martes, 10 de abril de 2012

Resolución Política del XIV pleno del CC del PCMLV

   En los primeros meses del año los conflictos y enfrentamientos se aceleran y profundizan como era de esperar, pues los últimos días del 2011 estuvieron signados por las posibilidades de conflictos bélicos en distintas zonas del planeta, los anuncios de posibles guerras en Siria e Irán, coparon la escena. Usando su arsenal propagandístico la burguesía prometía un año mejor donde los conflictos y perturbaciones económicas, que sacudieron al mundo durante el año 2011, se superarían. Sin embargo vemos como los movimientos militares en zonas sensibles para la economía mundial se aceleran, tal es el caso del estrecho de Ormuz. Este punto geográfico ubicado entre Irán, Omán y Emiratos Árabes por donde pasa más del 20% de la exportación mundial de crudo. 

   Para continuar con el nuevo reparto del mundo los imperialistas necesitan asegurarse la subordinación de los gobiernos, por vía de acuerdos y amenazas o por medio de la guerra de expoliación, para el logro de este fin tratan de someter las organizaciones revolucionarias, disminuir su capacidad de acción política, militar, tratar de anular su influencia entre las masas. Los imperialistas temen a quienes puedan organizar la lucha de los trabajadores y los pueblos contra el capitalismo, más allá de los gobiernos. Es por eso que las agresiones bélicas entre sus objetivos contemplan la eliminación de los principales dirigentes de las organizaciones revolucionarias, la descalificación y el desprestigio también se encuentran en su arsenal reaccionario. 


   Los imperialistas desarrollan toda una seria de acciones en lo político y económico, acciones que van desde imponer paquetes económicos a los pueblos, gastar gran cantidad de recursos económicos en tratar de recuperar empresas y bancos que se desplomaron producto de la crisis, realizan estas acciones de manera simultaneas con las agresiones militares, fortaleciendo a los grupos económicos más afines. Todo esto va acompañado de una fuerte represión contra aquellos que se atrevan a protestar, pero esto no les interesa a los organismos internacionales como la Unión Europea y los voceros de la ONU que gustosos aprueban dichas medidas como una manifestación de la solidaridad entre burgueses, para salvar sus fortunas, sus condiciones de vida, concentrar capitales y hacer que la crisis la paguen los trabajadores.

   Para reanimar su actividad económica los capitalistas cuentan con la industria del armamento, esta actividad les proporciona jugosas ganancias partiendo de la gran demanda que se genera al multiplicar los conflictos bélicos en el mundo. La guerra es pues, una actividad que significa ganancia económica para el complejo industrial-militar, es el negocio perfecto para obtener grandes privilegios y ganancias al costo de miles de vidas. 

   Todo lo que vemos es expresión del avance de la crisis imperialista, hacia la tercera etapa de la crisis general del capitalismo, que tal como lo describe Stalin, afecta a todos los sectores de la sociedad y todo los ámbitos de la vida de los países, lo económico, lo político, lo ideológico, se ven afectados por esta situación. 


Como se manifiesta la crisis en los paises del mundo. 


   Basta revisar las estadísticas que describen el desarrollo de las diferentes economías europeas para entender que están en problemas, transfieren su déficit a los países más débiles y a su paso dejan como resultado condiciones cada vez más precarias para los trabajadores. Pero mientras más se agrava la situación, mientras más medidas azotan al proletariado, se multiplican las acciones de los explotados y oprimidos del mundo para dar respuesta a esta situación. 

   En España por ejemplo ya pasan de 5 millones el número de personas que han perdido sus empleos. Este número amenaza con seguir aumentando y se agravará la situación con las medidas que imponen los organismos financieros mundiales, donde por supuesto buscan obtener las mejores ganancias, a cambio de más miserias para las mayorías. 

   Mientras economías como la italiana, portuguesa y griega están colapsadas, ni siquiera la decisión de los políticos gobernantes de estas naciones de haberse arrodillado ante las imposiciones económicas de los organismos financieros internacionales, les ha permitido un respiro. 

   En países como los EE.UU, los conflictos internos siguen multiplicándose, no ha bastado los cientos de arrestos contra los manifestantes, ni la intensificación de la represión policial, los movimientos de protestas crecen en el seno de un pueblo que ve como su vida cada día se pauperiza más. 


Como se manifiesta el reparto del mundo. 


