nacional se hace necesario mayor beligerancia de los ML en la discusión, propuestas, y acciones a orientar con precisión al proletariado en un momento donde los límites de la social democracia se expresan con claridad en la deficiencia e imposibilidad de dar respuestas efectivas y eficaces a las necesidades de los trabajadores sin afectar los intereses de la burguesía. El modelo socialdemócrata demuestra su imposibilidad de sostener beneficios a las mayorías, al tiempo que mantiene y otorga más beneficios y concesiones al gran capital. La resolución de este fenómeno exige un partido proletario con orientaciones pertinentes, adecuadas y acertadas para sumar victorias en favor de los explotados y oprimidos, que configure un panorama adecuado, necesario para avanzar en la lucha por la liberación nacional y el socialismo.

6) No es con los llamados emprendimientos que enfocan su atención y pone parte del peso del desarrollo de las fuerzas productivas en mano de la burguesía y pequeña burguesía y con iniciativas que impulsan es el beneficio individual que las mayorías explotadas y oprimidas se van a ver realmente beneficiados en sus intereses de clase. Para esto es necesario desarrollar el aparato industrial, la llamada industria pesada, lo que es esencial para poder aspirar de verdad a la transformación revolucionaria de la sociedad y caminar con rumbo firme hacia la liberación nacional y el socialismo.

EL SOCIALISMO SOLO SE CONSTRUYE CON LA ALIANZA OBRERO CAMPESINA EN EL PODER Y EL PUEBLO EN ARMAS.


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