Biden, Netanyahu, Trump, Musk,
Prince, son ejemplo de esa actitud, heredera de las ínfulas de superioridad que
provocó engendros como Hitler, Mussolini o Franco, que llevaron el mundo a
guerras y provocaron, como respuesta adecuada, grandes revoluciones, propias de
la fase superior del capitalismo, fase por la que hoy transita la humanidad
independientemente que nos guste o no, y que para superarla es menester
estudiarla y comprender científicamente qué significa el imperialismo y el
fascismo, sus expresiones actuales, para buscar las vías de derrotarlos.
La burguesía tradicional, pro
yanqui, representada por MC. Machado, L. Mendoza, Capriles, L. López,
emparentados entre ellos y con ínfulas de sangre azul, representan abiertamente
en Venezuela los intereses de los capitales estadounidenses y europeos, que
junto a los lacayos de Fedecamaras Y Venamcham han trabado siempre para tratar
de garantizar el sometimiento del pueblo de Venezuela y la derrota de cualquier
proyecto de emancipación, por lo tanto, son un enemigo a expropiar en las
siguientes coyunturas para disminuir o eliminar sus fuentes de financiación y
logística.
También es necesario aclarar que
existen los representantes comerciales del otro bloque imperialista, que han
venido pasando, por medio de la corrupción y negociados, a constituir la
burguesía emergente, nueva burguesía o burguesía supuestamente "revolucionaria"
que pretende frenar el desarrollo popular y consolidar un modelo de capitalismo
dependiente, sumiso a los capitales de Rusia y China, donde ellos sean los
representantes del centro de dominación alternativo, pero siguiendo los
trabajadores y el pueblo sometidos a los designios del gran capital
internacional sin romper las ataduras externa ni generar un desarrollo
endógeno, son también un obstáculo, hoy de segundo orden, en el camino
verdadero de la liberación nacional y el socialismo.
Esto genera una lucha sin cuartel
donde el modelo de imperialismo monopolista tradicional (EE.UU-U.E) y el
capitalismo monopolista de Estado altamente centralizado (Rusia - China), como
dos formas económicas diferenciadas, pero que su función es la mayor
acumulación de capital, miden fuerzas y exponen resultados, para convencer,
intimidar o imponer su modelo de sociedad, llevando al mundo a una
confrontación de grandes dimensiones, que busca, en definitiva, realizar un
nuevo reparto del mundo ya repartido para tratar de expandir aún más el modo de
producción capitalista y terminar de consolidar el imperialismo como su fase
superior, de dominio a nivel histórico universal.
En estos momentos de choque
directo y confusión debemos tener claro cuál es el peligro principal (El
fascismo de la extrema derecha pro yanqui) y el enemigo común (el imperialismo)
para consolidar la unidad de resistencia y lucha en el Frente Popular y mantener
en alto el proyecto independiente y autónomo de desarrollo endógeno,
diferenciado de las amenazas, con las que inevitablemente chocamos, porque no
nos subordinamos, lo que implica comprender esas fuerzas inmensamente poderosas
para lograr abrir camino a la verdadera propuesta socialista, revolucionaria,
de democracia popular, que es el único modelo realmente alternativo a la
opresión de los poderosos capitalistas, porque no debemos conformarnos con ser
esclavos de uno u otro bloque.
La juramentación de Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela, con el aval de todos los órganos del poder público nacional y de la mayoría del pueblo que se moviliza en las calles del país, es un hecho que los revolucionarios del mundo debemos respaldar, independientemente de las formalidades del caso, ya que las formas de la democracia burguesa no pueden estar por encima de la realidad de un pueblo que resiste y lucha contra la agresión imperialista, contra un bloqueo económico y ante una amenaza militar del bloque imperialista tradicional.