   En la fase imperialista del capitalismo, signada por el control de los monopolios, las principales potencias intentan hacerse de los mejores territorios y de las materias primas, esas condiciones las estamos evidenciando en la actualidad donde los principales países imperialistas del mundo han iniciado una nueva carrera hacia la conquista y reparto de los territorios. Por ejemplo en la carrera por repartirse el botín libio, países como Francia, Alemania e Italia mostraron al mundo de lo que son capaces los imperialistas por obtener el dominio. 

   EE.UU ha perdido influencia en América latina, pero esto para nada significa que nos hemos liberado del dominio imperialista, y tampoco significa que dejará de realizar sus actividades de expansión. El debilitamiento en nuestro continente de los principales grupos económicos de los EE.UU solamente significa que otros imperialistas están ganando la pelea en el reparto de los mercados latinoamericanos. Entre los capitales que comienzan a dominar el escenario en nuestro continente están los chinos y lo rusos, los cuales impulsan estrechas relaciones con diversos gobiernos en América Latina. Aunque estas relaciones intentan exponerse como una muestra de liberación de la dependencia de la economía norteamericana, en el fondo no es más que cambiar un dominio por otro. 

   Los acontecimientos actuales reivindican la vigencia de los clásicos marxistas leninistas, su actualidad, supera con creces los señalamientos que intentan opacarlo como un elemento perteneciente a la historia, al pasado, que no tiene nada que ver con el presente. Pero nada más alejado de la verdad, pues la agitación y el desastre que vive el mundo de hoy claman por un cambio radical, claman por la revolución socialista. 

   Para asegurarse que una revolución no suceda, los imperialistas desarrollan un conjunto de situaciones que con diferentes tácticas buscan detener el avance de los sectores revolucionarios del mundo. Vemos así como en la era de la tecnología y el internet, las potencias imperialistas encabezadas por los EE.UU intentan imponer leyes y normativas que les haga más fácil el dominio sobre los pueblos del mundo. Así lanzan toda una ofensiva a través de las redes informáticas para hacerse de información por vía ilegal e impedir que se desarrolle en las redes cualquier propuesta que le sea nociva a sus intereses. Pero además, implica el desarrollo de un tipo de guerra que pueda causar grandes daños de manera poco visible, pero igual todo este arsenal de ataques informáticos va dirigido contra la organización revolucionaria del proletariado y los sectores revolucionarios en general. Ya hemos sido testigo de cómo a través de la tecnología se hizo posible un ataque tan mortal y preciso como el sufrido por las FARC en 2008, donde muere el comandante Raúl Reyes. En fin, aunque el espionaje informático haya afectado a diferentes gobiernos, es importante decir que a quienes al final intentarán perjudicar aplicándoles todos los rigores del avance tecnológico volcado en su contra será al proletariado en su lucha contra el capitalismo. 

   Junto con esta iniciativa para el dominio informático, los EE.UU retoman la ofensiva de manera abierta y envían 12000 efectivos militares a Libia para asegurarse parte del reparto de las riquezas de este país. El saqueo a las riquezas libias se presenta como la antesala a nuevas agresiones imperialistas, por lo que la necesidad de prepararse para posibles confrontaciones cada vez es más necesaria. 

   Pero los vientos de posibles guerras de rapiña soplan también en nuestro continente, ya Inglaterra ha anunciado su decisión de enviar tropas hacia las Islas Malvinas con la intención de reforzar su dominio sobre este territorio argentino, otra maniobra del imperialismo para ir posicionándose también en nuestro continente para futuras confrontaciones. 

   Todo esto implica mayor necesidad de direccionar y orientar la acción revolucionaria, combatir las posiciones reaccionarias y desnudar a reformistas y revisionistas que buscan mantener las fuerzas revolucionarias a la cola de la burguesía, debilitando la lucha del proletariado, su organización, unidad de acción y colaboración en la búsqueda de una paz centrada en el sometimiento a uno u otro imperialismo, vendiendo la idea de la liberación pero eliminando el sentido de clase. 

   Es preciso notar que en nuestro continente los procesos que se califican como socialismo del siglo XXI experimentan una descomposición cada vez mayor, los casos de corrupción, de inseguridad, de diversionismo ideológico, de avance de las posiciones de derecha en las instituciones del gobierno, que se manifiesta de manera clara en la administración pública son una muestra. Por esto el proletariado necesita fortalecer el partido que expresa sus intereses, que trabaja incansablemente por el logro de los mismos y que guía su práctica y la lucha contra el capitalismo, que tiene un carácter profundamente clasista, donde no hay duda de la necesidad de la implementación de la dictadura del proletariado, como instrumento de la clase para fortalecer y concretar la revolución socialista como superación del modo de producción capitalista. 

