El fascismo, ese instrumento del capital financiero que ha sido utilizado en diversos momentos y ha sido la causa de millones de asesinatos y desmanes cometidos contra los pueblos en general y los trabajadores en particular ha estado asomando la cabeza en diferentes escenarios políticos en los últimos años y aún más preocupante, ha logrado obtener en algunas circunstancias el respaldo de sectores de las masas para alcanzar posicionarse y obtener algunos triunfos electorales.
Entre los sucesos más recientes en el plano internacional que podemos tomar como sustento de esta aseveración, está el triunfo electoral de la organización política AFD (Alternativa por Alemania) en Alemania, particularmente en la región de Turingia.
Las reivindicaciones expuestas por parte de los dirigentes de esta organización política expresan políticas que incitan al odio racial, promueven la expulsión de ciudadanos que según ellos no son realmente alemanes, pero además de esto utilizan frases y llevan a cabo actividades que reivindican la política y orientación neonazi.
Es significativo esta situación, particularmente en Alemania, país en el cual logro escalar la política fascista del partido Nazi, liderada por Adolf Hitler en los años 30 y que sirvió muy bien a los agentes del capital financiero para promover y desarrollar la Segunda Guerra Mundial, lo que a su vez sirvió al proceso de reacomodo imperialista urgido de efectuar un nuevo reparto del mundo entre las potencias imperialistas.
Los fascistas y sus aliados cumplieron las órdenes de sus amos imperialistas y libraron una campaña de exterminio contra diferentes pueblos del mundo, cómo parte de una agenda que tenía como objetivo arrasar cualquier capacidad de resistencia de los pueblos y particularmente de los trabajadores quienes en su papel fundamental para garantizar la producción de bienes materiales eran vistos por los fascistas como un instrumento desechable para garantizar enormes ganancias al capital financiero.
Sin embargo, las pretensiones de los fascistas y sus aliados pudieron ser frenadas bajo las premisas de la organización revolucionaria de los pueblos, los cuales lograron primeramente recuperarse de las grandes dificultades y calamidades a las que fueron sometidos en el marco de una campaña criminal para luego debilitar, vencer y destruir las estructuras del poder fascista encabezado por los gobiernos de Alemania, Italia, y España.
En esta gesta revolucionaria de los pueblos se contó con un gran y decisivo aporte de las organizaciones revolucionarias, entre ellos los marxista leninistas, quienes a través de sus partidos y organizaciones pudieron orientar y dirigir la lucha contra el fascismo.
Hoy en diferentes partes del planeta el fascismo, enemigo de los trabajadores y los pueblos, pretende aprovechar la acelerada descomposición de las condiciones de vida que sufren millones de trabajadores en el mundo para tratar de ganarlos a su causa bajo políticas de engaño, ofreciendo una libertad difusa, desviando la atención de las reales causas del hambre y la miseria que padecen millones de seres humanos en el planeta para así disculpar al capitalismo y aún más con la intención de colocarlo cómo un sistema "eterno" que es capaz de asegurar las mejores condiciones de vida a millones de proletarios. Esta acción busca entre sus objetivos imponer la agenda del capital financiero, y que esta sea aceptada y asumida como justa por aquellos que sufrirán las consecuencias de su aplicación.
Sin embargo, en un cierto gesto de ironía política, las agrupaciones fascistas pretenden engañar a las masas populares. La ironía está en que en la práctica terminan defendiendo al capital financiero, el cual sostiene y desarrolla las políticas que conllevan la miseria y hambre a millones de seres humanos en el mundo.
Aunque hemos nombrado situaciones inscritas en el escenario internacional, particularmente europeo, es necesario recordar que también en América Latina la política del fascismo también ha tomado fuerza con agentes cómo Miley en Argentina y en nuestro país María Corina Machado ambos ligados al sionismo israelí y defensores abiertos del imperialismo Yankee. Estos personajes han expresado su vocación de exterminio contra los sectores populares que promueven la idea de avanzar en la lucha contra el imperialismo, por la liberación nacional y el socialismo, además de sus intenciones de imponer a todo el pueblo un gobierno donde las políticas se concentran en eliminar drásticamente beneficios a la población y aumentar en la misma proporción los beneficios de los capitalistas.
Es necesario advertir que ante el resurgimiento del fascismo en el mundo, es necesario que las fuerzas revolucionarias puedan fortalecer y consolidar espacios para el encuentro y la acción, con objetivos y programas que interpreten con acierto las condiciones y necesidades de vida de las mayorías explotadas y oprimidas, para lograr movilizarlas de manera acertada contra los agentes del fascismo y el imperialismo en una batalla por la toma del poder político por parte de los trabajadores organizados. Es una batalla contra el proyecto de muerte que enarbola el fascismo.
Es por la sobrevivencia de la humanidad lo que pasa por labrar la victoria en la lucha por la liberación nacional y el socialismo.
Para esto, fortalecer y consolidar un frente popular antifascista y antiimperialista es una tarea urgente y de primer orden.
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