Órgano interno del Comité Central del PCMLV
NI CLAUDICAR, NI CONCILIAR
A pesar del acaparamiento, especulación, sabotaje, y las políticas conspirativas burguesa, el pueblo venezolano se mantiene en la idea de luchar por el socialismo, cada vez más claro, de que este camino, tiene que estar acompañado de la movilización popular y el enfrentamiento con la burguesía, sin dar tregua ni descanso, denunciando a los agentes pro imperialistas que nos quieren someter, y también a quienes, con discurso “revolucionario” se plantean la conciliación con los explotadores internacionales y nacionales.
Nadie puede ocultar que se ha dado un debilitamiento del proceso de cambios, que ha entrado en un nuevo período, signado por la muerte de Chávez, su sustitución en la presidencia por Maduro, los inicios del impacto de la crisis económica, una ofensiva a fondo de la oposición y la mayor injerencia del gobierno de los Estados Unidos.
Todo esto, va dibujando un escenario de mayores complejidades, incluso de peligros para los revolucionarios y el pueblo, que debemos prepararnos para afrontar un clima de agitación, donde la derecha pueda en el 2016, en un referéndum revocatorio, -o antes-, por la vía de fuerza, intentar la salida de Maduro del gobierno, y la imposición de un gobierno represivo, por medio de la fascistización de la sociedad.
Por eso, no nos puede extrañar, el no reconocimiento del resultado electoral del 14 de abril, por parte de los Estados Unidos, la ofensiva económica, comunicacional y política de la derecha, además de las provocaciones venidas desde Colombia, por intermedio de Santos, quien actuando de forma artera, asume un discurso de paz, pero en la realidad lo que hace es aprovechar el tiempo para consolidar sus fuerzas militares, e incluso plantear acuerdos con la OTAN para tener más capacidad ofensiva contra la insurgencia colombiana y ser la gran base militar del imperialismo en contra de los procesos democráticos de la región, en especial contra Venezuela.
La conciliación nunca es bien vista por lo verdaderos revolucionarios, ni por el pueblo, que sabe por experiencia y por instinto de clase que los acuerdos con el enemigo nunca ha sido la vía para el triunfo revolucionario, si bien es cierto hay momentos donde se requieren los acuerdos, nunca debemos creer en el enemigo de clase, y menos aún estimular en la clase obrera y el pueblo la creencia de que el imperialismo, del signo que sea, puede ser bueno.
Se comprende, y es parte de las enseñanzas del marxismo leninismo, que en algún momento se necesiten pactos para preservar las fuerzas y avanzar, en esos momentos debe aclararse al pueblo el significado de tales acuerdos, y los objetivos que se persiguen, como espacio para la acumulación de fuerzas y la preparación de nuevos avances, pero en Venezuela lo que se requiere ahora es avanzar, producir y organizar las fuerzas como forma de estar en disposición de enfrentar una ofensiva más intensa del imperialismo y sus socios.
En los actuales momentos el gobierno de Maduro ha mostrado su disposición a abrir espacios de diálogo a la burguesía, en el marco de una ofensiva política y económica, nacional e internacional que ésta ha desatado después de unas elecciones donde se mostró debilidad, donde la diferencia de votos fue insignificante, si la comparamos con los resultados de los procesos donde el candidato fue Chávez, aunque este venía en descenso, por desgaste, después de 14 años en el gobierno, la caída en la votación del 14 de abril dejó al desnudo un flanco por donde se ha tratado de colar la derecha.
Un país capitalista dependiente como Venezuela, con una economía monoproductora, basada en el petróleo y con unos bajos índices de producción en otros rubros, especialmente productos de consumo doméstico y alimentos, requiere un tiempo para superar esta situación, lo grave es que después de 14 años de gobierno, con ingresos suficientes, con una solidez política, esto no se haya resuelto, y estemos ahora en manos del grupo Polar, del imperialismo y de las importaciones, teniendo el gobierno que bajar la cabeza, dar espacio a los burgueses para que se consoliden política y económicamente, porque no hay capacidad de abastecer al país; esto demuestra la peor debilidad y exige corrección inmediata, superación de los errores y asumir la urgencia de estimular la producción a todos los niveles, lo que sólo se podrá lograr si la clase obrera se pone a la cabeza y dirige a toda la sociedad hacia la trayectoria del socialismo, de resto, será una competencia de discursos y amenazas sin sentido, mientras la burguesía y el imperialismo nos demuestran cuanto poder tienen, y lo tienen, porque siguen controlando los medios de producción vitales.
Muchos se empeñan en decir que toda esta situación es culpa del petróleo, desvirtuando la teoría leninista y echando al cesto de la basura el marxismo, insisten en esto para justificar, que por eso no se producen alimentos y otros productos industriales. Eso es falso, es un discurso totalmente engañoso, no producimos todos los alimentos porque el imperialismo decidió, cuando tenía el control directo del gobierno, que en el marco de la división internacional del trabajo seríamos exportadores de petróleo e importadores de lo demás, y ahora que el control lo ha tenido el proceso bolivariano no ha habido la planificación, organización, ni decisión política para impulsar un verdadero proceso de producción, de autoabastecimiento, de soberanía, porque es más fácil comprar hecho, importando, que construir una infraestructura. Además que deja mucho dinero a esa burguesía emergente que está en el gobierno saboteando los verdaderos procesos productivos e impidiendo con su alianza burguesa, la posibilidad de una verdadera profundización rumbo al socialismo, que consiste en la expropiación de los burgueses, el control obrero de la producción social, de la distribución de los productos, y la dictadura del proletariado, como única vía real al socialismo.
Como hemos dicho en otras oportunidades, el avance de la crisis capitalista es indetenible, se acerca a nuestra región y ya podemos ver los impactos en las fluctuaciones, con tendencia a la baja, del precio del petróleo y otros minerales, principalmente por la disminución del consumo en la mayoría de los países imperialistas y por el acceso a fuentes de gas y petróleo de esquistos, gracias a la aplicación de nuevas técnicas que permiten extraer petróleo a mayor profundidad y escondido entre rocas, esto va a golpear en el futuro inmediato a las economías dependientes, en especial cuando las potencias imperialistas terminen de controlar el petróleo del medio oriente.
Por todo esto, el objetivo del período es fortalecer la vinculación con las amplias masas, consolidar las estructuras del partido y prepararnos para una larga lucha, porque el socialismo sólo se construye con la alianza obrero campesina en el poder y el pueblo en armas.
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