domingo, 11 de junio de 2023

EDITORIAL JUNIO 2023

El panorama internacional termina de confirmar la pertinencia del método Marxista Leninista para el análisis de una realidad dada, por más complicada que esta sea.

Nos sustentamos en lo acertado de las tesis sobre la existencia de dos bloques imperialistas en pugna, así como en la agudización de las contradicciones fundamentales y la existencia de las crisis cíclicas en el capitalismo. En el desarrollo de esas contradicciones podemos ver como las provocaciones desde los grandes monopolios que controlan la política de los EE.UU. 

Han optado por terminar de colocar a su servicio a la U.E. por medio de la OTAN y la profundización extrema de la dependencia energética, militar, tecnológica y política que se está consolidando en estos momentos, llevando a Europa a debilitar su capacidad productiva y su independencia.

Al promover la guerra de Ucrania entre Rusia y la OTAN los monopolios de EE.UU. buscan el debilitamiento de Rusia y de Europa, la que además sufre los efectos y paga las cuentas de esa guerra, al perder el acceso a energía y materias primas baratas desde Rusia para tener que comprar a precios especulativos a los monopolios de EE.UU. que se llenan los bolsillos a costillas de las masas europeas.

Para completar el cuadro, ahora los monopolios de EE.UU. empujan a la U.E. a un enfrentamiento con China, para que no puedan acceder a su tecnología y estén obligados a comprarla a los monopolios gringos.

Para terminar de embolsarse a la U.E los EE.UU. tratan de extender las guerras y así, además de la venta de petróleo, gas y tecnología a precios de monopolio, también van a reactivar el aparato industrial-militar obligándolos a comprar sus armas y pertrechos.

La guerra en Europa del Este continúa y obliga a los países que pertenecieron a la órbita socialista a pagar por asesorías y armas para sustituir la doctrina militar soviética por la de EE.UU. siendo esto el gran negocio particular de la familia Biden. 

Lo beneficioso que les resulta el negocio de la guerra para capear los peligros de la crisis y la posible depresión económica, están llevando al gobierno de EE.UU a profundizar las tesis del caos constructivo y la guerra permanente, con el objetivo de mantener las grandes ganancias de sus monopolios.

En un contexto de amenazas, la guerra se expande para Asia usando la excusa de la democracia y libertad de Taiwán, China y los demás países asiáticos aumentan los preparativos de guerra, que será inevitable, porque es la forma de dirimir las contradicciones cuando llegan a un determinado punto de desarrollo del capitalismo.

Por ahora, como sucedió en la I y II guerra mundial, América podrá tener un tiempo de respiro, sin involucrarse directamente en los conflictos bélicos, pero dado el nivel de interrelación de la economía y la política mundial, parece imposible no terminar dentro del conflicto, a favor de un bloque o del otro.

La clase obrera debe rechazar las guerras de reparto imperialistas, debe negarse a ser carne de cañón en el reparto sangriento de los mercados, por eso debemos consolidar la organización del proletariado a nivel mundial y plantear ante la agresión imperialista la lucha revolucionaria por romper con el imperialismo y su violencia permanente.

El proceso de derechización y fascistización en el mundo se está desarrollando aceleradamente, ante lo cual la consolidación del movimiento antiimperialista y Antifascista se transforma en la opción de los pueblos para evitar perder toda independencia o terminar siendo una colonia de las potencias imperialistas, de allí que consolidar la política de frente popular y el crecimiento del partido del proletariado, partido marxista leninista, sean las dos líneas de acción fundamentales, como ya lo vislumbró en su momento la Internacional Comunista.

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