martes, 23 de septiembre de 2014

Resolución XIX sesión plenaria de la CIPOML



En la Mitad del Mundo, en un ambiente de camaradería y solidaridad internacionalista, los miembros de la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas (CIPOML), nos reunimos para compartir y debatir análisis y experiencias. Hemos llegado a resoluciones que contribuirán al cumplimento del papel histórico del los marxista-leninistas, de los revolucionarios, de los combatientes antimperialistas y antifascistas, de la clase obrera, de los pueblos oprimidos y de la juventud.

Sobre la situación internacional

*Se agudizan las contradicciones fundamentales de la época*

La crisis económica internacional que se expresa en algunos países, particularmente de Europa Occidental, y el decrecimiento económico de otros, son la más clara demostración de que se agudizan las contradicciones fundamentales: entre el capital y el trabajo, entre el imperialismo y los pueblos y naciones oprimidas, entre las potencias y monopolios imperialistas. Es una crisis cíclica que se desarrolla sobre el terreno del agravamiento de la crisis general del capitalismo iniciada un siglo atrás.

Se profundiza también la lucha ideológica y política entre los revolucionarios proletarios que combatimos por el socialismo, y la reacción, el liberalismo y el oportunismo que defienden el capitalismo y el imperialismo.

Los países imperialistas encabezan el decrecimiento de la economía, en primer lugar los Estados Unidos, que tiene un crecimiento industrial cero. En Japón se producen nuevos descensos de la economía. Varios países de la Unión Europea enfrentan una recesión que golpea mayormente a Grecia, España, Portugal, Italia, Irlanda y amenaza a Francia, Bélgica y otros. Los propios economistas burgueses hablan de que esos países tardaran muchos años para volver a los niveles anteriores al 2008 e iniciar el proceso de recuperación.

Las economías denominadas como- locomotoras- del capitalismo, China, India, Rusia se encuentran en un proceso de desaceleración económica, acentuándose esa situación en Brasil que desciende de manera sostenida. Los países dependientes de América Latina, África y Asia sufren el impacto de la crisis en menor escala, debido a los altos precios de las materias primas, recursos naturales y productos agrícolas; registran un crecimiento con desniveles.

Los grupos monopolistas, los países imperialistas y las burguesías nativas, sus gobiernos, trasladan el peso de la crisis a las masas trabajadoras, los pueblos y la juventud. En todos los países del mundo vemos la intensificación de la explotación de la clase obrera con el pretexto del aumento de la competitividad; en Europa golpean los despidos masivos de trabajadores, la reducción de los salarios a través de chantajes, etc., el aumento de la precariedad ocupacional y la flexibilidad laboral bajo diferentes denominaciones en nombre de la máxima ganancia monopolista.

Los emigrantes de todo el mundo son víctimas de esa política, además enfrentan la discriminación, la xenofobia, el racismo; son colocados como enemigos de los trabajadores nativos que los culpan del crecimiento del desempleo; son mano de obra barata que utilizan los capitalistas para su mayor acumulación.

En el campo empeoran las condiciones de vida y de trabajo como consecuencia de la política de precios, de los tratados de libre comercio, que benefician los monopolios de la industria agroalimentaria. Los negocios del agro se desarrollan de la mano con la creciente monopolización de la tierra, de la producción agropecuaria y de la comercialización que se asientan en la super explotación de los trabajadores del campo y de la dependencia imperialista impuesta sobre la mayoría de los países.

La juventud se ve afectada por que se restringe la educación pública, convirtiendo las escuelas en productoras de fuerza de trabajo barata, al servicio del capital; masas enormes de jóvenes se incorporan a los millones de desempleados, inclusive graduados universitarios

Mientras los grandes monopolios financieros e industriales continúan siendo alimentados por los fondos públicos se disminuyen y recortan drásticamente los presupuestos sociales, los dineros destinados a salud pública, educación, vivienda, seguridad social, etc.; se elevan los años para la jubilación y en algunos países se llegó a la decisión de disminuir los salarios e incrementar la jornada laboral.

