Elementos de la realidad política internacional.
El reacomodo de las fuerzas imperialistas sigue marcando la dinámica internacional, expresado en constantes movimientos de los espacios económicos, políticos y sociales encabezados y promovidos por los principales países imperialistas que en la actualidad libran una lucha feroz por tomar ventajas en el marco del reparto del mundo.
Los fenómenos como la guerra, lejos de ceder, van fortaleciéndose de la mano de los intereses del capital financiero, y muy particularmente aquel vinculado a la gran industria energética y al complejo militar industrial.
La guerra en Ucrania sigue su desarrollo, convirtiéndose en la causa de grandes inversiones financieras para sostener un conflicto militar donde las potencias militares llevan a cabo acciones propias de la destrucción de las fuerzas productivas, ponen en acción el viejo parque industrial militar que será destruido de la mano de las innovaciones tecnológicas que hoy son probadas en el terreno lo que a su vez es elemento que servirá para la imposición de la renovación de equipo a los principales ejércitos del mundo, y que parte de ellos están participando activamente ahí en la guerra en Ucrania.
La guerra como parte de los movimientos tácticos y estratégicos ejecutados por los imperialistas van a catalizar los efectos de las acciones ejercidas por los bloques imperialistas que van a impactar de una manera muy particular la vida de millones de trabajadores quienes son obligados a someterse a legislaciones y mecanismos de control, que van desarrollándose al ritmo que determinan los grandes monopolios según como se van definiendo sus intereses en el contexto de las contradicciones interimperialistas cuya expresión la tenemos en la actualidad en diferentes escenarios que enfrentan a los bloques imperialistas y sus aliados en diferentes formas. Estos como expresiones del capital financiero, van a diseñar diversas estructuras económicas, políticas, jurídicas, diplomáticas, que van a ser instrumentos de ejecución de las tácticas para el dominio de los pueblos.
Es clara la lucha que libran los bloques imperialistas EE.UU-UE y China y Rusia. El primero se aferra en general a las formas de dominación que tanto resultados a sus intereses ha producido, la política del garrote, acompañada de restricciones económicas, políticas, militares y diplomáticas a quienes manifiesten desacuerdos u observaciones a sus decisiones. El segundo por su parte, se inclina por promover acuerdos financieros y militares en los que tiene amplias ventajas con sus “socios” al ser estos países de economía dependientes, algunos con contradicciones agudizadas con países del bloque EE.UU-UE, que lo mueve obligatoriamente a renegociar su dependencia y lograr convenios que les permita algunos “beneficios” que bajo la forma de dominio de los EE.UU-UE se les hace muy difícil alcanzar.
Todos los escenarios con sus formas son utilizados por los imperialistas, la ONU, institución que cada vez más desprestigiada, junto a instituciones como la OEA, FMI, BM, entre otros, son la expresión de un orden mundial, que se fortaleció y consolido en un momento de la mano de la hegemonía imperialista de los EE.UU- UE y que va cediendo por la fuerza de los resultados que se van forjando en el marco de su confrontación con el bloque China-Rusia, que siguen construyendo alianzas y acuerdos con el firme objetivo de lograr la hegemonía económica, política y militar. Es expresión todo esto del reacomodo capitalista, en su fase imperialista, fenómeno que mantiene su esencia, y se sustenta de la explotación de los pueblos, conservando, a pesar de su forma, el contenido de clase, sus características entre las que están asegurar el dominio sobre los pueblos, sus recursos económicos, sus territorios, dejando como consecuencia pauperizaciones general de los trabajadores.
A los escenarios antes descritos se ha sumado otro, el de la guerra entre Israel contra el pueblo de Palestina. Recientemente, el grupo islámico Hamas como parte de la resistencia palestina, realizó una serie de ataques contra posiciones del Estado sionista de Israel. Este reaccionó llevando a cabo diversos ataques contra la población civil de los territorios ocupados, en una especie de operación exterminio, cuyos rasgos genocidas se expresan de manera tan brutal que ha provocado el rechazo generalizado de buena parte del mundo. Sin embargo, el lobby sionista fascista que comanda la política en Israel ni si inmuta ante estos señalamientos y emulando la política nazi sigue desarrollando sus acciones hasta llegar a la osadía de bombardear hospitales.