Esas luchas han cobrado millones de vidas, pero hoy conmemoramos la gesta heroica de las mujeres proletarias, especialmente las obreras de la fábrica Cotton en los EE.UU., donde murieron calcinadas por un incendio provocado por los capitalistas, como respuesta violenta a una justa reclamación que las obreras estaban realizando y que las había llevado a la huelga, método pacífico e incluso legal, que es, aún hoy, en la práctica prohibida por los burgueses, sus socios y cómplices, ya que coloca en primer lugar de las luchas la contradicción entre el trabajo y el capital.
Podemos ver cómo, a pesar de la flagrante violación de derechos conquistados en el pasado, ante la actual ofensiva del capital a nivel mundial, los trabajadores vamos perdiendo beneficios contractuales, e incluso hemos llegado a niveles increíbles donde se labora por menos de lo requerido para garantizar la supervivencia y aun así, debido a no tener otra forma como lograr el sustento diario el obrero sigue entregando su fuerza de trabajo al yugo explotador del burgués.
Aquellas historias de barcos llenos de migrantes que iban a EE.UU. en busca del sueño americano se puede ver hoy, pero con la diferencia que las caravanas migrantes no van en barco, sino a pie, y otros en botes inestables, recorriendo miles de kilómetros para ir a entregar la fuerza de trabajo a cambio de un techo y los alimentos mínimos.
Dice Marx que la historia se repite una vez como tragedia y otra como comedia, sino fuera por los muertos y gente sufriendo que deja este circo burgués tendríamos que decir que vivimos la comedia, con bufones tan mediocres que se olvidan de las palabras que deben repetir, como Biden; o macabros payasos del espectáculo televisivo ya en decadencia de extrema derecha, como Trump; o títeres rastreros del imperialismo, como Zelenski, Guaidó, Milei o Bukele, y así, una larga lista de personajes impresentables, que tienen el rating que les dan sus empresas de comunicación, falseadoras de la realidad a gusto del cliente, y el cliente, que es el que paga, siempre tiene la razón, no importa cuál sea la verdad objetiva de las mayorías, siempre difunden la sonrisa teatral del bufón de turno para engañar incautos...