viernes, 19 de marzo de 2010

Stalin vive en la lucha de la clase obrera mundial

A 57 años de su muerte



   Stalin, el hombre que se forjó como el acero con el estudio de la teoría marxista-leninista, representa hoy, el enemigo más encarnado del imperialismo mundial, su satanización se da por el imperialismo al no perdonarle la osadía de mantenerse fiel a la causa leninista de la revolución proletaria y por edificar el socialismo en la URSS. Este mes, específicamente el 05 de marzo, al conmemorarse 57 años de la muerte del camarada Stalin, reafirmamos que su pensamiento sigue vivo y crece cada día más en la conciencia de los obreros en el mundo.


Es en la ciudad de Tiflis, Georgia, donde nació José Vissarionovich Dzugasvili (Stalin), específicamente en la ciudad de Gori, el 21 de diciembre de 1879. Georgia una de las nación oprimida por el Zarismo en Rusia, donde se les prohibía hablar inclusive su lengua georgiana, las condiciones de las naciones, entre ellas Georgia y de Rusia en general eran de miseria, el proletariado y el campesinado estaban sumidos en la pobreza.

Es en la provincia de Tiflis, donde se vio por primera vez al hombre que se convertiría en el más odiado enemigo de la minoría burguesa y el más querido por millones de proletarios del mundo; Stalin era su seudónimo que significa “Acero” y desde sus inicios en la lucha revolucionaria se apegó al estudio del marxismo, como la herramienta más avanzada de la humanidad para transformar la realidad que padecen los obreros y campesinos en el capitalismo.

Stalin asumió el marxismo y se integró una vez ingresado en el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR) al grupo más firme y consecuente con la lucha de la clase obrera, los Bolcheviques, liderados por el gran jefe de la revolución rusa, V.I. Lenin.

El camarada Stalin en su labor en el seno del partido desarrolló diversas tareas, entre las que podemos mencionar el atraco a un banco para financiar al partido, instalar imprentas clandestinas para reproducir periódicos y octavillas revolucionarias, lo cual fue dándole a Stalin una condición de cuadro probado y fue convirtiéndose con la confianza de su gran guía político Lenin, en un jefe del Partido.

La condición de jefe del partido le permitió a Stalin estar al frente de las grandes luchas que cambiaron el curso del mundo para siempre, como lo fue la hazaña de llevar a la alianza obrero-campesina al poder, conquistar el poder político e instaurar la dictadura del proletariado en Rusia, significando esto un cambio en la realidad histórica universal.

A Stalin después de la muerte de Lenin, le correspondió el papel de jefe y guía del Partido y esta condición le ganó ser el primer marxista-leninista que conoció la historia, elevó y mantuvo siempre en alto el destacado papel de Lenin como jefe del proletariado mundial y emuló su ejemplo de combate y gallardía, se enfrentó a ataques de la contrarrevolución interna en Rusia, a los desleales al partido que se convirtieron en agentes encubiertos del imperialismo, entre ellos Trotsky, quienes inclusive desarrollaron acciones contra el Estado proletario Soviético; Stalin se enfrentó al ataque más despiadado del imperialismo contra la URSS, durante el desarrollo de la II Guerra imperialista mundial para acabar con la revolución proletaria e instaurar el régimen fascista nazi, pero la claridad política del partido direccionado por Stalin llevó a que cayeran los nazi fascistas en la gran guerra patria.

Fue la ciudad de Stalingrado donde finalmente culminó una de las batallas más grandes en defensa de las conquistas logradas por los proletarios soviéticos, el ejército rojo avanzó hasta la ciudad alemana de Berlín, donde se dio fin a la guerra, pero la lucha no terminaba, había mucho que hacer, reconstruir a la URSS de los embates de la guerra no era tarea fácil y a eso se avocó el Partido.

La URSS avanzó rápidamente en la construcción del socialismo y la solidificación de sus bases, la economía se recuperaba superando incluso las metas de lo planificado, las filas del partido crecían cada vez más, el movimiento comunista internacional también crecía, ya que la URSS era el país anhelado por los proletarios de todos los países y el respaldo del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) a las revoluciones proletarias en otros países fue muy importante.

Pero una noticia inesperada enlutó a los pueblos del mundo, pues el 05 de marzo de 1953, muere el camarada Stalin, el guía, el maestro, el jefe ya no estaba, la noticia conmovió a los proletarios de todos los países, sin embargo la fuerza y vigorosidad de emular su ejemplo estaba presente en los obreros quienes con dedicación asumieron la tarea de superar el dolor por esta pérdida y avanzar por la principal causa que su jefe les enseñó, edificar el comunismo.

Luego de la muerte de Stalin, una camarilla revisionista tomó las riendas del Partido, traicionándolo y entregándose desde el XX Congreso de la PCUS a la política imperialista por acabar primeramente la imagen del gran líder y jefe, el camarada Stalin, promoviendo su satanización, pero cuyo verdadero objetivo era acabar con la URSS y su ejemplo. Promovieron campañas por la desestalinización, le atacaron y pretendieron borrarlo de la historia acabando su legado y sus obras, pero hoy la historia devela su fracaso imperialista.

Desde la política desarrollada por los traidores Jrushchov hasta la de Gorbachov, que estaba dirigida esencialmente en acabar con la URSS, como en efecto lo lograron, el imperialismo desarrolló grandes campañas por decir que el socialismo y el comunismo habían fracasado, que el fin de la historia y las ideologías habían llegado, que el capitalismo se sobreponía por encima de cualquier sistema. Hoy vemos todo lo contrario, el socialismo y el comunismo se levantan, la histórica frase del Camarada Marx, “¡proletarios de todos los países, uníos!”, está aún vigente y el proletariado arrecia su lucha contra el capitalismo y sus crisis.

El camarada Stalin, al que creyeron muerto en todos los aspectos revive, sus retratos son levantados por las manos de los proletarios en las movilizaciones contra la crisis capitalista a escala mundial, desde Grecia hasta Ecuador, desde Venezuela hasta Rusia y en todos los continentes, revive el espíritu combativo de Stalin.

Lograr cumplir con su legado es nuestra gran tarea. Hoy el camarada José Stalin es la representación más digna de un comunista marxista leninista, por ser el acero inquebrantable e indiscutiblemente, el férreo luchador que entregó su vida a la causa de la revolución proletaria. Stalin es el digno cuadro revolucionario, ejemplo a emular y su legado vive y será defendido por los partidos comunistas marxistas leninistas que victoriosos llevarán más temprano que tarde a la clase proletaria al poder político y al socialismo.

Publicado en la Edición Nº 4 de Acero Revolucionario

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