miércoles, 30 de enero de 2013

Editorial Acero Revolucionario N° 19, febrero de 2013

Órgano interno del Comité Central del PCMLV

La crisis provoca terribles consecuencias, en especial para la clase obrera y los pueblos, empujando a las masas a luchar contra las políticas explotadoras de los imperialistas y sus socios nativos. Las masas populares se movilizan, reclaman, y se preparan para la confrontación en todos los rincones del planeta, a veces de forma inconsciente, dejándose llevar por el expontaneísmo. 

Los marxistas leninistas sabemos que es inevitable la confrontación directa, los pueblos intuyen lo que viene, como expresión de la lucha de clases, que con todos sus matices va desde la lucha reivindicativa, hasta la guerra civil. La burguesía imperialista también lo sabe, por eso toma la iniciativa y propicia las guerras de agresión en su proceso de un nuevo reparto del mundo, esto no es un juego de niños, es la violencia más descarada del capital contra el trabajo, de los países imperialistas contra los países dependientes, para someterlos antes de que inicie su verdadera organización. 

La burguesía, que analiza y estudia la historia, con sus especialistas e ideólogos sabe que en estas situaciones el proletariado, los campesinos y los pueblos nos organizamos para tratar de no seguir siendo esquilmados, creándose las condiciones para la confrontación de clases y con ella la violencia, por eso aumentan los gastos militares a escala mundial, se vuelve más cotidiana la represión y se generan intervenciones armadas en todas las regiones del mundo. 

Es evidente el aumento, directo e indirecto, de la violencia, la represión, intervenciones imperialistas y guerras de agresión, lo vemos en Europa donde las masas se agitan en las calles siendo reprimidas con saña, en América hay movimientos que miran hacia la izquierda, plagados de reformismo y populismo, pero de signo progresista en comparación con el gran retroceso general. Pero en algunos países como Colombia, México y Chile la ofensiva antipopular de la derecha es cada vez más agresiva; en África y Asia la ofensiva imperialista es abierta y descarda, sometiendo a la destrucción a países y regiones enteras. 

No podemos perder de vista el formato aplicado en Libia, Siria y ahora en Malí, donde la intervención ha iniciado partiendo de reclamos de algún sector minoritario de la población, que han sido transformados en acciones violentas con apoyo externo de grupos paramilitares del extremismo islámico y de fuerzas de la OTAN. 

Valorando esos acontecimientos, en la fase imperialista del capitalismo, el inicio de acciones militares para garantizar ventajas en el nuevo reparto del mundo, los sucesos que se desarrollan en Venezuela deben ser analizados y seguidos con mucha precisión y seriedad. No podemos dejar de hacer exhaustivo seguimiento a la salud de Chávez, a las decisiones del gobierno y a las acciones que el imperialismo adelanta por medio de sus voceros internacionales o por intermedio de la burguesía nativa pro-imperialista. 

A pesar de la seguridad que significa el gobierno de Venezuela para el suministro de petróleo a EEUU, no podemos descartar acciones para debilitar a las fuerzas de gobierno, especialmente cuando el presidente se encuentra en una difícil situación de salud. 

Seguramente, los imperialistas han desarrollado planes intervencionistas en lo político y militar para tratar de aprovechar las circunstancias y tener el máximo control antes de actuar contra nuestro país. La resistencia en Siria, la posición de China y Rusia, la solidaridad latinoamericana con el gobierno venezolano y la unidad popular, además de los acuerdos de acción común de los voceros del alto gobierno, son variables que toman en cuenta antes de lanzarse abiertamente contra Venezuela. 

Las informaciones que pueden obtenerse y las conclusiones a las que se puede llegar refieren pocas probabilidades de que Chávez vuelva a asumir a plenitud las labores presidenciales, lo que pudiera significar nuevas elecciones en este año 2013, para lo cual, el vicepresidente Nicolás Maduro ha sido designado por el mismo Chávez como sucesor ante cualquier eventualidad. Esto sigue siendo una hipótesis que se confirmará en los próximos días o semanas. 

La posibilidad de una crisis política o económica a lo interno será la carta principal de los imperialistas. Promover el desabastecimiento de alimentos y productos de primera necesidad, el aumento de precios, la especulación, el sabotaje eléctrico, la violencia indiscriminada, las protestas callejeras de los jóvenes de derecha, serán elementos que pueden ser detonante de acciones internacionales a gran escala para crear las bases del escenario intervencionista. 

Es importante mencionar como se han exacerbado las concepciones religiosas, el idealismo más elemental, buscando explicaciones metafísicas a la enfermedad, su evolución y el desenlace, lo que a pesar de generar un efecto de gran apoyo a Chávez y al gobierno, con saldos políticos positivos para este, al tocar las fibras más sensibles del pueblo, representa un atraso en la lucha contra concepciones anticientíficas. 

Las informaciones sobre el estado de salud han sido dadas por voceros del gobierno sin calificación médica, voceros políticos que se han esmerado en dar opiniones, tratando de expresar su idea de lo que ocurre, pero que no llenan las expectativas de la población por conocer el real estado de salud del presidente, creando esperanzas en una “sanación milagrosa”, mientras en la oposición se tejen las mas morbosas especulaciones, propiciando todo tipo de mitos. 

Rezar por la sanación, y agradecer al mundo por las oraciones, aunque demuestra un alto grado de amor y piedad, no refleja ni contribuye a la elevación de la conciencia política, lo ideal es aprovechar esta situación para explicar al pueblo lo que es el cáncer, sus consecuencias y formas de prevención, siendo solidarios, al evitar enfermedades. 

Para cualquier revolucionario el mejor reconocimiento no está en oraciones y ritos, está en seguir su ejemplo, en profundizar la lucha, y lograr los objetivos planteados, en este caso realmente construir el socialismo y derrotar la reacción y el reformismo. 

Nuestro compromiso solidario con Chávez lo expresamos al profundizar la lucha, enfrentar al imperialismo, la burguesía, la burocracia corrupta y a los funcionarios farsantes e ineficientes que son una traba para una verdadera revolución, sólo la fuerza organizada de la clase obrera, los campesinos y el pueblo en armas serán garantía de esto. 

El socialismo sólo se construye con la alianza obrero campesina en el poder y el pueblo en armas.

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