lunes, 24 de julio de 2023

RESOLUCIÓN DEL XI PLENO DEL COMITÉ CENTRAL DEL PCMLV. Julio 2023

En el escenario mundial, las contradicciones propias de la época imperialista se multiplican, generando así diversas consecuencias en lo económico, político y social que en general caen sobre los hombros del proletariado.

La actual guerra en Ucrania, sucesora de grandes conflictos provocados por los imperialistas como la guerra en Irak y Afganistán, significa la continuación de la política desarrollada por estos, qué fieles a sus intereses ven en la guerra un excelente instrumento para someter a los pueblos a los más terribles mecanismos de explotación mientras garantizan enormes ganancias económicas, que a su vez serán aprovechadas para generar una mayor concentración de capital en las pocas manos de los consorcios capitalistas.

Los bloques imperialistas insisten en seguir utilizando al pueblo de Ucrania como carne de cañón, promoviendo a través de sus políticas y voceros una guerra que les ha dado buenos resultados en lo económico a estos bloques. Por ejemplo, el desarrollo de la guerra en Ucrania le ha significado grandes ganancias a todos aquellos factores vinculados al complejo militar industrial. Esto se entiende a partir del hecho de que la continuidad de la guerra significa la necesidad de comprar más equipos militares, la sustitución de viejos armamentos por nuevos, lo que en concreto implica millones de dólares en ganancia para la burguesía imperialista que controla este complejo industrial militar; todo esto a costa de la muerte de decenas de miles de explotados y oprimidos, quienes son las principales víctimas de estas guerras libradas por los bloques imperialistas para llevar a cabo el reparto del mundo.

Recientes declaraciones oficiales de voceros de los EE.UU son un sustento para lo expuesto en párrafos anteriores, ahí dejan en claro, sin ningún tipo de decoro, sus intenciones de continuar el suministro de armamento a Ucrania, dejando muy en claro su intención de continuar la guerra. Al mismo tiempo, los países de Europa involucrados en la OTAN hacen lo mismo, aprovechan de colocar una gran cantidad de su armamento, incluso aquellos considerados obsoletos, promoviendo así nuevas inversiones, reactivando así sectores de la economía que van de la mano con el complejo industrial militar.

Mientras el bloque China y Rusia junto a sus aliados promueven el desarrollo de espacios económicos para coordinar las fuerzas aliadas a sus objetivos y seguir avanzando en su propósito de tomar el control de las rutas económicas, al mismo tiempo que muestra músculo en el campo militar con jornadas de ejercicios militares y anuncio de fortalecimiento de su aparato militar. Dejando muy en claro también su intención de disponer de los más sofisticados y poderosos recursos militares para los escenarios militares que se están desarrollando.

Los EE.UU- UE con su brazo armado, la OTAN, en las últimas semanas concentraron parte de sus recursos   en el desarrollo de la llamada   “contraofensiva”, señalando que esta podía revertir algunos resultados adversos de la guerra. Sin embargo, estos solo demuestran que las condiciones se agudizan, que en el terreno, la superioridad aérea de Rusia, puesta en acción, inclina la balanza momentáneamente a su favor, mientras que el ejército de Ucrania espera por más ayuda de sus aliados.

Los imperialistas destruyen pueblos y desaparecen de la faz de la tierra a cientos de miles de personas en el desarrollo de sus conflictos armados, en ellos además obligan a participar a través de diversos mecanismos a los hijos del proletariado, quienes dejan su vida en el terreno por los intereses económicos de la gran burguesía.

Luego, incluso la hipocresía del gran capital toma cuerpo en acciones como la anunciada recientemente por el banco mundial. Institución que ha prometido 1750 millones de dólares, en ayuda para reconstruir Ucrania. Vale la pena preguntar ¿Quiénes serán los dueños de las contratistas que ejecutaran esta “reconstrucción” en lo concreto?, así es promueven la guerra para destruir la capacidad de las fuerzas productivas, y en su “regeneración”  consiguen enormes ganancias.

