viernes, 10 de diciembre de 2021

EDITORIAL NOVIEMBRE-DICIEMBRE 2021

El impacto político e ideológico, en un pueblo luchador, de las ideas que llevan a transitar el camino de la independencia, la liberación nacional y la lucha por el socialismo se expresa de diversas formas dando características propias a los procesos revolucionarios y la historia de sus luchas.

Nos dice una tesis marxista " Hasta ahora los  filósofos se han encargado de interpretar el mundo, para nosotros el problema es transformalo." Esa transformación se desarrolla de diferentes formas; pero la lucha de clases, el combate contra el imperialismo y la búsqueda de avance en los movimientos revolucionarios conforman su centro.

En el caso de Venezuela, el proceso de lucha por la liberación nacional ha transitado diversas etapas, desde la introducción de las ideas marxistas, la conformación de los partidos proletarios, la decisión de luchar por el poder por la vía armada, la lucha electoral en el marco de la democracia burguesa y la experiencia de gobiernos de corte nacional antiyanqui han marcado la lucha en diversos momentos.

Dentro de ese largo camino los Marxista-Leninistas hemos jugado un papel importante y lo seguimos jugando, incorporando las ideas del internacionalismo proletario, la lucha contra el imperialismo y el capital, fomentando la organización de los proletarios en su partido, trabajando por la alianza  de los explotados, demócratas, antiimperialistas en el Frente Popular, mientras participamos en la organización de los explotados en su propio partido promoviendo la dictadura democrática de los obreros y campesinos como forma de someter a las minorías explotadoras a las decisiones de las mayorías explotadas, lo que lleva a educar las masas en la comprensión que quitarles los instrumentos de opresión a los burgueses es sin duda alguna quitarles la base material de su poder que se sustenta en la propiedad privada sobre los medios de producción.

En medio de esta realidad general se desarrollan las particularidades en cada país, nación, pueblo o República y en el caso particular de la República Bolivariana de Venezuela la lucha por la liberación nacional rumbo al socialismo ha tomado una característica que ha permitido la elevación de la conciencia antiyanqui y la decisión de una parte muy importante de las mayorías populares organizadas para resistir contra la agresión del bloque imperialista EEUU-UE y en especial contra el imperialismo yanqui que mantuvo el absoluto control del país durante el siglo XX.

Si el imperio colonial español mantuvo el férreo control y fue expulsado después de 300 años, el imperialismo yanqui está siendo echado en el transcurso de 100 años de lucha, porque desde el primer momento que la bota invasora pisó este país hubo respuestas de resistencia, y hoy, cuando la embajada de los EE.UU, sus "asesores" militares y la mayoría de sus empresas están fuera el pueblo sigue resistiendo y luchando contra su agresión, ante la cual, los marxista-leninistas de Venezuela con su partido: el PCMLV, a la cabeza estamos en la primera línea de combate orientados por las directrices de Marx, Engels, Lenin y Stalin, la Internacional Comunista, la CIPOML y la historia de lucha de los pueblos del mundo, incluyendo nuestra propia referencia de combate.

Sobre las últimas elecciones en Venezuela

Con esa carga histórica que nos diferencia del reformismo y del revisionismo nos vemos involucrados en la lucha de clases, que cobra en su devenir diversas expresiones y dentro de los procesos democrático burgueses las elecciones son uno de ellos, ya que en la democracia, como expresión de sociedades con una base de explotación de clase, la calma y mantenimiento de la "paz" se realiza por la violencia directa, cuando hay supremacía de un sector, o por la democracia, que es la imposición negociada, cuando la pugna no se termina de dirimir y la ilusión de la igualdad sigue estando presente.

Por esas razones los procesos electorales son rendijas entre la putrefacción de la sociedad explotadora donde las ideas revolucionarias deben abrir cause aprovechando las llamadas "libertades democráticas" y entre estas las elecciones.

A partir de tales premisas consideramos que las elecciones del 21 N han sido un avance para el proceso democrático burgués en su conjunto, al lograr el debilitamiento del aislamiento político, ya que tal vez sin decirlo o sin quererlo, el gobierno del presidente Nicolás Maduro ha sido reconocido por la UE y otros organismos, que después de más de una década de no estar presentes como observadores y no reconocer los procesos electorales en ese tiempo, se incorporaron ahora a la observación electoral y han convalidado, aún con observaciones, los resultados.

De igual forma, ha habido una legitimación de la Asamblea Nacional que eligió a los directores del CNE, se ha reconocido ese CNE y el mecanismo electoral electrónico al participar todas las expresiones de la oposición y observadores de todas las tendencias, quedando aislados y con pocos seguidores, la política del departamento de Estado de los EE.UU.

Las contradicciones dentro del bloque imperialista EEUU-UE también se han hecho más evidentes en estas elecciones, ya que por una parte los EE.UU descalifica a priori las elecciones y por otra parte la U.E. la ONU y otros organismos internacionales envían sus representantes reconociendo los poderes públicos y dejando al lado al "gobierno" del títere Guaidó.

Además de esto la extrema derecha pro yanqui, que mantenía una política de subversión y boicot electoral se incorporó a las elecciones por medio de la MUD reconociendo las normas, dando un paso atrás en su política anterior y confundiendo a sus seguidores.

Una situación importante a ser tomada en cuenta es que la derecha, al ir fragmentada, dispersó sus votos, lo que le permitió al GPP propinarle una derrota aún teniendo un número de votos total menor.

Esto marca también un proceso de recomposición del Estado capitalista a través de acuerdos realizados entre fuerzas del gobierno y de la oposición que llevaron primero a una parte de esta, y después al resto, a participar en las elecciones, aún divididas pero en un proceso de negociación con la burguesía vinculada al gobierno para tratar de avanzar en la reconstrucción del Estado burgués.

La evidente pérdida de votos para el proceso en las zonas rurales, en especial en los estados llaneros está directamente relacionada con la política que desde el ministerio de agricultura y tierras ha venido promoviendo una supuesta "burguesía revolucionaria", que no es más que una fracción pequeño burguesa, corrupta y negociadora que ha dejado en segundo plano a los campesinos y pequeños productores para asociarse con los grandes terratenientes, a quienes han entregado los recursos económicos dejando a las mayorías campesinas sin recursos para desarrollar sus unidades de producción.

Por otra parte, las desviaciones trotskistas que trabajan permanentemente en la división del movimiento revolucionario a nivel mundial y también en Venezuela, que boicotearon el Frente Popular y llevaron por el camino del sectarismo, el infantilismo de izquierda y la división a sus seguidores recibieron una nueva derrota, que incluso ha llevado la cizaña hasta a su división interna. Esos son los resultados de las políticas trotskistas en el revisionismo.



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