   Es claro que partidos poli clasistas, pequeños burgueses y burgueses no pueden ofrecer una salida real a la explotación que sufre el proletariado y las mayorías oprimidas; es por esto que el partido marxista leninista debe profundizar cada vez más su acción en el seno de las masas, para evitar que estas sean confundidas por los dirigentes reaccionarios, reformistas y revisionistas. 


Ámbito nacional. 


   En el ámbito nacional debemos mencionar que el desarrollo de las contradicciones de clase cada vez se profundiza, las propuestas verdaderamente revolucionarias y consecuentes con los intereses de clase del proletariado, son sometidas al intento de ridiculizarlas, de tratarlas de obsoletas. Cuando se habla de socialismo por parte de algunos sectores de gobierno, estos lo encierran dentro del estrecho marco de la conciliación de clase. Se habla de un “socialismo a la venezolana”, “del siglo XXI”, un “socialismo adaptado a los nuevos tiempos”, intentando negar la posibilidad del socialismo científico, y de la revolución proletaria. 

   En lo político destacamos que este es un año electoral, esta situación establece un elemento importante que es necesario tomar en cuenta para las acciones que vamos a desarrollar como organización. Por un lado está la oposición con unas propuestas que no convencen a las mayorías, quienes conocen que intereses políticos y económicos representan estos personajes que tienen como principal programa levantar las banderas del capitalismo. Abiertamente asumen su intención de someterse a los designios del imperialismo mundial. 

   Han realizado unas elecciones internas (primarias) las cuales según lo comunicado por sus voceros dio como ganador a Capriles Radonsky, quien será el candidato de la oposición a confrontarse con el comandante Chávez en las próximas elecciones del 7 de octubre. Radonsky es el representante que la derecha Venezolana presentará de manera formal para levantar su programa, para reivindicar de manera abierta al capitalismo y para tratar de generar el fortalecimiento político de una oposición que se ha ido fortaleciendo poco a poco en las contiendas electorales. Esto se expresa en derrotas al chavismo en la reforma electoral, en las gobernaciones de Zulia, Miranda, Carabobo, Táchira, Nueva Esparta, en el control, por deserción, de la Gobernación de Lara, en su presencia significativa en el Parlamento y la obtención de cerca de 3.000.000 de votos en las elecciones internas. 

   Al triunfo de Capriles siguieron las declaraciones de María Corina Machado y Pablo Pérez dejando claro que unirán sus fuerzas y sus recursos para tratar de derrotar a Chávez el próximo mes de octubre. Este triunfo también expone de manera clara qué aspiran las fuerzas imperialistas en Venezuela, quieren un candidato que represente los intereses de los empresarios, que enfrente de manera decidida a las fuerzas populares y revolucionarias, y eso lo hace muy bien este personaje, no olvidemos el papel dirigente que jugó en el golpe de estado de 2002 donde dirigió las agresiones contra políticos vinculados al gobierno bolivariano además de las agresiones contra la embajada de Cuba. 

   Por otra parte está el gobierno bolivariano que reivindica un socialismo que tiene como características ser expresión de los planteamientos reformistas que a través de la historia se han confrontado con las posiciones consecuentes y abiertamente a favor del proletariado y las mayorías explotadas y oprimidas. Las fuerzas del gobierno bolivariano vienen cediendo espacio en diversos sectores a la burguesía, en el parlamento, en lo económico y hasta en el discurso que en ocasiones profundiza su ambigüedad. Pero a pesar de esto las características propias de este gobierno democrático nos permiten mayores posibilidades de desarrollar nuestra acción política en el seno de las masas. Sin embargo debemos luchar por profundizar la acción revolucionaria, doblegar al oportunismo y a quienes tergiversan los principios revolucionarios para adaptarlos a sus intereses particulares o grupales. 

   En la última entrega de su memoria y cuenta, el presidente Chávez hizo énfasis en demostrar que no apoya la lucha guerrillera, menciona que jamás ha apoyado esta forma de lucha, lo que a su vez demuestra la intención de asumir posiciones cada vez más lejos de las verdaderas posiciones socialistas y revolucionarias, la entrega de Pérez Becerra, la captura de Julián Conrado, la entrega en el mes de marzo al gobierno colombiano de Deiler Romero (caliche) y de otros combatientes militantes revolucionarios del vecino país son una muestra, nada halagadora del juego político actual. 