Es de tal magnitud la crisis que el imperialismo y los gobiernos implementan políticas cada vez más brutales, agresivas, expoliadoras y represivas contra las masas trabajadoras y populares.

*Las políticas del capital se vuelven más autoritarias y represivas*

Junto a la crisis económica camina la crisis política de la burguesía, se expresa en las instituciones, en la deslegitimación de la política en general, de la democracia burguesa y de los partidos políticos en particular.

Una manifestación de esta realidad es la alta abstención en las elecciones en muchos países, la pérdida de confianza en los tradicionales partidos políticos de la burguesía, incluidos los partidos reformistas y socialdemócratas. Esta situación se manifiesta en varios países en el desencanto, en la inconformidad de las masas, en la búsqueda de alternativas de cambio que están siendo cubiertas por opciones burguesas en nombre de la izquierda, del “socialismo democrático”, del “socialismo del siglo XXI”. También abre espacios a nuevas fuerzas reaccionarias, en algunos casos fascistas, fundamentalistas y populistas que con su demagogia se presentan como alternativa de cambio para los pueblos.

A la pérdida de credibilidad de las instituciones burguesas nacionales, se añade el desprestigio de los organismos internacionales del capitalismo y la globalización como el FMI, la OMC, la OTAN, la UE, ONU, etc.

Las masas no avanzan a distinguir plenamente a los partidos que representan sus intereses. Eso se debe, principalmente, a la influencia de las ideas reaccionarias, a la ofensiva ideológica del imperialismo y de las burguesías para que pierdan interés en la lucha por el poder y asuman el anti partidismo, con lo cual los grupos dominantes continúan con la manipulación de las masas y del poder, a la presencia y la actividad de las diferentes manifestaciones del oportunismo y el revisionismo, y desde luego, a la debilidad y limitaciones de la izquierda revolucionaria.

Otra manifestación de esa tendencia es la involución de los gobiernos llamados progresistas, especialmente en América Latina, que han expresado sus límites ideológicos y políticos, y en su condición de administradores de la crisis adoptan medidas que afectan a los pueblos, criminalizan la protesta social. En algunos casos utilizan el nombre de izquierda, de la revolución, del socialismo para impulsar su proyecto de modernización capitalista

En general, asistimos a un proceso de creciente autoritarismo, del desarrollo del terrorismo de Estado en el ejercicio del poder burgués, de la negación de la soberanía nacional y del derecho de autodeterminación de los pueblos, a la restricción de las libertades públicas y democráticas, a la criminalización de la lucha social y popular, a la supresión gradual de los derechos y de las libertades de los pueblos alcanzadas con años de lucha.

*La disputa por un nuevo reparto del mundo se agudiza*

La incapacidad del imperialismo por resolver su crisis, los sacrificios gigantescos de los pueblos, de las masas trabajadoras, obliga a buscar otras formas de solución. Una de estas es la preparación de nuevas guerras imperialistas, el incremento significativo de los presupuestos para gastos militares, las tropas de ocupación en países ricos en recursos naturales y ubicados en zonas geoestratégicas como Afganistán, Irak, Líbano, Congo, Malí, etc., sufren nuevas agresiones militares.

Esta situación se manifiesta particularmente en África, un continente con grandes recursos naturales, y agrícolas que el imperialismo utiliza para el perfeccionamiento de la tecnología y para tratar de salir de su crisis; y, en el Próximo Oriente para el control y explotación de los recursos energéticos. En estas regiones del mundo son evidentes las contradicciones y las rivalidades de las potencias y los monopolios imperialistas. Se expresa la tendencia a una mayor polarización entre Estados Unidos y la Unión Europea por un lado y China por otro; Rusia se incorpora a la disputa por sus propios intereses, al tiempo que se proyecta el BRICS como un nuevo bloque por el dominio planetario.

En Siria se viene desarrollando un conflicto político militar que involucra a la población entera, ha desembocado en una guerra civil reaccionaria que es el pretexto para la intervención imperialista y sionista. El peso de la opinión pública internacional, los intereses propios de varios países imperialistas, la denuncia de los sectores democráticos y aun de varios gobiernos y personalidades, entre otros, ha detenido momentáneamente esta intervención. EE. UU. sólo alcanzó a unir a Francia, Israel, Arabia Saudita y Turquía en esta guerra de agresión. Subrayamos que en este conflicto el imperialismo inglés no respaldó a EE.UU cuando durante varios años ha sido su aliado incondicional.

Al mismo tiempo, se demostró un papel más activo a nivel diplomático y militar de Rusia, que en los hechos la convirtió junto con EE.UU. en los árbitros del conflicto de Siria, dejando de lado a los pueblos y trabajadores que tendrán que subordinarse a los designios de las fuerzas extranjeras. El principio de autodeterminación de los pueblos está siendo, una vez más, burlado y pisoteado por los países imperialistas.

La crisis económica, la super explotación de las masas trabajadoras, así como la política de guerra y de saqueo imperialista agiganta la obligada y masiva emigración de millones de seres humanos que salen de su país huyendo de la guerra, de la violencia, de la miseria y en busca de un futuro mejor. En ese intento encuentran las fronteras cerradas, centenas mueren en la travesía y si logran acceder a su destino son objeto de la más cruel opresión y explotación, son vejados y maltratados por las mismas potencias imperialistas causantes de la ruina de sus países.

Los acontecimientos de Siria, otros eventos en África, Asia y Próximo Oriente, la expansión de la economía China están agudizando las contradicciones interimperialistas. China está ganando terreno con una agresiva política de exportación, con inversiones importantes en los países dependientes, con la tenencia de bonos del tesoro norteamericano (se ha convertido en el principal acreedor de EE.UU.); además, está trabajando por potenciar su aparato militar.

No es casual que los Estados Unidos ha priorizado la región asiática como una área estratégica en la cual concentra su fuerza militar para mantener su posición de supremacía.

*La respuesta de los trabajadores, los pueblos y la juventud crece de manera significativa*

El imperialismo y la burguesía descargan el peso de la crisis sobre los hombros de los trabajadores, de los pueblos, de los jóvenes en todos los países, imperialistas y dependientes.

Estos pueblos no se mantienen pasivos, están desarrollando su lucha y su organización. En este sentido destacan los continuos e importantes combates de la clase obrera y la juventud en Turquía, Brasil, Egipto, Túnez, Portugal, China, Bangladesh, Colombia, Chile, Grecia, Italia y España, entre otros.

Inclusive expresiones anti sistema de amplios sectores de la juventud y las capas medias en diversas latitudes se suman a la lucha de los trabajadores, luchas que han ido más alla de la reivindicación económica. Son gigantescas oleadas de las masas que en los últimos meses se han acelerado y se expresan contra las instituciones (establishment), a pesar de no tener un rumbo revolucionario abren la perspectiva de una nueva situación, alientan a las fuerzas progresistas y revolucionarias. En definitiva en todos los países, los pueblos manifiesta su descontento, protestan y buscan un camino que los conduzca a la solución de sus graves problemas.Una importante lucha de los trabajadores, los pueblos y la juventud en contra de las dictaduras y la tiranía se manifiesta en el Norte de África y Próximo Oriente; en Túnez, Egipto la lucha de resistencia contra el imperialismo y la reacción crece a pesar de todos los recursos que éstos utilizan para tratar de aplacar las luchas y desviarlas de su rumbo revolucionario. Expresiones de este proceso reaccionario son la utilizacion de los fundamentalistas islámicos, asi como los golpes de Estado y las intervenciones militares directas.

La CIPOML es parte de los trabajadores y de los pueblos que luchan por sus derechos, por su liberación social y nacional. Asumimos nuestra obligación de estar donde se libran las batallas, las apoyamos para que se encaminen hacia su objetivo final. De manera particular respaldamos la lucha que libra el pueblo de Túnez, nuestro partido hermano y el Frente Popular para alcanzar los objetivos de la revolución y el poder popular.

*Las tareas de los comunistas en la situación actual*

En estas aguas tormentosas de la lucha de clases nos corresponde cumplir con políticas y tareas que den respuesta a las siguientes cuestiones: ¿Cuál es la fuerza social que está en capacidad de derrotar al imperialismo, la burguesía y la reacción? ¿Quién debe dirigir las grandes o pequeñas oleadas de lucha? ¿Cuál es la sociedad que los trabajadores requieren para sustituir este sistema agonizante?

Para ofrecer una respuesta a estas preguntas es imprescindible consolidar, desarrollar y construir el Partido comunista como partido de vanguardia de la clase obrera, que se involucre profunda y permanentemente en el crisol de la lucha de las masas, en todos los casos, ya sean luchas organizadas o espontáneas; debemos trabajar para unificarlas y dirigirlas hacia la revolución social.

Nos proponemos reforzar la movilización y la organización de las masas explotadas y oprimidas en todos los terrenos, utilizando todas las formas de lucha y de organización que correspondan a las situaciones concretas.

Es de fundamental importancia impulsar la unidad de la clase obrera y el campesinado, así como de todos los sectores oprimidos por el capitalismo y otras formas pre capitalistas de explotación, bajo la dirección de la clase obrera y de su Partido. Resaltamos la necesidad de destacar los mejores esfuerzos al esclarecimiento de la cuestión del frente popular tanto como al impulso del trabajo por su construcción en las condiciones concretas.

Debemos poner atención especial al trabajo con la juventud que irrumpe vigorosa en el combate social y político, trabajar por darle rumbo revolucionario; y, entre las mujeres trabajadoras y de las capas populares que constituyen más de la mitad del genero humano, que sufren los efectos del despido laboral, de la precariedad, etc. y tienen grandes potencialidades revolucionarias.

En el debate sobre el trabajo con las mujeres trabajadoras y de sectores populares se destaca la necesidad de construir un amplio movimiento de mujeres democratico, antimperialista, revolucionario con sus propios objetivos.

En este momento nuestros esfuerzos se dirigen a organizar y fortalecer frentes populares como instrumento necesario para vincular y movilizar las amplias masas contra los planes del imperialismo y de la reacción. Frentes y coaliciones que van a plasmarse sobre una unidad programática que defienda los intereses de la clase obrera, de los trabajadores y de los pueblos.

Las lecciones del Marxismo Leninismo, la práctica de nuestros partidos enseñan que hay que combatir sin cuartel todas manifestaciones de sectarismo, de desviaciones de derecha o de izquierda, manteniendo la firmeza en los principios y la flexibilidad en la táctica.

Para cumplir las tareas es imprescindible el combate ideológico y político contra el imperialismo, contra la burguesía, así como contra las posiciones y prácticas colaboracionistas, conciliadoras, que afectan a los trabajadores y el pueblo por parte del revisionismo, del oportunismo, del reformismo y otras expresiones que confunden y desvían el objetivo de la revolución social así como de las revoluciones democrático populares.

Debemos organizar una gran ofensiva sobre lo que significan: la izquierda, la revolución social, el socialismo y el comunismo; difundir masivamente las propuestas que tenemos los comunistas en las diferentes realidades, confrontando con lo que el capitalismo y sus representantes le han dado a los trabajadores, especialmente hoy, que trata de anular un siglo de conquistas sociales y democráticas.

El año 2014 la CIPOML cumple 20 años desde que lanzó su proclama al mundo, su compromiso de forjar la unidad del movimiento comunista internacional, de contribuir decididamente a que el marxismo-leninismo se convierta en la fuerza material de los trabajadores y los pueblos para derrotar al imperialismo, al capitalismo e instaurar el socialismo y el comunismo como una sociedad de plena libertad y bienestar para los pueblos.

La CIPOML viene cumpliendo su papel con determinación, con importantes resultados que son todavía insuficientes. Hoy reafirmamos nuestro compromiso revolucionario de comprometernos a consolidarla y ampliarla para asegurar una dirección internacionalista, revolucionaria a las luchas de la clase obrera, de las masas populares y de los pueblos oprimidos del mundo.

Ecuador, octubre de 2013

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