Hay que tener en cuenta además que acciones como estas se concretan bajo la figura de préstamos, y esto impulsa otra pregunta ¿Quién pagara al fin de cuentas esto? Y las respuestas van apuntando en la misma dirección, los pueblos en general y el proletariado en particular.

La forma como someterán a los pueblos para ubicar sobre sus espaldas las consecuencias de la guerra, los caminos que puede encontrar el capital financiero para aplicar su lógica especulativa, promoviendo la inversión de grandes capitales, incluso con alto riesgo de pérdida, eso es parte del objetivo de la conferencia sobre la recuperación de Ucrania que se desarrolla en Londres bajo los auspicios de la UE y Los EE.UU. en contraparte China- Rusia y sus aliados han apuntado por generar alianzas que garanticen su ascenso sostenido en la economía mundial promoviendo alianzas para golpear la hegemonía de su contrincante. Para esto multiplican y consolida su presencia en zonas como América Latina, siendo esto un desafío claro a los EE.UU en un territorio donde tradicionalmente había tenido la hegemonía en solitario por mucho tiempo.

Tal es parte de las características del reacomodo imperialista que en la actualidad está viviendo el mundo.

A la medida que las consecuencias de la guerra va golpeando las condiciones de vida de los pueblos con sus consecuencias, estos también reaccionan para pelear por sus condiciones; así pues, hemos visto las movilizaciones populares en varias ciudades de Europa.

América Latina

En el marco del reacomodo imperialista, América Latina ha experimentado una movilización de los voceros y representantes de los bloques imperialistas  hacia nuestro continente, con el propósito de asegurar su parte  en los acuerdos económicos y políticos. Desde los aliados relacionados con el bloque China-Rusia que visitaron la región abordando temas económicos, políticos, que en general son expresión de un ajuste a los movimientos expresión del reacomodo imperialista. Por otra parte, están los pueblos en general y el proletariado en particular con sus luchas, que se desarrollan exigiendo respuestas concretas a situaciones y problemáticas que afectan negativamente sus condiciones de vida, ubicando así, escenarios prácticos donde las organizaciones revolucionarias, entre ellos las marxistas leninistas que debemos actuar con sentido práctico e ímpetu revolucionario, apegados a las orientaciones y legado del marxismo leninismo para impactar de manera adecuada en las amplias masas cuya fuerza y respaldo es imprescindible para lograr avanzar en la lucha revolucionaria contra el imperialismo.

Esta conflictividad la experimentan a diferentes niveles y formas en países con gobiernos progresistas, democráticos, incluyendo el nuestro, que son gobiernos que se caracterizan por tener diferencias sostenidas con los   EE.UU, asumiendo por momentos contradicciones y señalamientos con este gobierno a pesar de que mantienen algunos acuerdos en el marco de lo económico y también lo político.

Igualmente, los gobiernos que han asumido con mayor claridad posiciones de tendencia neoliberal han tenido que enfrentar conflictos de mayor beligerancia y participación popular, inclusive por importantes espacios de tiempo, situación que no logra aplacar del todo, por lo que tienen que recurrir a métodos más intensos y abiertos de represión contra los pueblos. Claro está a pesar de las acciones populares, en algunos casos los gobiernos de derecha han logrado mantenerse, no sin antes experimentar creciente rechazo de las masas populares.

Tenemos aquí el caso del Perú, donde luego de someter a Pedro Castillo y encarcelarlo, se llevó a cabo la imposición en el poder de Boluarte, respaldada por fuerzas de la burguesía.  Esta inmediatamente se dedicó a desarrollar un conjunto de medidas que iban en detrimento de las mayorías explotadas y oprimidas, llevó a cabo una fuerte represión contra el movimiento popular, y a pesar de que los sectores populares se movilizaron, no lograron por el momento obtener la fortaleza necesaria para avanzar en el objetivo de obligar a Boluarte a dejar el poder.

En los últimos días, se han reiniciado las movilizaciones populares en rechazo al gobierno títere de Boluarte, en una muestra de que estas fuerzas democráticas y populares no se rinden, y están dispuestas a seguir la lucha superando sus debilidades y avanzar hacia mejores formas de organización. En este sentido, es necesaria la orientación precisa, oportuna, de parte de las fuerzas revolucionarias organizadas que están en el desarrollo de las acciones concretas. Nuestro deseo de victorias para las fuerzas populares y proletarias organizadas que resisten y luchan contra Boluarte y todos los agentes lacayos del imperialismo que imponen la agenda del terror en el Perú.

También están casos como los del Ecuador, donde las movilizaciones y presión de las fuerzas populares obligaron a Lasso a asumir la llamada muerte cruzada, situación que en lo concreto ofrece un escenario donde las fuerzas populares en el marco de lo electoral se han replanteado el accionar táctico que ayude a acumular las fuerzas que permita un avance de las fuerzas progresistas y revolucionarias, para tratar de concretar así un desplazamiento de las fuerzas contra revolucionarias más beligerantes, que habían avanzado con el triunfo de Lasso.

La posibilidad del fortalecimiento del movimiento popular en el marco de este proceso electoral abre expectativas no solo para el pueblo de Ecuador, sino de América Latina, al estar en la posibilidad el triunfo de una fuerza popular y progresista en ese país.

 Colombia

En Colombia se ha ido fortaleciendo una contraofensiva de parte de las fuerzas contrarrevolucionarias y reaccionarias que van desarrollando acciones para la acumulación de fuerza, con el propósito de avanzar en sus objetivos de echar por tierra los avances obtenidos por fuerzas democráticas en el marco de un proceso que ha tenido como parte de sus resultados el primer gobierno de izquierda producto de un proceso electoral en ese país. 

Se agudiza así la lucha de clases que plantean puntos de inflexión. Ahora bien, esta situación plantea un escenario de mucha importancia, no solamente para el pueblo de Colombia, sino también para América Latina. La consolidación de un proyecto democrático, con apoyo de movimientos progresistas, revolucionarios, en un país que por décadas ha sido uno de los bastiones del imperialismo de EE.UU y de las fuerzas contra revolucionarias en el continente plantea un giro que inclina la balanza a favor de la lucha de los explotados y oprimidos pudiendo incidir e impactar con mucha fuerza en el resto del continente.

Por esta razón manifestamos nuestro apoyo al pueblo de Colombia que resiste y lucha en la construcción de caminos de lucha antiimperialista, por la liberación nacional y el socialismo.

El continente, un eslabón débil de la cadena imperialista

Cuando revisamos el panorama mundial, agitado, signado por los altos niveles de conflictividad en el marco de las contradicciones propias de la época imperialista, debemos destacar las condiciones de América Latina y el Caribe. A pesar de la debilidad persistente del movimiento revolucionario en general y los marxistas leninistas en particular, las movilizaciones de los pueblos contra gobiernos, personajes y proyectos del capital imperialista se ha mantenido y el planteamiento de la lucha por proyectos democráticos y antiimperialistas.

Este fenómeno es muy importante comprenderlo en su magnitud, pues el planteamiento propio del marxismo leninismo nos invita y exige determinar al calor de la realidad y contacto, efectividad con las amplias masas, leer el movimiento que se va desarrollando en el marco de la lucha de clases, en la realidad concreta para tratar de determinar su curso, e identificar el eslabón del que hay que aferrarse para guiar la lucha revolucionaria contra el capitalismo.

Para cumplir las tareas de dirección revolucionaria de las masas, el movimiento marxista leninista debe seguir fortaleciéndose y consolidándose en la lucha contra el reformismo, el oportunismo y las diferentes trampas y distracciones que el enemigo de clase coloca al movimiento revolucionario para desviarlo de sus centrales objetivos.

Ante el debilitamiento de los movimientos revolucionarios en el mundo, permeados por el revisionismo y el liquidacionismo, que les ha privado desarrollar una mayor beligerancia en el campo de la lucha de masas y a la hora de dirimir la misma, el movimiento democrático en América Latina manifiesta algunas características concretas que son la posibilidad real de elevar la lucha por conquistas democráticas y populares hacia mayores niveles en el marco de la lucha por el poder económico y político que deben librar los explotados y oprimidos.

Para los partidos y organizaciones marxistas leninistas en general y para los de nuestra conferencia en particular (CIPOML) es una tarea central, determinar las particularidades de este fenómeno en nuestro continente y en el mundo, su desarrollo en el terreno concreto para poder orientar la táctica general y particular adecuada al momento y al contexto en la cual se desarrollan y ponernos a la cabeza de las luchas por la liberación nacional y el socialismo.

Venezuela

En nuestro país las contradicciones de clase también experimentan diversos escenarios de agudización. La lucha antiimperialista y anticapitalista continua de la mano de diferentes factores del movimiento popular revolucionario que tenemos claro nuestro papel en la lucha contra todos aquellos factores que han explotado y oprimido a nuestro pueblo, como FEDECAMARA, CONINDUSTRIA, VENANCHAM CONSECOMERCIO y que han sido y son instrumentos del imperialismo para desarrollar las acciones de agresión que han dejado entre sus resultados las duras condiciones de vida que hoy vivimos.  Las circunstancias económicas, políticas y sociales nos invitan a seguir resistiendo y luchando,   haciendo esfuerzos para tratar de superar la dispersión y debilidad de la actualidad, pero forjando la firmeza, templanza y disciplina que nos lleven a obtener pequeñas, medianas y grandes victorias en favor de la causa revolucionaria.

El movimiento revolucionario en nuestro país entiende que la tarea de los momentos actuales pasa por identificar con precisión el desarrollo de expresiones de desviaciones vanguardistas, reformistas, oportunistas, de izquierda y derecha que pueden permear al movimiento revolucionario en el fragor de la lucha constituyéndose así en obstáculos que pueden impedir su desarrollo efectivo y eficaz.

Es un momento donde las situaciones se desarrollan con gran velocidad, la burguesía lleva a cabo una nueva ofensiva en nuestro país para reacomodarse. Apelando a las difíciles circunstancias que han contribuido a generar, la burguesía pro imperialista intenta aprovechar el momento para obligar a acuerdos que signifiquen el desmontaje de algunas en la realidad práctica de algunas conquistas alcanzadas por los sectores populares en el marco del proceso bolivariano.

El oportunismo de izquierda y de derecha se exacerba en el marco de un ambiente preelectoral, tratan de posicionar, fortalecer y consolidar una visión política, pragmática, en la que hay que mantener buenos resultados electorales más allá de los objetivos políticos revolucionarios, estos quedan supeditados a la dinámica electoral, donde hay que sumar voluntades y apoyo partiendo de iniciativas donde la “flexibilidad” ideológica es expresión del llamado principio maquiavélico, el fin justifica los medios.

Liderazgos políticos desgastados, cuestionados, tanto en la fila de la derecha como la izquierda, es parte característico del escenario actual, importante parte del electorado no se identifica, con los tradicionales discursos, lleno de formas dispersas, escuetas, carentes de contenido y más aún desvinculados parte de ellos de la realidad concreta. 

Se entiende además que una de las tareas esenciales es fortalecer la unidad de las fuerzas populares, democráticas y antiimperialistas, identificando al enemigo principal y común de los pueblos, el imperialismo, lo que a su vez exige precisión fortalecer el centro de dirección de la lucha, el partido del proletariado, en su capacidad real de dirección hacia las amplias masas.

Igualmente, es necesario recuperar una mayor beligerancia del movimiento de los trabajadores revolucionario, que impida que estos puedan ser atraídos por las artimañas de la derecha, fortalecidos además por la ausencia o debilidad del movimiento revolucionario en propuestas de movilización y lucha que sepa identificar las expectativas y captar el interés de los trabajadores en general.

Aunque los movimientos de derecha no han logrado avanzar con fuerza en la calle, es importante ver hasta qué punto esto obedece más a un creciente rechazo del pueblo a organizarse políticamente más que a la atención al planteamiento de los sectores revolucionarios como elemento determinante de esta actitud popular.

La corrupción, un elemento que contribuye a la dispersión de las amplias masas

Los anuncios del gobierno sobre una operación que desmantelo una trama de corrupción protagonizada por diferentes actores y sectores vinculados al gobierno, principalmente puso de manifiesto un fenómeno propio de la sociedad capitalista, la cual se sustenta precisamente en uno de los mayores actos de corrupción, la extracción de plusvalía, el robo descarado a los trabajadores.

Además, expuso este fenómeno que ante la ausencia de un control y seguimiento popular, revolucionario, fortalecido y con reales capacidades de decisión, la corrupción va a permear también aparte de las bases populares, abonando el terreno para que estas mafias surgidas desde la burguesía y pequeña burguesía tengan expresiones de apoyo en una parte, aunque pequeña del poder popular y consiga así ciertas formas de legitimarse y continuar sus operaciones contra revolucionarias.

Ha planteado esto, la necesidad de una profunda crítica y autocrítica sobre las tareas a desarrollar por el movimiento popular revolucionario para poder superar de manera concreta los efectos que esta situación ha dejado en el seno de las amplias masas.

La burguesía y la pequeña burguesía han sido el bastión para el desarrollo y fortalecimiento del fenómeno de la corrupción, sus objetivos de acumulación de ganancias, no importa como sea, decanta en acciones que van generando y fortaleciendo elementos como el oportunismo que logra permear también en ocasiones al movimiento popular logrando distraerlo por momentos de las tareas y objetivos de construcción revolucionaria.

Ante esto es necesario seguir levantando la propuesta con acciones concretas del control obrero, campesino y comunal revolucionario, desde las bases del movimiento popular y proletario.

Las declaraciones de Trump, confirman lo denunciado por las fuerzas revolucionarias, permanentemente, la agresión contra nuestro pueblo obedece a las intenciones del imperialismo en expoliar nuestros recursos.

No es un gesto de “honestidad” ni mucho menos de Trump, es parte de su táctica propagandística de venderse como el vocero que necesitan los sectores más reaccionarios de la política mundial que ven solución al “problema” Venezuela en la intervención directa, en contraposición con otros sectores también muy reaccionarios que por los momentos se han plegado a la política Biden de intervenir y agredir a nuestro país con tácticas más disuasivas, igualmente muy perjudiciales, pero menos directas por ahora.

Ante este panorama de agresión imperialista se desarrolla la lucha de los trabajadores por sus condiciones de vida, una lucha que por momentos ha tenido respuestas de parte del gobierno que han generado diversas reacciones, entre ellas el rechazo y la duda a la efectividad de las mismas. Como elemento para evaluar la efectividad, eficacia y alcance de esta respuesta, los trabajadores tomamos como referencia la realidad concreta, que no cambia con discurso, ofrecimientos o palabras y que exige resultados visibles en favor de los sectores populares en general y el proletariado en particular, en el campo de lo concreto, de la realidad y no de la posibilidad.

En este sentido, es necesario seguir trabajando y fortaleciendo la construcción concreta de espacios de unidad, alianza y acuerdos de las organizaciones revolucionarias, contribuyendo a la acumulación de fuerzas necesarias para poder desarrollar acciones en el marco de la lucha antiimperialista que puedan decantar en avances y victorias para la causa revolucionaria del proletariado y las fuerzas populares.

 

 

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