   A esto le siguió el cambio en el gabinete del gobierno, en algunos espacios importantes como en el Ministerio y en la Asamblea Nacional los titulares, ambos ex guerrilleros, con posiciones consecuentes, fueron removidos. 

   Otro elemento importante es la discusión que actualmente se desarrolla para hacer propuestas a la Ley del Trabajo, lo cual ha dado espacio para el debate y es una nueva oportunidad para exponer los planteamientos consecuentes con los trabajadores. Aquí de seguro se desarrollarán las contradicciones entre los planteamientos de los marxistas leninistas por un lado y los planteamientos de los reformistas y revisionistas. Es una oportunidad para movilizar a las masas, fortalecer su visión política e ideológica para que no sean presas fáciles de las distracciones impuestas por el capitalismo. 

   Otro elemento a desarrollar es un problema tan sensible como la alimentación, el planteamiento de lograr la soberanía alimentaria está todavía muy débil en el desarrollo práctico. Garantizar la alimentación a todo el país de manera soberana es una meta que necesita mucho recorrido aún, una importante cantidad de los alimentos que consumimos en nuestro país son producto de la importación desde Brasil o Argentina, Nicaragua u otro país, esto es sinónimo de dependencia, porque la soberanía alimentaria no se logrará sin un plan nacional de tecnificación de la producción, con la participación realmente dirigente del proletariado en alianza con el campesinado pobre. 

   Para garantizar la soberanía alimentaria es necesario golpear a la burguesía importadora, fortalecer la producción agraria e industrial, privilegiar la organización clasista de los trabajadores y los campesinos pobres, estos son quienes pueden garantizar de manera real la soberanía productiva y alimentaria, para eso deben tener condiciones organizativas y materiales para poder hacer esto una realidad, a través de la revolución socialista e implantación de la dictadura del proletariado. Es venciendo a la burguesía, sometiéndola y no conciliando con ella, en sus expresiones imperialistas o nativas, que garantizaremos de manera permanente en el tiempo las mejores condiciones para las mayorías explotadas y oprimidas. 

   Precisamente en otro tema tan sensible como lo es el de la vivienda, el gobierno anunció las cifras de las viviendas construidas en todo el país, el cual en este año según las informaciones emitidas por los organismos oficiales, llegó a más de 140.000, pero a pesar de haber logrado esta importante cifra, es necesario decir que aun las dimensiones del problema lucen muy grandes, producto de que es una situación que no era un problema solamente de la cuarta república, sino que es inherente al sistema capitalista; es decir si no hay una revolución proletaria que acabe con las condiciones que hacen posible las desigualdades y miseria que viven las mayorías, entonces no habrá una solución total del problema. En diversas situaciones el presidente Chávez ha hecho mención al libro del Engels sobre el problema de la vivienda, donde el autor establece una serie de medidas para solventar esta situación. Sin embargo cuando el gobierno toma algunas medidas para construir una solución, en muchas ocasiones lo hace partiendo de un entendimiento con la clase burguesa, la cual tiene el control a través de diversos mecanismos y grupos, del sector de la construcción. Reivindicamos que no puede haber solución real y satisfactoria para las mayorías sin una revolución socialista. Por satisfactoria entendemos la superación de las barreras impuestas por el Estado burgués, el cual debe ser destruido. Pues, debemos entender que la burguesía que ejerce el control en las empresas de construcción en la realidad concreta, poco le interesa la solución del problema, solo le interesa las cuantiosas ganancias que le otorga esta actividad mientras ellos tengan control real de los medios de producción, es mas mientras haya problema de viviendas, para ellos significará jugosas ganancias. 

   El problema de la vivienda al igual que el de la soberanía alimentaria, entre otros, solo puede ser solventado con la revolución socialista, donde los medios de producción estén en manos del proletariado y el campesino pobre organizado, dirigidos por el partido marxista leninista, esto permite superar, como hemos dicho en líneas anteriores, el límite impuesto por la legislación burguesa. Solo la revolución proletaria es capaz de plantear la necesidad de expropiar a la burguesía, someterla y aniquilar su capacidad de resistencia. Aquellos que plantean la posibilidad de conciliar los intereses de clase, dicen que la revolución proletaria es algo imposible, prefieren soñar con esta posibilidad antes que asumir la realidad científica de la violencia revolucionaria de clase. 


XIV Pleno de CC del PCMLV. 
Febrero de 2012.

No hay comentarios.: