A través de su vocería oficial, el gobierno de Irán ha declarado que la operación militar se ha ejecutado como una respuesta al asesinato del líder de Hizbola, Hasan Nasrala, a mano del ejército de Israel, en una operación militar efectuada violando la soberanía del territorio libanés.
Luego de efectuada la operación se han producido una serie de reacciones, algunas señalando que la responsabilidad de esta escalada de violencia guerrerista es provocada por las posiciones del gobierno de Netanyahu, que se ha propuesto desarrollar una operación exterminio contra algunos pueblos del Medio Oriente.
Es necesario destacar que, muy a pesar de querer responder de la manera más destructiva posible al ataque iraní, el gobierno de Netanyahu se ha visto obligado a tomar las cosas con moderación luego que su principal socio, los EE. UU., le "recomendara" no atacar instalaciones petroleras.
La petición de los EE. UU. tiene su base en que de atacar a Irán, y muy particularmente sus instalaciones petrolera, puede ser muy contraproducente para los negocios de EE. UU. y sus socios, particularmente si ante cualquier ataque desarrollado por el ejército de Israel a las instalaciones petrolera de Irán provocan como reacción una subida muy fuerte del precio del barril de petróleo en un momento en que la demanda crece y que los mismos EE. UU. necesitan del suministro a tiempo de una importante cantidad de petróleo para sostener sus acciones de guerra por parte de sus tropas en diferentes partes del mundo.
El gobierno sionista de Israel recibe así una dura respuesta en la que además quedaron develados una serie de debilidades que en la actualidad presenta el sistema de defensa de Israel.
Además, el ataque se produce en un momento donde se cumple un nuevo año de la operación de las fuerzas de Hamas. Las fuerzas y aliados de los sionistas, días después de que tropas de Hamas efectuaran un ataque en territorio de Israel, el gobierno en boca de Netanyahu, prometió llevar a cabo una operación que, según él, en cuestión de días acabaría totalmente con los focos de resistencia y las tropas dirigidas por Hamas, sin embargo, un año después de iniciar su operación de exterminio, ni ha podido acabar con Hamas y la resistencia palestina, no ha liberado a la totalidad de los rehenes, ni ha podido dominar totalmente el territorio de Palestina. Esto en concreto, constituye una derrota para el gobierno sionista que intentan maquillar con el anuncio de nuevas operaciones militares en otros territorios.
La operación exterminio llevada a cabo por el ejército sionista ya llegado a niveles tan altos de violencia, descaro, y cinismo que algunos socios de Israel empiezan a cuestionarlo, claro está que lo hacen por el hecho de evitar pagar un precio político muy alto por aparecer como cómplices del genocidio contra el pueblo de Palestina; pero además, lo que más interesa a los imperialistas, es que con todo lo que han hecho no han podido desalojar a los palestinos de su territorio para poder ejecutar los proyectos económicos que el capital financiero se ha propuesto ejecutar allí.
El Frente de Guerra en Ucrania continúa recibiendo grandes inversiones por parte de los círculos imperialistas.
A pesar de que el ejército ruso ha logrado importantes avances territoriales, recuperando algunas localidades, hechos que se han acompañado de reportes sobre grandes cantidades de bajas en las tropas ucranianas, los círculos imperialistas que se mueven en torno de los EE. UU.- UE – OTAN, han respondido con un nuevo paquete de ayuda financiera y militar con el propósito de mantener la capacidad operativa del ejército de Ucrania y la gran cantidad de mercenarios que han unido por negocio.
Es clara la disposición de los círculos imperialistas en continuar y expandir la guerra, pues para ellos se trata de un gran negocio donde los pueblos van a cargar con las consecuencias terribles que comporta el desarrollo de este fenómeno, mientras las corporaciones conformadas en el marco de los intereses del capital financiero obtienen enormes ganancias económicas.
Más inversiones multimillonarias han sido aprobadas para sostener la guerra, lo cual sustenta el negocio del complejo industrial militar, que además echa mano de sus agentes políticos para avanzar en la implantación de una actividad económica ajustada a la dinámica y condiciones de guerra.
Otro elemento a tomar en cuenta es que, al expandirse y agudizarse la guerra a otros territorios, la consecuencia inmediata es la multiplicación del número de personas desplazadas.
La población desplazada, además queda por vía de fuerza, sometida en gran parte a los intereses de las corporaciones imperialistas que manejan el negocio del narcotráfico, trata de personas, contrabando y ventas de órganos, entre otras.
Las organizaciones mafiosas que al fin de cuentas responde a los intereses de los consorcios capitalistas ven en la población inmigrante una fuente de materia prima para sus negocios, por lo que han perfeccionado todo un sistema de funcionamiento para aprovechar en favor de sus ganancias una de las consecuencias de las guerras que ellos mismos promueven. Como podemos ver, todo un negocio redondo.
Las elecciones de los EE. UU. y algunos de sus posibles impactos a nivel mundial.
Los resultados de las elecciones en los EE. UU. como elemento determinante del rumbo de la economía y la política en el mundo.
Mucho se ha hablado sobre los posibles escenarios que pueden desencadenarse a partir del resultado de las próximas elecciones en noviembre en los EE. UU. Los grupos financieros que representan Kamala Harris por el lado demócrata y Donald Trump por el lado republicano, están relacionados con propuestas de rutas económicas y los socios que están dispuestos a desarrollarlas, los primeros centrados en profundizar su dominio partiendo de expandir sus acciones a diversas partes del mundo y el otro partiendo de generar un movimiento para promover a que las inversiones se concentren en la actividad productiva interna, algo que suena muy contradictorio en la época imperialista.
Sabemos que, desde el punto de vista de clase, ambos obedecen a los intereses de la burguesía imperialista, pero pueden diferenciarse a partir de su táctica para intentar lograr su reacomodo.
En este sentido, los pueblos del mundo entienden que lo que cambia con las elecciones presidenciales en EE. UU. es la forma, rutas y socios con los que los imperialistas intentarán someter a los pueblos.
Esto a su vez, va a determinar los niveles y formas de influencia que van a intentar imponer los agentes del imperialismo en las dinámicas económicas políticas de los países, los pueblos y en el Proletariado en particular. En este sentido, es necesario tener un férreo seguimiento al desarrollo de la realidad concreta y las manifestaciones de estas contradicciones interimperialistas.
Colombia:
Una vez más, los factores más reaccionarios de la política en Colombia se coordinan para asestar un golpe contra el gobierno socialdemócrata de Gustavo Petro.
Es un escenario muy complejo para un gobierno que enfrenta estructuras de mucho poder, que son expresiones de las instituciones del Estado burgués que en lo general se mantiene intacto y conserva en buena medida la dirección en el funcionamiento de las instituciones en favor de los intereses de los explotadores.
Para poder enfrentar con éxito el intento las acciones ofensivas de golpe de Estado, requiere fortalecer la vinculación con el movimiento popular, y esto requiere desarrollar acciones dónde éste sea escuchado y reconocido en la práctica, en la ejecución de acciones que determinen nuevos horizontes en lo económico, político y social donde sean favorecidos los trabajadores por encima de los intereses del capital.
Venezuela:
El llamado a la reorganización del poder popular, la reorganización del gabinete de gobierno, las acciones para enfrentar las agresiones imperialistas, la denuncias y desmantelamiento de planes orquestados por factores de la oposición, planes que tenían carácter violento, fueron algunos de los elementos más resaltantes en las últimas semanas en nuestro país.
Particularmente, luego del 28j la dinámica política en nuestro país entró en una nueva fase. Esta se caracteriza por una mayor agudización de las contradicciones de clases, y un reacomodo de las organizaciones políticas del país, tanto de la oposición como del gobierno.
Tanto el gobierno como factores de la oposición han girado directrices a sus fuerzas para reorientar sus acciones.
Lo antes expuesto, está vinculado a los impactos y consecuencias que han dejado los sucesos posteriores al resultado electoral del 28 de julio en nuestro país, los cuales constituyeron una alerta para las organizaciones populares y revolucionarias en general y significaron un llamado urgente a atender con premura el fortalecimiento y consolidación de su capacidad de dirección de las amplias masas.
Además de esto, el principal partido de gobierno, el PSUV, también intenta reorganizar y revitalizar sus estructuras y su capacidad de dirección y movilización en los territorios.
Sin embargo, estas acciones se han caracterizado en buena medida por el pragmatismo, con lo cual se buscan resultados sin mayor atención a las formas y mecanismos que se aplican para obtener los mismos. Es pues, exacerbar contradicciones entre la forma y el contenido que, de no corregirse, será una iniciativa más.
En este sentido, se impone la necesidad de la coherencia máxima entre lo que se dice y lo que se hace, y para garantizar esto es imprescindible la participación del Proletariado y el movimiento popular revolucionario en la dirección de las acciones.
Para esto, es imperante que el movimiento popular revolucionario en general y el Proletariado en particular puedan superar la dispersión, manifestación de debilidades orgánicas, políticas e ideológicas para poder cumplir con efectividad y eficacia las tareas que impone el momento actual.
Combatir el oportunismo, el divisionismo ideológico, el individualismo, para que no sigan multiplicándose en las organizaciones revolucionarias y, atrofie el músculo organizativo, político e ideológico de las mismas, es de vital importancia hoy, más cuando luchamos contra los agentes del fascismo que se han posicionado para actuar en favor de los sectores más reaccionarios vinculados al imperialismo Yankee.
Una nueva ofensiva contra las condiciones de vida de los trabajadores.
Nuevamente, se utiliza el ataque a la moneda y la manipulación del precio del dólar como mecanismo de agredir y afectar las condiciones de vida de los trabajadores.
El llamado dólar paralelo en pocas semanas ha experimentado una subida de más del 15%, lo que se expresa en el precio de los alimentos y otros artículos que son requeridos por los trabajadores.
Bajo este mecanismo, en lo concreto, se experimenta una baja del salario real, ya que los trabajadores pueden adquirir menos productos para su consumo.
La burguesía, además promueve con este mecanismo la especulación, actividad que le genera grandes ganancias. Mientras tanto los mecanismos adoptados por el gobierno a través de sus instituciones, destacan por su ineficiencia en detener este fenómeno, tanto así, que parte de los sectores populares llegan a asumir que el gobierno es cómplice al no ejercer mayor fuerza contra los especuladores y la operatividad de estas páginas de cotización paralela. Es necesario cárcel y confiscación para los grandes especuladores y sus cómplices, la burguesía que atentan contra el bienestar del pueblo.
Urge mejorar la situación de los trabajadores.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro ha anunciado en reiteradas oportunidades que el comportamiento de la economía en el país ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años. Este importante logro sin duda es gracias a los trabajadores que, con sus esfuerzos permanentes y soportando condiciones muy duras, han sabido mantener la actividad productiva a pesar de los efectos generados por las acciones del imperialismo contra nuestro país.
Esto a su vez, requiere que los trabajadores a los que principalmente se debe este importante logro, sean reconocidos más allá de las palabras, aplicando medidas y acciones para avanzar, fortalecer y consolidar su capacidad de dirección en aspectos de la economía como la producción, distribución, comercialización.
Pero además de avanzar en estos aspectos centrales que requieren tiempo para su desarrollo, también es necesario que los trabajadores siendo la piedra angular de la recuperación económica puedan contar con medidas inmediatas que aseguren mejorar sus condiciones de vida, es decir puedan obtener mayores beneficios del conjunto de las riquezas que ellos han contribuido a crear. Menos beneficios a la burguesía, más beneficios económicos para los trabajadores.
¿Qué implican las actuales condiciones económicas y políticas que marcan la realidad para el Proletariado?
En primer lugar, la necesidad de conformar, fortalecer y consolidar espacios para la lucha en los diferentes terrenos y escenarios donde la realidad concreta lo exija.
Esto pasa por entender que la lucha por la paz de los pueblos pasa por garantizar el avance del Proletariado en torno a los objetivos de la lucha por la liberación nacional y el socialismo.
Estos elementos de la lucha política, además, deben asumirse partiendo de que esto está concatenado con el fortalecimiento de la capacidad del Proletariado y los pueblos para alcanzar conquistas significativas en su lucha por el mejoramiento y defensa de sus condiciones de vida.
¡EL SOCIALISMO SOLO SE CONSTRUYE CON LA ALIANZA OBRERO CAMPESINA
EN EL PODER Y EL PUEBLO EN ARMAS!
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