El paso de crónicas contradicciones
fronterizas, étnicas o de clase a su agudización con enfrentamientos abiertos,
el agravamiento diario de los conflictos, la presencia constante de masacres,
el genocidio impune, la represión extrema o la violación flagrante y descarada
de la legislación nacional o internacional son otros hechos, que junto a la
amenaza de uso de armas nucleares, reflejan en la práctica esa agudización de
las contradicciones propia de la fase imperialista del capitalismo, cuando se
enfrenta a una crisis profunda y la burguesía busca métodos extraordinarios
para tratar de resolverla.
Hechos que junto a la persecución
cotidiana contra el proletariado y la fascistizacion en los países "en
calma", son acontecimientos que los marxista leninistas hemos anunciado de
manera reiterada y consecuente, no por tener una bola de cristal, sino como
conclusión de nuestras investigaciones con la aplicación del método
materialista dialéctico que permiten reconocer el avance de la política
reaccionaria contra el proletariado a nivel global.
Otro evento de significado es que
la conmemoración de los 80 años de la derrota del fascismo tenga un acto
central en Rusia, y que además también haya otros actos, casi insignificantes,
en Francia, Alemania y otros países, puede servir de referencia para valorar la
forma como se van asumiendo los aglutinamientos entre las potencias
imperialistas y cómo van abordando sus contradicciones.
El bloque China y Rusia se concentra estas fechas en Moscú, y a pesar de las desquiciadas amenazas del payaso Zelensky, el gobierno de Putin logra aglutinar decenas de jefes de Estado y de gobierno para recordar con gran orgullo aquella heroica epopeya del ejército rojo y el pueblo de la Unión Soviética, es bueno aclarar: no sólo ruso, contra las hordas nazi-fascistas que amenazaban con destruir la URSS y someter la humanidad.
La fecha del 80 aniversario de
aquella gesta antifascista, de la cual un héroe de primera línea fue
innegablemente el marxismo leninismo y el Partido Comunista, con Stalin a la
cabeza, que pretenden dejar a un lado, pero que aflora en la simbología secundaria
y en la mente de los luchadores honestos de todo el mundo es un hecho a
observar. El hecho de ver ondear la bandera roja con la hoz y el martillo sobre
el Reichstag es de gran significación ideológica y simbólica.
Esos actos, con la imposibilidad
de borrar al Partido de Lenin y Stalin, sirven al bloque China - Rusia para
demostrar su liderazgo sobre un grupo importante de gobiernos, así como para
retar al bloque EE.UU.- U.E que cada día va aplicando políticas más arbitrarias
y de extrema derecha, ubicándose en la línea que los acerca al fascismo,
creándose un enfrentamiento simbólico de posiciones oportunistas y
manipuladoras de la historia y de los verdaderos objetivos de cada actor.
No es un dato menor la simbología
de los actos del 80 aniversario del triunfo contra el fascismo: La presencia
cercana y principal de Putin con Xi jinping, así como la bandera roja con la
hoz y el martillo detrás de la bandera rusa, la presencia de más de 29 países,
primordialmente de gobiernos que tienen diversos niveles de contradicciones con
el gobierno de EE.UU., algunos en lo económico, militar o simbólico, permite
ver el papel de dirección jugado por Rusia en lo militar y China en lo
económico, siendo juntos la cabeza dirigente de ese bloque imperialista,
pudiendo además confirmar nuestra tesis de la existencia de dos bloques
imperialistas confrontados, ratificando que hay una, cada día más clara,
contradicción entre esos dos bloques imperialistas, aunque ambos tengan una
base económica capitalista y sus potencias dominantes sean imperialistas.
Cada bloque cuenta con una
historia y tradición diferente, que le da rasgos distintivos. Esto no significa
que exista un "imperialismo bueno" para el proletariado, sino
solamente que ambos bloques tienen diferencias objetivas y contradicciones que
debemos valorar.
En este punto es muy importante
reconocer esas diferencias y para ello es necesario tomar en cuenta el pasado
revolucionario de China y Rusia, a diferencia del bloque EE.UU. - U.E. que ha
sido principalmente reaccionario.
Aprovechando ese período
revolucionario de su historia en el siglo XX, China y Rusia asumen un discurso
de "potencias emergentes", pretendiendo borrar su tradición imperial,
como si hubiesen surgido ayer y sin pasado opresor.
Es necesario recordar que ambos
países fueron potencias imperiales, han tenido poblaciones sometidas, serviles
y esclavas. Sólo en el período revolucionario, que ubica una parte del siglo
XX, derrotaron esa política y liberaron a esos pueblos, pero eso cambió, y
actualmente detentan todos los rasgos del Imperialismo y evidentemente añoran
su pasado como centro opresor regional, ya que su burguesía está enfrascada en
aumentar sus riquezas con la explotación del proletariado, sometiendo a pueblos
y nacionalidades minoritarias o periféricas, bien sea por vías económicas,
ideológicas o represivas. Trabajan en exportar capitales, consolidando su
oligarquía financiera y expandiendo su influencia política y militar.
Por otra parte, el bloque EE.UU.-
U.E. atraviesa una etapa de reajuste. La maniobra de Trump de amenazar a los
países ubicados en la U.E. y OTAN diciendo que si no se someten a su política
van a ser aplastados por Rusia, más la aplicación de altos aranceles, ha
generado un desequilibrio en ese bloque, que Trump espera resolver a su favor
terminando de someter de forma autoritaria a los países de la U.E. para
consolidar un bloque totalmente sincronizado con sus posiciones de extrema
derecha.
En tiempos de crisis debemos
analizar fríamente el comportamiento del enemigo de clase y saber
caracterizarlo, pero más importante aún es consolidar nuestras propias
posiciones y organizaciones, principalmente consolidar el Partido, con
verdaderas prácticas marxista leninistas, con cuadros entregados a las tareas
teóricas y prácticas, con un nexo de masas a nivel nacional que permita crecer
en la línea revolucionaria, para en el momento oportuno ubicarse en el papel de
dirección real.
En el caso particular de nuestro
país debemos seguir trabajando la línea trazada por los Congresos de los
Marxista Leninistas de Venezuela: Asumir el Apoyo Crítico con Exigencias y la
Alianza Obrero, Campesina y Comunal como base del trabajo que nos permitirá
continuar en la resistencia y lucha contra la agresión imperialista, hasta
acumular la fuerza necesaria para imprimir los cambios estructurales que se
requieren en la línea de la democracia popular rumbo al socialismo.
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