La situación de las masas populares y en especial de la clase obrera se ha tornado más difícil por la confluencia de crisis económica, Covid, centralización y concentración de capitales, agresión imperialista, que han aumentado la plusvalía robada a los trabajadores y con esto una baja de ingresos.
Esta realidad lleva a los partidos revolucionarios y sus organizaciones de masas a dar respuestas a las nuevas exigencias para consolidar el nexo con las mayorías oprimidas en las actuales condiciones, valorando para este fin la realidad concreta del país y los fenómenos internacionales que la afectan.
Las nuevas dificultades generan,
como tarea de primer orden, la necesidad de enfrentar con todas las fuerzas
posibles al enemigo común de la humanidad que es el imperialismo, para lo cual
estamos obligados a contribuir teniendo presente el nivel político de las
masas, las contradicciones interimperialista, la lucha de las naciones
oprimidas, así como entre la burguesía y el proletariado.
En el caso de Venezuela está
demostrada la decisión del pueblo para defender la soberanía y abordar esta
situación de agresión, participando en esfuerzos colectivos para tratar de
satisfacer necesidades concretas lo que genera una base para nuestro trabajo
que debe asumir nuevas formas de organización y lucha adaptadas a las
condiciones actuales, allí en esa realidad debemos actuar los
marxista-leninistas, tratando siempre de usar todos los recursos para promover
la organización, educación y la acción revolucionaria de masas impidiendo el
aislamiento y desmoralización.
La comprensión de las actuales
condiciones también obliga a perfeccionar las formas de propaganda,
complementando las tradicionales para mantener el nexo con las masas.
Es importante movilizar a
militantes y masas sin descuidar las medidas de seguridad, lo que plantea un
nuevo reto que debe ser resuelto a favor de la elevación de los niveles
organizativos.
Los cuadros marxista-leninistas
deben tener cada día más presente que sólo la clase obrera y el campesinado
poseen la disposición de lucha contra el capitalismo hasta las últimas
consecuencias, por eso nuestro trabajo debe priorizar estos sectores sin negar
que además de la división de clases existen sectores específicos dispuestos a
luchar por sus reivindicaciones concretas y con buen tratamiento también pueden
llegar a un trabajo democrático, antiimperialista junto al pueblo.
Las reivindicaciones nacionales en
los países dependientes, la posibilidad de aglutinar una fuerza importante
contra el imperialismo y por mejores condiciones de vida se combina con el
reconocimiento de la necesidad de defender el derecho a la autodeterminación,
actuando para elevar la conciencia de las masas hasta llegar, por medio del
estudio, la experiencia y los análisis concretos, a entender el significado del
imperialismo y las inconsecuencias de la socialdemocracia, como del
revisionismo moderno, que no podrán nunca comprometerse de forma seria con la
lucha de clases a nivel nacional e internacional.
La dirección Marxista Leninista de
Venezuela ratifica su disposición de lucha así como el deber de llevar el
compromiso transformador hasta las últimas consecuencias aportando a la
elevación de la conciencia de clase de las masas populares.
Cuando recordamos el 5 de marzo un
año más de la muerte de Stalin reivindicamos su obra revolucionaria en lucha
contra imperialistas, traidores y revisionistas recordando también el 8 de
marzo el día internacional de la mujer, fecha que nos lleva a mantener el
compromiso con esa otra mitad de la población que junto al hombre consciente de
su clase ha de aunar esfuerzos para acabar con la explotación capitalista y con
todas las lacras de opresión que los modos de producción basados en la
desigualdad social generan.
Ante el aumento de las amenazas
internas y externas contra Venezuela llamamos a denunciar al bloque
imperialista EEUU-UE como peligro principal y amenaza violenta contra este
pueblo que resiste y lucha.
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